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Estas son las señales que da el cuerpo sobre el consumo excesivo de azúcar

Es difícil imaginar un estilo de vida sin azúcar, pero siempre surge la pregunta: ¿cuánto es suficiente? De acuerdo a la Asociación Americana del Corazón, las mujeres no deben consumir más de seis cucharaditas de azúcar al día, mientras que los hombres no deberían exceder las nueve. Esto se traduce en un rango de 25 a 36 gramos, o alrededor de 100 a 150 calorías diarias.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitarse a un máximo de 50 gramos diarios, con un ideal de menos de 25 gramos.

Si se considera que una lata de 350 mililitros de refresco contiene 39 gramos de azúcar promedio y otros alimentos que parecen saludables, como una barra de granola (8 gramos) o un yogur griego con arándanos (14 gramos), se demuestra que la mayoría de las personas consumen el doble de lo que se recomienda.

Gran parte de este azúcar adicional no se consume de manera consciente, ya que se encuentra en productos como galletas, pasteles, jugos y distintos alimentos procesados y es difícil identificarlo en las etiquetas de ingredientes.

Señales de que se está consumiendo demasiada azúcar

Dado que el azúcar puede estar presente de manera inadvertida en muchos alimentos, es importante reconocer las señales de que se podría estar consumiendo más de lo recomendado. La Dra. Lela Ahlemann, especialista en medicina nutricional, compartió con Vogue algunos síntomas que pueden indicar un exceso de azúcar:

Aumento de peso y hambre constante. El azúcar aporta muchas calorías y, además, puede provocar una sensación constante de hambre. Esto se debe a que eleva temporalmente los niveles de glucosa en sangre, pero al carecer de fibra, no produce saciedad a largo plazo, lo que lleva a comer más y, eventualmente, al aumento de peso.Aparición de acné. El consumo de azúcar eleva la insulina y el factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-1), lo que estimula las glándulas sebáceas y puede causar obstrucción de los poros y la aparición de granos.Antojos y cambios de humor. Un aumento en los niveles de glucosa provoca la liberación de insulina, pero si esta respuesta es demasiado fuerte, puede generar una baja repentina del azúcar en sangre, lo que a su vez causa antojos, irritabilidad y cambios en el estado de ánimo.Inflamación y sistema inmune debilitado. Cuando el cuerpo no puede absorber todo el azúcar en el intestino delgado, este pasa al intestino grueso y alimenta a bacterias que no deberían estar ahí. Esto puede desencadenar la liberación de endotoxinas que entran en el torrente sanguíneo, generando una inflamación persistente que debilita el sistema inmunológico y acelera el envejecimiento del cuerpo.

Azúcar escondido

El azúcar aparece en los ingredientes bajo diferentes nombres, lo que complica conocer su verdadera cantidad. Algunos de los términos más frecuentes son:

Sacarosa: el azúcar de mesa tradicional.Glucosa, jarabe de glucosa o dextrosa: presentes en alimentos procesados.Fructosa: el azúcar de las frutas, también usado en jarabes como el de maíz.Jarabe de maíz (alto en fructosa): utilizado en refrescos y otros productos.Maltosa: azúcar de malta que suele encontrarse en pan y cerveza.Dextrosa: otra variante de la glucosa.Lactosa: azúcar natural presente en la leche y los lácteos.Azúcar invertido: obtenido de la descomposición de la sacarosa, se usa en confitería.Miel: un endulzante natural que sigue siendo azúcar.Jarabes de agave, arce o arroz: alternativas que contienen azúcar.

En resumen, términos que terminan en “-osa”, así como los “jarabes” y los “edulcorantes”, suelen ser indicativos de la presencia de azúcar.

Después de analizar esta información, queda claro que reducir la cantidad de azúcar en la dieta es crucial para mantener una buena salud. Identificar sus diferentes formas y nombres en las etiquetas de los productos es el primer paso para un consumo más consciente y saludable.

Es difícil imaginar un estilo de vida sin azúcar, pero siempre surge la pregunta: ¿cuánto es suficiente? De acuerdo a la Asociación Americana del Corazón, las mujeres no deben consumir más de seis cucharaditas de azúcar al día, mientras que los hombres no deberían exceder las nueve. Esto se traduce en un rango de 25 a 36 gramos, o alrededor de 100 a 150 calorías diarias.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitarse a un máximo de 50 gramos diarios, con un ideal de menos de 25 gramos.

Si se considera que una lata de 350 mililitros de refresco contiene 39 gramos de azúcar promedio y otros alimentos que parecen saludables, como una barra de granola (8 gramos) o un yogur griego con arándanos (14 gramos), se demuestra que la mayoría de las personas consumen el doble de lo que se recomienda.

Gran parte de este azúcar adicional no se consume de manera consciente, ya que se encuentra en productos como galletas, pasteles, jugos y distintos alimentos procesados y es difícil identificarlo en las etiquetas de ingredientes.

Señales de que se está consumiendo demasiada azúcar

Dado que el azúcar puede estar presente de manera inadvertida en muchos alimentos, es importante reconocer las señales de que se podría estar consumiendo más de lo recomendado. La Dra. Lela Ahlemann, especialista en medicina nutricional, compartió con Vogue algunos síntomas que pueden indicar un exceso de azúcar:

Aumento de peso y hambre constante. El azúcar aporta muchas calorías y, además, puede provocar una sensación constante de hambre. Esto se debe a que eleva temporalmente los niveles de glucosa en sangre, pero al carecer de fibra, no produce saciedad a largo plazo, lo que lleva a comer más y, eventualmente, al aumento de peso.Aparición de acné. El consumo de azúcar eleva la insulina y el factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-1), lo que estimula las glándulas sebáceas y puede causar obstrucción de los poros y la aparición de granos.Antojos y cambios de humor. Un aumento en los niveles de glucosa provoca la liberación de insulina, pero si esta respuesta es demasiado fuerte, puede generar una baja repentina del azúcar en sangre, lo que a su vez causa antojos, irritabilidad y cambios en el estado de ánimo.Inflamación y sistema inmune debilitado. Cuando el cuerpo no puede absorber todo el azúcar en el intestino delgado, este pasa al intestino grueso y alimenta a bacterias que no deberían estar ahí. Esto puede desencadenar la liberación de endotoxinas que entran en el torrente sanguíneo, generando una inflamación persistente que debilita el sistema inmunológico y acelera el envejecimiento del cuerpo.

Azúcar escondido

El azúcar aparece en los ingredientes bajo diferentes nombres, lo que complica conocer su verdadera cantidad. Algunos de los términos más frecuentes son:

Sacarosa: el azúcar de mesa tradicional.Glucosa, jarabe de glucosa o dextrosa: presentes en alimentos procesados.Fructosa: el azúcar de las frutas, también usado en jarabes como el de maíz.Jarabe de maíz (alto en fructosa): utilizado en refrescos y otros productos.Maltosa: azúcar de malta que suele encontrarse en pan y cerveza.Dextrosa: otra variante de la glucosa.Lactosa: azúcar natural presente en la leche y los lácteos.Azúcar invertido: obtenido de la descomposición de la sacarosa, se usa en confitería.Miel: un endulzante natural que sigue siendo azúcar.Jarabes de agave, arce o arroz: alternativas que contienen azúcar.

En resumen, términos que terminan en “-osa”, así como los “jarabes” y los “edulcorantes”, suelen ser indicativos de la presencia de azúcar.

Después de analizar esta información, queda claro que reducir la cantidad de azúcar en la dieta es crucial para mantener una buena salud. Identificar sus diferentes formas y nombres en las etiquetas de los productos es el primer paso para un consumo más consciente y saludable.

 Conoce las señales que da el cuerpo al consumir azúcares en exceso. ¿Cómo reconocer la presencia de azúcares en productos y qué hacer para no consumir más de lo necesario?  LA NACION

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