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La caída de River: los aciertos de Mineiro y los errores de la defensa millonaria en los tres goles

Deyverson, ese delantero alto y platinado, se convirtió en una pesadilla para el fondo de River en la noche de la primera semifinal de la Copa Libertadores. Dos goles y participación en el tercero para en la gran victoria de Atlético Mineiro para un 3-0 del Galo que no deja la serie sellada, pero sí encaminada. El equipo de Marcelo Gallardo mostró serios desaciertos, que quedaron notoriamente expuestos. “No fuimos el equipo duro que queríamos ser. Nos hicieron goles muy fáciles”, aceptó el Muñeco después de una derrota durísima en Belo Horizonte, que hipoteca las chances de llegar a la final.

Decidido a pisar firme, el equipo de Gabriel Milito jugó sus cartas sobre el verde césped. Pocas transiciones en el medio y una búsqueda inmediata de su tridente de ataque, con jugadores que combinan habilidad (Deyverson), potencia (Hulk) y gol (Paulinho).

Así fue como llegó el gol del 1-0. Salida desde el fondo. Pelotazo largo desde la derecha, Hulk le ganó la lucha cuerpo a cuerpo a Pezzella, que quedó desparramado por el piso, y Deyverson entró a espaldas de los otros centrales -quedaron muy lejos Paulo Díaz y González Pirez- para eludir a Armani con una gambeta de baby-fútbol y tocar ante el arco vacío.

Deyverson estampó el 1-0

El segundo tanto llegó en la segunda parte, cuando River se adelantó en busca del empate, pero le faltaba claridad para llegar sobre el área brasileña. El Mineiro esperó su oportunidad, y aumentó en un golazo de muy buena producción colectiva, una acción que empezó con toques cortos en defensa, para ir encontrando los espacios. Alan Franco tomó el balón en mitad de campo, aceleró unos pasos para cambiar el ritmo y buscó a Guilherme Arana, volcado sobre la izquierda; el volante encaró ligeramente hacia el medio y jugó una fantástica asistencia al vacío para la diagonal de Deyverson, que otra vez le ganó al cierre de Pezzella y la cruzó de zurda al segundo palo de Armani, tan esquinada que la pelota dio en la base del palo antes de ingresar. Aquí, mucho mérito del Galo en la elaboración y en la definición.

El 2-0, obra de Deyverson

El 2-0 pareció un mazazo de nocaut para River, que se desordenó. Lo suficiente para sufrir el tercer tanto local, apenas cuatro minutos después. Gustavo Scarpa jugó un lateral rápido desde la derecha; se durmió la defensa de River, que dejó muy solo a Deyverson, que se había ido solo, a espaldas de todos; el “9″ dominó, arrastró marcas, aguantó el balón y esperó la llegada de Paulinho, que llegaba sin rivales a la vista, le pegó como venía, la pelota se desvió ligeramente en Paulo Díaz, y Armani se quedó sin chances de despejar. Con ese 3-0 se cerró una noche nefasta para el Millonario.

Paulinho estampó el 3-0

Deyverson, ese delantero alto y platinado, se convirtió en una pesadilla para el fondo de River en la noche de la primera semifinal de la Copa Libertadores. Dos goles y participación en el tercero para en la gran victoria de Atlético Mineiro para un 3-0 del Galo que no deja la serie sellada, pero sí encaminada. El equipo de Marcelo Gallardo mostró serios desaciertos, que quedaron notoriamente expuestos. “No fuimos el equipo duro que queríamos ser. Nos hicieron goles muy fáciles”, aceptó el Muñeco después de una derrota durísima en Belo Horizonte, que hipoteca las chances de llegar a la final.

Decidido a pisar firme, el equipo de Gabriel Milito jugó sus cartas sobre el verde césped. Pocas transiciones en el medio y una búsqueda inmediata de su tridente de ataque, con jugadores que combinan habilidad (Deyverson), potencia (Hulk) y gol (Paulinho).

Así fue como llegó el gol del 1-0. Salida desde el fondo. Pelotazo largo desde la derecha, Hulk le ganó la lucha cuerpo a cuerpo a Pezzella, que quedó desparramado por el piso, y Deyverson entró a espaldas de los otros centrales -quedaron muy lejos Paulo Díaz y González Pirez- para eludir a Armani con una gambeta de baby-fútbol y tocar ante el arco vacío.

Deyverson estampó el 1-0

El segundo tanto llegó en la segunda parte, cuando River se adelantó en busca del empate, pero le faltaba claridad para llegar sobre el área brasileña. El Mineiro esperó su oportunidad, y aumentó en un golazo de muy buena producción colectiva, una acción que empezó con toques cortos en defensa, para ir encontrando los espacios. Alan Franco tomó el balón en mitad de campo, aceleró unos pasos para cambiar el ritmo y buscó a Guilherme Arana, volcado sobre la izquierda; el volante encaró ligeramente hacia el medio y jugó una fantástica asistencia al vacío para la diagonal de Deyverson, que otra vez le ganó al cierre de Pezzella y la cruzó de zurda al segundo palo de Armani, tan esquinada que la pelota dio en la base del palo antes de ingresar. Aquí, mucho mérito del Galo en la elaboración y en la definición.

El 2-0, obra de Deyverson

El 2-0 pareció un mazazo de nocaut para River, que se desordenó. Lo suficiente para sufrir el tercer tanto local, apenas cuatro minutos después. Gustavo Scarpa jugó un lateral rápido desde la derecha; se durmió la defensa de River, que dejó muy solo a Deyverson, que se había ido solo, a espaldas de todos; el “9″ dominó, arrastró marcas, aguantó el balón y esperó la llegada de Paulinho, que llegaba sin rivales a la vista, le pegó como venía, la pelota se desvió ligeramente en Paulo Díaz, y Armani se quedó sin chances de despejar. Con ese 3-0 se cerró una noche nefasta para el Millonario.

Paulinho estampó el 3-0

 El conjunto de Belo Horizonte mostró su contundencia y el equipo de Gallardo estuvo lejos de la solidez esperada en el fondo  LA NACION

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