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Marcelo Mindlin: “Aceptaría que se moderen los ajustes de tarifas a cambio de un descenso más profundo de la inflación”

Mucho cambió para Marcelo Mindlin en los últimos 33 años. Al principio de esa saga cronológica, se ubicaba junto a Eduardo Elsztain negociando con el magnate George Soros para que les prestara un puñado de millones de dólares para invertir en empresas de la Bolsa de Buenos Aires. Hoy, en cambio, está largamente consolidado como uno de los empresarios más importantes de la Argentina. Su empresa holding, Pampa Energía, participa del negocio de transporte de electricidad a través de Transener y de gas, con una porción de TGS. También tiene centrales de generación y una posición creciente en la exploración y producción de gas y petróleo, con especial atención en Vaca Muerta.

En el marco de la celebración por los 30 años de cotización de TGS en la Bolsa de Nueva York, Mindlin dio en una conversación con periodistas de distintos medios definiciones acerca de todos los temas. Entre ellos, cómo ve la marcha del gobierno de Javier Milei, cuál es la expectativa con respecto al crecimiento de las actividades en las que participa y cuáles son los condicionamientos de vivir con cepo cambiario. Y explicó por qué nunca fue tan optimista como ahora.

-De los 30 años de la concesión de TGS, se respetó el marco regulatorio en menos de la mitad. ¿Qué es lo que esperarían en los próximos 20 años?

-Depende mucho de la Argentina. Hace pocos días le dieron el premio Nobel de Economía a tres economistas cuyo libro principal es hablar de la relación entre las instituciones, la prosperidad y el crecimiento de las naciones. Ojalá la Argentina logre esa fuerza en las instituciones para crecer y para salir de estos índices horrorosos de pobreza. Un marco regulatorio en que se respeten los contratos hace a una parte de esas instituciones.

-¿Considera que el gobierno de Javier Milei está respetando los contratos?

-Sí, con los tiempos que requiere.

-Hubo alguna tensión al principio…

-Sí, hubo una decisión de parte del Gobierno con la que no estábamos de acuerdo y lo hicimos público (El Ministerio de Economía les redujo el monto a pagar por la energía ya despachada a las empresas generadoras). Lo comunicamos, con respeto, pero de manera clara, y el gobierno se comprometió en ese momento a que más allá de esa decisión puntual de los primeros dos meses, iba a partir de ese momento a cumplir con los plazos contractuales. Hay que reconocer que desde entonces han cumplido los pagos de los contratos de electricidad y de gas.

-Ahora se volvió a postergar la audiencia pública para la revisión tarifaria. ¿Otra vez se rompen los contratos?

-Es un retraso. Los contratos tienen ciertos tiempos, normas y clases. En la medida en que las respetes, en su gran mayoría, la empresa sigue funcionando, sigue invirtiendo, pero hace las instituciones. Sin embargo, entiendo que hay un dilema muy grande entre reducir la inflación más rápidamente o mantener las audiencias públicas que podrían llegar a arrojar aumentos tarifarios.

-¿No le prende una luz amarilla esa decisión de postergar cuestiones estratégicas por la premura de la inflación?

-Al principio de año con el tema energético, fue un shock en el momento, pero después vemos que están cumpliendo con los plazos.

-¿Usted aceptaría moderar los ajustes de tarifas de sus empresas a cambio de un descenso más profundo de la inflación?

-Por supuesto, pero cada empresa es diferente. Si decís que esto se posterga por 900 años, no lo acepto. Pero si es un tiempo razonable, ¿por qué no tendríamos que aportar? Yo te puedo hablar por las empresas que hoy co-controlamos, como Transener y TGS. No sé la realidad de las distribuidoras de gas o de electricidad. Podríamos tolerar un período sin ajuste de tarifas si eso se hace dentro un marco más general de descenso más rápido de la inflación.

-¿Hablaron con el Gobierno de eso?

-Es una mirada totalmente política, por lo cual siento que me excede a mí como empresario decir si políticamente hay que privilegiar una cosa o la otra. Ellos son los que están manejando las perspectivas políticas, cómo enfrentan el año electoral, es importante por cómo se consolidan dentro de la Cámara de Diputados.

-¿El RIGI alcanza para destrabar todo el potencial de inversión del país?

-El RIGI alcanza sobre todo para las empresas locales que estamos encarando inversiones muy grandes de infraestructura, por ejemplo, o de minería. No sé si es suficiente para las grandes empresas multinacionales en la medida que siga el cepo. Nosotros vivimos en la Argentina, generamos recursos en la Argentina e invertimos. No tenemos un accionista del exterior que nos pide que le giremos dividiendo todos los años. Pero el RIGI es una herramienta muy potente para acelerar inversiones que se pueden hacer mucho más rápido con ese marco.

-¿Qué inversiones estudian?

-Participamos en tres proyectos en los cuales el RIGI es muy importante. Uno es la iniciativa privada que presentó TGS para invertir US$700 millones de dólares y aumentar la capacidad de transporte del gasoducto (Néstor Kirchner) entre 15 y 20 millones de metros cúbicos. Otro es el oleoducto de Vaca Muerta Sur, que está liderando YPF, pero al que se suman todos los productores de petróleo, porque necesitamos más capacidad de transporte. Y el otro es el de procesamiento de líquidos, en el que también está trabajando TGS.

¿Usted cree que si tuviera que volver, como en 1991, a pedirle plata a George Soros, se la daría a pesar del cepo?

-Soros no era el único. Invirtieron en un país que estaba todavía en la hiperinflación. ¿Qué vieron? Que el país estaba yendo en una dirección y apostaron a qué iba a pasar tres o cuatro años más adelante. ¿Qué pasará en los próximos tres o cuarto años? No ahora, si hay cepo, pero sí la dirección del país.

-¿Están un poco más acostumbrados a trabajar con control de capitales? El ministro Caputo dice que se puede crecer con cepo.

-Son cosas distintas. Obviamente, se puede crecer con cepo. Pero es mejor no tener cepo y ellos, desde el Presidente hasta el ministro, reconocen que el objetivo es salir de cepo. Los tiempos y el cómo, es una decisión de ellos como Gobierno. Pero reconocen que hasta que no logren ese objetivo, las inversiones extranjeras van a ser más reducidas.

-¿Cuál es su conversación con los Soros de hoy sobre la Argentina?

-Hoy hablamos con inversores que invierten en acciones de mercados emergentes de todo el mundo. En Brasil, en Tailandia, en Indonesia, en Perú, en México, en todos los países. Por lo cual, sobre todo miran los fundamentos de la compañía. Porque son inversores que están viendo el potencial de crecimiento de Pampa o de TGS, más allá de los dividendos. Están interesados en ver cuál es el potencial de crecimiento.

-¿Cuáles son las preguntas sobre la Argentina?

-La sostenibilidad de esta política fiscal y monetaria de Milei, novedosa para el país. Después de tantos años, poner tanto foco en el equilibrio fiscal y en la disciplina monetaria.

-¿Cuál es su respuesta?

-Somos optimistas de que el país, más allá de las dificultades, entendió que no se puede seguir con una situación fiscal tan desordenada, porque finalmente lo paga la gente. Creo que eso es uno de los grandes logros de este Gobierno, poder transmitir eso. Ganó las elecciones con ese discurso. Uno tendría que pensar que la gente, por lo menos por ahora, entendió que el despilfarro fiscal y su monetización generan inflación.

-En este período de gobierno, ¿qué es lo que más le preocupa de la economía?

-Creo que uno tiene que bajar la ansiedad y pensar que si el país viene de tantas décadas de alta inflación, de déficit fiscal, buscar resultados al año o al año y medio, no es realista. Creo que hay que darle tiempo a este Gobierno y a esta política para que desarrolle los planes económicos.

-¿Qué va a pasar con la luz en el verano?

-Creo que va a pasar lo mismo que pasó en todos los años desde que estamos en el sector eléctrico. En los casos que hay cinco días de calor seguidos, el sistema se estresa y hay cortes puntuales. ¿Eso se va a resolver este verano? No. Es un problema de distribución, no de generación, que hay suficiente.

-Desde el primer día en el sector energético hasta ahora, ¿cuándo fue más optimista?

-Ahora es el momento de mayor optimismo porque veo que Vaca Muerta es un boom que ya se está produciendo. Por el contexto, digo, no solo por la política. Y el rumbo macro que va a fijarse, también. Somos economistas (en referencia a sus socios Damián Mindlin -su hermano- y Gustavo Mariani) fanáticos del equilibrio fiscal. Y se va a hacer el proyecto que lidera YPF para transportar 360.000 barriles de petróleo por día. La Argentina hoy produce 700.000. Solamente este oleoducto aumentaría 50% la producción de crudo, que va todo para exportación. Según nuestros cálculos, en seis o siete años Vaca Muerta puede estar produciendo lo mismo que todo el agro argentino.

-¿Trabajaría para el Estado?

-¿Cuánto paga? (Risas).

-¿Sería ministro de Economía?

-No, pero además de eso, creo que sería un pésimo candidato. Viniendo de un sector regulado, imagínate las cosas que me dirían.

-¿Qué significa para usted, en términos personales, que una empresa como TGS cumpla 30 años en la Bolsa de Nueva York?

-Es un momento de mucho orgullo y alegría. Nosotros ya lo hemos hecho varias veces con varias compañías. Uno cree que se acostumbra, pero siempre es una emoción venir y ver la bandera en el frente. No importa cuántas veces lo hayas hecho, es lindo ver la bandera Argentina y el logo de la empresa. Así que mucha satisfacción y mucho orgullo.

-¿Qué obtiene una empresa al cotizar en esta plaza y no solo en Buenos Aires?

-En términos de cotización, la liquidez que te da cotizar en la Bolsa de Nueva York debe ser de 100 a 1 con respecto a si solo cotizas en la bolsa porteña. Más en un país como el nuestro, que tiene muchos y largos períodos de control de capitales. Si solamente cotizaras en la Argentina, hay muchos que no pueden comprar, que no pueden invertir en pesos en acciones de la Bolsa de Buenos Aires. Después, no pueden sacar los dólares. Y también colabora con el aumento de capital. La Bolsa Argentina no tiene la profundidad como para emitir cientos de millones de dólares que sí lo puede hacer Estados Unidos.

Mucho cambió para Marcelo Mindlin en los últimos 33 años. Al principio de esa saga cronológica, se ubicaba junto a Eduardo Elsztain negociando con el magnate George Soros para que les prestara un puñado de millones de dólares para invertir en empresas de la Bolsa de Buenos Aires. Hoy, en cambio, está largamente consolidado como uno de los empresarios más importantes de la Argentina. Su empresa holding, Pampa Energía, participa del negocio de transporte de electricidad a través de Transener y de gas, con una porción de TGS. También tiene centrales de generación y una posición creciente en la exploración y producción de gas y petróleo, con especial atención en Vaca Muerta.

En el marco de la celebración por los 30 años de cotización de TGS en la Bolsa de Nueva York, Mindlin dio en una conversación con periodistas de distintos medios definiciones acerca de todos los temas. Entre ellos, cómo ve la marcha del gobierno de Javier Milei, cuál es la expectativa con respecto al crecimiento de las actividades en las que participa y cuáles son los condicionamientos de vivir con cepo cambiario. Y explicó por qué nunca fue tan optimista como ahora.

-De los 30 años de la concesión de TGS, se respetó el marco regulatorio en menos de la mitad. ¿Qué es lo que esperarían en los próximos 20 años?

-Depende mucho de la Argentina. Hace pocos días le dieron el premio Nobel de Economía a tres economistas cuyo libro principal es hablar de la relación entre las instituciones, la prosperidad y el crecimiento de las naciones. Ojalá la Argentina logre esa fuerza en las instituciones para crecer y para salir de estos índices horrorosos de pobreza. Un marco regulatorio en que se respeten los contratos hace a una parte de esas instituciones.

-¿Considera que el gobierno de Javier Milei está respetando los contratos?

-Sí, con los tiempos que requiere.

-Hubo alguna tensión al principio…

-Sí, hubo una decisión de parte del Gobierno con la que no estábamos de acuerdo y lo hicimos público (El Ministerio de Economía les redujo el monto a pagar por la energía ya despachada a las empresas generadoras). Lo comunicamos, con respeto, pero de manera clara, y el gobierno se comprometió en ese momento a que más allá de esa decisión puntual de los primeros dos meses, iba a partir de ese momento a cumplir con los plazos contractuales. Hay que reconocer que desde entonces han cumplido los pagos de los contratos de electricidad y de gas.

-Ahora se volvió a postergar la audiencia pública para la revisión tarifaria. ¿Otra vez se rompen los contratos?

-Es un retraso. Los contratos tienen ciertos tiempos, normas y clases. En la medida en que las respetes, en su gran mayoría, la empresa sigue funcionando, sigue invirtiendo, pero hace las instituciones. Sin embargo, entiendo que hay un dilema muy grande entre reducir la inflación más rápidamente o mantener las audiencias públicas que podrían llegar a arrojar aumentos tarifarios.

-¿No le prende una luz amarilla esa decisión de postergar cuestiones estratégicas por la premura de la inflación?

-Al principio de año con el tema energético, fue un shock en el momento, pero después vemos que están cumpliendo con los plazos.

-¿Usted aceptaría moderar los ajustes de tarifas de sus empresas a cambio de un descenso más profundo de la inflación?

-Por supuesto, pero cada empresa es diferente. Si decís que esto se posterga por 900 años, no lo acepto. Pero si es un tiempo razonable, ¿por qué no tendríamos que aportar? Yo te puedo hablar por las empresas que hoy co-controlamos, como Transener y TGS. No sé la realidad de las distribuidoras de gas o de electricidad. Podríamos tolerar un período sin ajuste de tarifas si eso se hace dentro un marco más general de descenso más rápido de la inflación.

-¿Hablaron con el Gobierno de eso?

-Es una mirada totalmente política, por lo cual siento que me excede a mí como empresario decir si políticamente hay que privilegiar una cosa o la otra. Ellos son los que están manejando las perspectivas políticas, cómo enfrentan el año electoral, es importante por cómo se consolidan dentro de la Cámara de Diputados.

-¿El RIGI alcanza para destrabar todo el potencial de inversión del país?

-El RIGI alcanza sobre todo para las empresas locales que estamos encarando inversiones muy grandes de infraestructura, por ejemplo, o de minería. No sé si es suficiente para las grandes empresas multinacionales en la medida que siga el cepo. Nosotros vivimos en la Argentina, generamos recursos en la Argentina e invertimos. No tenemos un accionista del exterior que nos pide que le giremos dividiendo todos los años. Pero el RIGI es una herramienta muy potente para acelerar inversiones que se pueden hacer mucho más rápido con ese marco.

-¿Qué inversiones estudian?

-Participamos en tres proyectos en los cuales el RIGI es muy importante. Uno es la iniciativa privada que presentó TGS para invertir US$700 millones de dólares y aumentar la capacidad de transporte del gasoducto (Néstor Kirchner) entre 15 y 20 millones de metros cúbicos. Otro es el oleoducto de Vaca Muerta Sur, que está liderando YPF, pero al que se suman todos los productores de petróleo, porque necesitamos más capacidad de transporte. Y el otro es el de procesamiento de líquidos, en el que también está trabajando TGS.

¿Usted cree que si tuviera que volver, como en 1991, a pedirle plata a George Soros, se la daría a pesar del cepo?

-Soros no era el único. Invirtieron en un país que estaba todavía en la hiperinflación. ¿Qué vieron? Que el país estaba yendo en una dirección y apostaron a qué iba a pasar tres o cuatro años más adelante. ¿Qué pasará en los próximos tres o cuarto años? No ahora, si hay cepo, pero sí la dirección del país.

-¿Están un poco más acostumbrados a trabajar con control de capitales? El ministro Caputo dice que se puede crecer con cepo.

-Son cosas distintas. Obviamente, se puede crecer con cepo. Pero es mejor no tener cepo y ellos, desde el Presidente hasta el ministro, reconocen que el objetivo es salir de cepo. Los tiempos y el cómo, es una decisión de ellos como Gobierno. Pero reconocen que hasta que no logren ese objetivo, las inversiones extranjeras van a ser más reducidas.

-¿Cuál es su conversación con los Soros de hoy sobre la Argentina?

-Hoy hablamos con inversores que invierten en acciones de mercados emergentes de todo el mundo. En Brasil, en Tailandia, en Indonesia, en Perú, en México, en todos los países. Por lo cual, sobre todo miran los fundamentos de la compañía. Porque son inversores que están viendo el potencial de crecimiento de Pampa o de TGS, más allá de los dividendos. Están interesados en ver cuál es el potencial de crecimiento.

-¿Cuáles son las preguntas sobre la Argentina?

-La sostenibilidad de esta política fiscal y monetaria de Milei, novedosa para el país. Después de tantos años, poner tanto foco en el equilibrio fiscal y en la disciplina monetaria.

-¿Cuál es su respuesta?

-Somos optimistas de que el país, más allá de las dificultades, entendió que no se puede seguir con una situación fiscal tan desordenada, porque finalmente lo paga la gente. Creo que eso es uno de los grandes logros de este Gobierno, poder transmitir eso. Ganó las elecciones con ese discurso. Uno tendría que pensar que la gente, por lo menos por ahora, entendió que el despilfarro fiscal y su monetización generan inflación.

-En este período de gobierno, ¿qué es lo que más le preocupa de la economía?

-Creo que uno tiene que bajar la ansiedad y pensar que si el país viene de tantas décadas de alta inflación, de déficit fiscal, buscar resultados al año o al año y medio, no es realista. Creo que hay que darle tiempo a este Gobierno y a esta política para que desarrolle los planes económicos.

-¿Qué va a pasar con la luz en el verano?

-Creo que va a pasar lo mismo que pasó en todos los años desde que estamos en el sector eléctrico. En los casos que hay cinco días de calor seguidos, el sistema se estresa y hay cortes puntuales. ¿Eso se va a resolver este verano? No. Es un problema de distribución, no de generación, que hay suficiente.

-Desde el primer día en el sector energético hasta ahora, ¿cuándo fue más optimista?

-Ahora es el momento de mayor optimismo porque veo que Vaca Muerta es un boom que ya se está produciendo. Por el contexto, digo, no solo por la política. Y el rumbo macro que va a fijarse, también. Somos economistas (en referencia a sus socios Damián Mindlin -su hermano- y Gustavo Mariani) fanáticos del equilibrio fiscal. Y se va a hacer el proyecto que lidera YPF para transportar 360.000 barriles de petróleo por día. La Argentina hoy produce 700.000. Solamente este oleoducto aumentaría 50% la producción de crudo, que va todo para exportación. Según nuestros cálculos, en seis o siete años Vaca Muerta puede estar produciendo lo mismo que todo el agro argentino.

-¿Trabajaría para el Estado?

-¿Cuánto paga? (Risas).

-¿Sería ministro de Economía?

-No, pero además de eso, creo que sería un pésimo candidato. Viniendo de un sector regulado, imagínate las cosas que me dirían.

-¿Qué significa para usted, en términos personales, que una empresa como TGS cumpla 30 años en la Bolsa de Nueva York?

-Es un momento de mucho orgullo y alegría. Nosotros ya lo hemos hecho varias veces con varias compañías. Uno cree que se acostumbra, pero siempre es una emoción venir y ver la bandera en el frente. No importa cuántas veces lo hayas hecho, es lindo ver la bandera Argentina y el logo de la empresa. Así que mucha satisfacción y mucho orgullo.

-¿Qué obtiene una empresa al cotizar en esta plaza y no solo en Buenos Aires?

-En términos de cotización, la liquidez que te da cotizar en la Bolsa de Nueva York debe ser de 100 a 1 con respecto a si solo cotizas en la bolsa porteña. Más en un país como el nuestro, que tiene muchos y largos períodos de control de capitales. Si solamente cotizaras en la Argentina, hay muchos que no pueden comprar, que no pueden invertir en pesos en acciones de la Bolsa de Buenos Aires. Después, no pueden sacar los dólares. Y también colabora con el aumento de capital. La Bolsa Argentina no tiene la profundidad como para emitir cientos de millones de dólares que sí lo puede hacer Estados Unidos.

 Mucho cambió para Marcelo Mindlin en los últimos 33 años. Al principio de esa saga cronológica, se ubicaba junto a Eduardo Elsztain negociando con el magnate George Soros para que les prestara un puñado de millones de dólares para invertir en empresas de la Bolsa de Buenos Aires. Hoy, en cambio, está largamente consolidado como uno de los empresarios más importantes de la Argentina. Su empresa holding, Pampa Energía, participa del negocio de transporte de electricidad a través de Transener y de gas, con una porción de TGS. También tiene centrales de generación y una posición creciente en la exploración y producción de gas y petróleo, con especial atención en Vaca Muerta.En el marco de la celebración por los 30 años de cotización de TGS en la Bolsa de Nueva York, Mindlin dio en una conversación con periodistas de distintos medios definiciones acerca de todos los temas. Entre ellos, cómo ve la marcha del gobierno de Javier Milei, cuál es la expectativa con respecto al crecimiento de las actividades en las que participa y cuáles son los condicionamientos de vivir con cepo cambiario. Y explicó por qué nunca fue tan optimista como ahora.-De los 30 años de la concesión de TGS, se respetó el marco regulatorio en menos de la mitad. ¿Qué es lo que esperarían en los próximos 20 años?-Depende mucho de la Argentina. Hace pocos días le dieron el premio Nobel de Economía a tres economistas cuyo libro principal es hablar de la relación entre las instituciones, la prosperidad y el crecimiento de las naciones. Ojalá la Argentina logre esa fuerza en las instituciones para crecer y para salir de estos índices horrorosos de pobreza. Un marco regulatorio en que se respeten los contratos hace a una parte de esas instituciones.-¿Considera que el gobierno de Javier Milei está respetando los contratos?-Sí, con los tiempos que requiere.-Hubo alguna tensión al principio…-Sí, hubo una decisión de parte del Gobierno con la que no estábamos de acuerdo y lo hicimos público (El Ministerio de Economía les redujo el monto a pagar por la energía ya despachada a las empresas generadoras). Lo comunicamos, con respeto, pero de manera clara, y el gobierno se comprometió en ese momento a que más allá de esa decisión puntual de los primeros dos meses, iba a partir de ese momento a cumplir con los plazos contractuales. Hay que reconocer que desde entonces han cumplido los pagos de los contratos de electricidad y de gas.-Ahora se volvió a postergar la audiencia pública para la revisión tarifaria. ¿Otra vez se rompen los contratos?-Es un retraso. Los contratos tienen ciertos tiempos, normas y clases. En la medida en que las respetes, en su gran mayoría, la empresa sigue funcionando, sigue invirtiendo, pero hace las instituciones. Sin embargo, entiendo que hay un dilema muy grande entre reducir la inflación más rápidamente o mantener las audiencias públicas que podrían llegar a arrojar aumentos tarifarios.-¿No le prende una luz amarilla esa decisión de postergar cuestiones estratégicas por la premura de la inflación?-Al principio de año con el tema energético, fue un shock en el momento, pero después vemos que están cumpliendo con los plazos.-¿Usted aceptaría moderar los ajustes de tarifas de sus empresas a cambio de un descenso más profundo de la inflación?-Por supuesto, pero cada empresa es diferente. Si decís que esto se posterga por 900 años, no lo acepto. Pero si es un tiempo razonable, ¿por qué no tendríamos que aportar? Yo te puedo hablar por las empresas que hoy co-controlamos, como Transener y TGS. No sé la realidad de las distribuidoras de gas o de electricidad. Podríamos tolerar un período sin ajuste de tarifas si eso se hace dentro un marco más general de descenso más rápido de la inflación.-¿Hablaron con el Gobierno de eso?-Es una mirada totalmente política, por lo cual siento que me excede a mí como empresario decir si políticamente hay que privilegiar una cosa o la otra. Ellos son los que están manejando las perspectivas políticas, cómo enfrentan el año electoral, es importante por cómo se consolidan dentro de la Cámara de Diputados.-¿El RIGI alcanza para destrabar todo el potencial de inversión del país?-El RIGI alcanza sobre todo para las empresas locales que estamos encarando inversiones muy grandes de infraestructura, por ejemplo, o de minería. No sé si es suficiente para las grandes empresas multinacionales en la medida que siga el cepo. Nosotros vivimos en la Argentina, generamos recursos en la Argentina e invertimos. No tenemos un accionista del exterior que nos pide que le giremos dividiendo todos los años. Pero el RIGI es una herramienta muy potente para acelerar inversiones que se pueden hacer mucho más rápido con ese marco.-¿Qué inversiones estudian?-Participamos en tres proyectos en los cuales el RIGI es muy importante. Uno es la iniciativa privada que presentó TGS para invertir US$700 millones de dólares y aumentar la capacidad de transporte del gasoducto (Néstor Kirchner) entre 15 y 20 millones de metros cúbicos. Otro es el oleoducto de Vaca Muerta Sur, que está liderando YPF, pero al que se suman todos los productores de petróleo, porque necesitamos más capacidad de transporte. Y el otro es el de procesamiento de líquidos, en el que también está trabajando TGS.¿Usted cree que si tuviera que volver, como en 1991, a pedirle plata a George Soros, se la daría a pesar del cepo?-Soros no era el único. Invirtieron en un país que estaba todavía en la hiperinflación. ¿Qué vieron? Que el país estaba yendo en una dirección y apostaron a qué iba a pasar tres o cuatro años más adelante. ¿Qué pasará en los próximos tres o cuarto años? No ahora, si hay cepo, pero sí la dirección del país.-¿Están un poco más acostumbrados a trabajar con control de capitales? El ministro Caputo dice que se puede crecer con cepo.-Son cosas distintas. Obviamente, se puede crecer con cepo. Pero es mejor no tener cepo y ellos, desde el Presidente hasta el ministro, reconocen que el objetivo es salir de cepo. Los tiempos y el cómo, es una decisión de ellos como Gobierno. Pero reconocen que hasta que no logren ese objetivo, las inversiones extranjeras van a ser más reducidas.-¿Cuál es su conversación con los Soros de hoy sobre la Argentina?-Hoy hablamos con inversores que invierten en acciones de mercados emergentes de todo el mundo. En Brasil, en Tailandia, en Indonesia, en Perú, en México, en todos los países. Por lo cual, sobre todo miran los fundamentos de la compañía. Porque son inversores que están viendo el potencial de crecimiento de Pampa o de TGS, más allá de los dividendos. Están interesados en ver cuál es el potencial de crecimiento.-¿Cuáles son las preguntas sobre la Argentina?-La sostenibilidad de esta política fiscal y monetaria de Milei, novedosa para el país. Después de tantos años, poner tanto foco en el equilibrio fiscal y en la disciplina monetaria.-¿Cuál es su respuesta?-Somos optimistas de que el país, más allá de las dificultades, entendió que no se puede seguir con una situación fiscal tan desordenada, porque finalmente lo paga la gente. Creo que eso es uno de los grandes logros de este Gobierno, poder transmitir eso. Ganó las elecciones con ese discurso. Uno tendría que pensar que la gente, por lo menos por ahora, entendió que el despilfarro fiscal y su monetización generan inflación.-En este período de gobierno, ¿qué es lo que más le preocupa de la economía?-Creo que uno tiene que bajar la ansiedad y pensar que si el país viene de tantas décadas de alta inflación, de déficit fiscal, buscar resultados al año o al año y medio, no es realista. Creo que hay que darle tiempo a este Gobierno y a esta política para que desarrolle los planes económicos.-¿Qué va a pasar con la luz en el verano?-Creo que va a pasar lo mismo que pasó en todos los años desde que estamos en el sector eléctrico. En los casos que hay cinco días de calor seguidos, el sistema se estresa y hay cortes puntuales. ¿Eso se va a resolver este verano? No. Es un problema de distribución, no de generación, que hay suficiente.-Desde el primer día en el sector energético hasta ahora, ¿cuándo fue más optimista?-Ahora es el momento de mayor optimismo porque veo que Vaca Muerta es un boom que ya se está produciendo. Por el contexto, digo, no solo por la política. Y el rumbo macro que va a fijarse, también. Somos economistas (en referencia a sus socios Damián Mindlin -su hermano- y Gustavo Mariani) fanáticos del equilibrio fiscal. Y se va a hacer el proyecto que lidera YPF para transportar 360.000 barriles de petróleo por día. La Argentina hoy produce 700.000. Solamente este oleoducto aumentaría 50% la producción de crudo, que va todo para exportación. Según nuestros cálculos, en seis o siete años Vaca Muerta puede estar produciendo lo mismo que todo el agro argentino.-¿Trabajaría para el Estado?-¿Cuánto paga? (Risas).-¿Sería ministro de Economía?-No, pero además de eso, creo que sería un pésimo candidato. Viniendo de un sector regulado, imagínate las cosas que me dirían.-¿Qué significa para usted, en términos personales, que una empresa como TGS cumpla 30 años en la Bolsa de Nueva York?-Es un momento de mucho orgullo y alegría. Nosotros ya lo hemos hecho varias veces con varias compañías. Uno cree que se acostumbra, pero siempre es una emoción venir y ver la bandera en el frente. No importa cuántas veces lo hayas hecho, es lindo ver la bandera Argentina y el logo de la empresa. Así que mucha satisfacción y mucho orgullo.-¿Qué obtiene una empresa al cotizar en esta plaza y no solo en Buenos Aires?-En términos de cotización, la liquidez que te da cotizar en la Bolsa de Nueva York debe ser de 100 a 1 con respecto a si solo cotizas en la bolsa porteña. Más en un país como el nuestro, que tiene muchos y largos períodos de control de capitales. Si solamente cotizaras en la Argentina, hay muchos que no pueden comprar, que no pueden invertir en pesos en acciones de la Bolsa de Buenos Aires. Después, no pueden sacar los dólares. Y también colabora con el aumento de capital. La Bolsa Argentina no tiene la profundidad como para emitir cientos de millones de dólares que sí lo puede hacer Estados Unidos.  LA NACION

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