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El peor efecto del cambio de hora en USA que todos van a sentir, según la ciencia

Cada primavera y otoño (boreal), el cambio de horario en Estados Unidos obliga a ajustar los relojes, una práctica destinada a optimizar el uso de la luz solar, aunque los efectos en el bienestar de las personas comenzaron a ser cuestionados. La transición entre el Daylight Saving Time (DTS) y el horario estándar, y viceversa, provoca desajustes en el sueño y la salud mental. Según diversos estudios, esto también conlleva un aumento en riesgos de problemas cardiovasculares, accidentes automovilísticos y otras complicaciones.

El DST consiste en adelantar una hora los relojes en marzo y retrasar nuevamente una hora en noviembre para aprovechar la luz solar vespertina. A lo largo de los años, esta práctica fue adoptada como una medida de ahorro energético, aunque en los últimos tiempos ha surgido una creciente preocupación sobre sus efectos en el bienestar físico y mental.

¿Cómo afecta el cambio de hora?

Uno de los principales puntos de enfoque en los estudios científicos sobre el cambio de horario es el impacto en el ritmo circadiano. Este ritmo es el “reloj” interno del cuerpo, que regula el ciclo de sueño y vigilia. La luz solar es uno de los elementos esenciales que ajusta este ciclo a un día de 24 horas.

De acuerdo con la Universidad de Harvard, cuando el reloj se adelanta en primavera, el cuerpo se ve obligado a adaptarse abruptamente a una etapa diferente de luz y oscuridad, lo que provoca un desajuste conocido como “desincronización circadiana”.

La doctora Phyllis Zee, experta en medicina del sueño, explicó en The Washington Post que cuando la luz del sol se recibe en horarios alterados, el reloj biológico tiende a desacoplarse del ritmo solar natural. “La falta de luz solar en la mañana puede afectar negativamente el reloj biológico, y una transición permanente al horario de verano podría exacerbar estos efectos”, mencionó. Este ajuste puede dificultar conciliar el sueño en la noche y, a la vez, reduce la exposición a la iluminación natural matutina, que es clave para el buen funcionamiento interno.

¿Cuáles son los efectos adversos del cambio de horario?

El cambio al horario se ha asociado con un aumento en trastornos del sueño, lo que conlleva una serie de problemas de salud relacionados. La Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM, por sus siglas en inglés) estima que al menos el 55% de las personas experimentan síntomas de fatiga y problemas para concentrarse en las primeras semanas después de ajustar los relojes.

Adam Spira, investigador en la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins, señaló que “la pérdida de sueño que ocurre con esta medida puede tener consecuencias graves y afectar la función cognitiva, el estado de ánimo y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares”.

La relación entre el cambio de horario y la salud mental también ha sido objeto de estudio. Investigaciones publicadas en el Journal of Clinical Sleep Medicine demostraron que esto afecta la calidad de sueño de los estudiantes, lo que repercute en su atención y capacidad de aprendizaje. También apuntaron que estas alteraciones pueden incrementar síntomas de ansiedad y depresión, especialmente en personas con antecedentes de trastornos del estado de ánimo.

Al despertarse en la oscuridad y enfrentarse a cambios en el patrón de luz natural, el reloj biológico de las personas sufre un desajuste significativo, lo que afecta su rendimiento y bienestar a lo largo del día, según los estudios.

El próximo domingo 3 de noviembre, a las 2 de la madrugada, los ciudadanos de Estados Unidos en aquellos lugares que se rigen por estas normas deberán atrasar una hora sus relojes para que marque la una. Esto pondrá fin al DST y se retomará el horario estándar; sin embargo, en el mes de marzo de 2025 se volverá a cambiar.

Cada primavera y otoño (boreal), el cambio de horario en Estados Unidos obliga a ajustar los relojes, una práctica destinada a optimizar el uso de la luz solar, aunque los efectos en el bienestar de las personas comenzaron a ser cuestionados. La transición entre el Daylight Saving Time (DTS) y el horario estándar, y viceversa, provoca desajustes en el sueño y la salud mental. Según diversos estudios, esto también conlleva un aumento en riesgos de problemas cardiovasculares, accidentes automovilísticos y otras complicaciones.

El DST consiste en adelantar una hora los relojes en marzo y retrasar nuevamente una hora en noviembre para aprovechar la luz solar vespertina. A lo largo de los años, esta práctica fue adoptada como una medida de ahorro energético, aunque en los últimos tiempos ha surgido una creciente preocupación sobre sus efectos en el bienestar físico y mental.

¿Cómo afecta el cambio de hora?

Uno de los principales puntos de enfoque en los estudios científicos sobre el cambio de horario es el impacto en el ritmo circadiano. Este ritmo es el “reloj” interno del cuerpo, que regula el ciclo de sueño y vigilia. La luz solar es uno de los elementos esenciales que ajusta este ciclo a un día de 24 horas.

De acuerdo con la Universidad de Harvard, cuando el reloj se adelanta en primavera, el cuerpo se ve obligado a adaptarse abruptamente a una etapa diferente de luz y oscuridad, lo que provoca un desajuste conocido como “desincronización circadiana”.

La doctora Phyllis Zee, experta en medicina del sueño, explicó en The Washington Post que cuando la luz del sol se recibe en horarios alterados, el reloj biológico tiende a desacoplarse del ritmo solar natural. “La falta de luz solar en la mañana puede afectar negativamente el reloj biológico, y una transición permanente al horario de verano podría exacerbar estos efectos”, mencionó. Este ajuste puede dificultar conciliar el sueño en la noche y, a la vez, reduce la exposición a la iluminación natural matutina, que es clave para el buen funcionamiento interno.

¿Cuáles son los efectos adversos del cambio de horario?

El cambio al horario se ha asociado con un aumento en trastornos del sueño, lo que conlleva una serie de problemas de salud relacionados. La Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM, por sus siglas en inglés) estima que al menos el 55% de las personas experimentan síntomas de fatiga y problemas para concentrarse en las primeras semanas después de ajustar los relojes.

Adam Spira, investigador en la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins, señaló que “la pérdida de sueño que ocurre con esta medida puede tener consecuencias graves y afectar la función cognitiva, el estado de ánimo y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares”.

La relación entre el cambio de horario y la salud mental también ha sido objeto de estudio. Investigaciones publicadas en el Journal of Clinical Sleep Medicine demostraron que esto afecta la calidad de sueño de los estudiantes, lo que repercute en su atención y capacidad de aprendizaje. También apuntaron que estas alteraciones pueden incrementar síntomas de ansiedad y depresión, especialmente en personas con antecedentes de trastornos del estado de ánimo.

Al despertarse en la oscuridad y enfrentarse a cambios en el patrón de luz natural, el reloj biológico de las personas sufre un desajuste significativo, lo que afecta su rendimiento y bienestar a lo largo del día, según los estudios.

El próximo domingo 3 de noviembre, a las 2 de la madrugada, los ciudadanos de Estados Unidos en aquellos lugares que se rigen por estas normas deberán atrasar una hora sus relojes para que marque la una. Esto pondrá fin al DST y se retomará el horario estándar; sin embargo, en el mes de marzo de 2025 se volverá a cambiar.

 El ajuste que volverá a poner los relojes en el horario estándar ha desatado críticas sobre sus efectos en la salud; diversas investigaciones destacan un impacto en el sueño  LA NACION

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