“Esperamos que haya mejoras”: el Banco Mundial reconoció que está preocupado por el aumento de la pobreza en el país
El Banco Mundial sumó otra voz de preocupación por el deterioro de las condiciones sociales y el aumento de la pobreza en la Argentina. “Estamos muy preocupados”, expresó hoy William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del organismo de crédito.
Fue en una videoconferencia en la que el Banco Mundial presentó las conclusiones de su reciente informe ‘Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento’, donde expuso conclusiones sobre los sistemas de tributación vigentes en los países latinoamericanos, sus efectos redistributivos y las consecuencias sobre la inversión, la inflación y el mercado laboral.
“Estamos muy preocupados con el hecho de que la pobreza creció vertiginosamente en la primera mitad del año”, dijo Maloney, ante la consulta por el incremento en los índices publicados por el Indec, que informó que en el primer semestre de 2024 la pobreza en la Argentina escaló al 52,9%, el número más alto desde 2003.
Si se proyecta esa cifra al total de la población, se estima que 25 millones son pobres en la Argentina. La indigencia, mientras tanto, saltó a 18,1% y alcanzó en el primer semestre a 8,5 millones personas.
El economista del Banco Mundial, sin embargo, planteó que “hubo mejoras” en los meses posteriores, en un contexto de caída en la tasa de inflación y recuperación paulatina de los ingresos de la población. “Ha habido mejoras en el último trimestre (en referencia al tercero de 2024) y tenemos la expectativa de que con el crecimiento proyectado del 5% para 2025, se recuperen los niveles de pobreza a los niveles previos”, dijo Maloney.
“Esperamos que haya mejoras a medida que la economía se recupere”, agregó el funcionario del organismo con sede en Washington, que estima para este año una contracción del 3,5% del PBI.
Según Maloney, esa contracción se debe fundamentalmente al “ajuste fiscal extremo” aplicado por el Gobierno. “Pero, honestamente, era algo necesario. Bajar la inflación de los niveles anteriores al 4% mensual es un logro importante”, dijo el economista, quien elogió el foco del gobierno en “llevar orden a las cuentas fiscales y una política monetaria más sensata”.
“Eso es una ventaja grande, y ya estamos viendo algo de recuperación en el sector de los autos, las motos y algo en real estate. Esperamos que eso continúe, y por eso proyectamos un crecimiento del 5% en 2025. La clave para ese progreso es tener sustentabilidad en las cuentas fiscales”, enfatizó el funcionario.
Las proyecciones del Banco Mundial fueron ajustadas a la baja en junio (antes estimaba una caída del 2,4% en 2024), en la última actualización de sus pronósticos comprendidos en el informe 2024 Global Economic Prospects.
A su vez, el Banco Mundial ajustó hoy al alza sus proyecciones de crecimiento promedio de la región, para la cual se estima una expansión del 1,9% (es 0,1 puntos más que en las estimaciones de mediados de año).
Para 2025, mientras tanto, el organismo espera un rebote del nivel de actividad, con una expansión del 5% del PBI argentina (y 4,7% para 2026). Esa mejora en las condiciones económicas también se verificará, según el Banco Mundial, en la región, con un crecimiento promedio del 2,6% en 2025. En este punto, sin embargo, se incluyó una fuerte advertencia: es la región con tasa de crecimiento más baja en todo el mundo.
“En los últimos años, las economías más grandes de la región han experimentado un crecimiento débil del crédito. Excluyendo Argentina, solo Brasil fue capaz de recuperar las tasas prepandémicas de alrededor de 5%. Todas las economías grandes, excepto Argentina, mostraron leves mejoras en el primer trimestre de 2024″, detalla el informe.
Según Maloney, sin embargo, la baja en la tasa de interés aplicada días atrás por la Reserva Federal de los Estados Unidos es un factor que explica las mejores expectativas de corto plazo en la región. “Si esto continúa, será un estímulo para la inversión y el crecimiento. Podemos esperar una recuperación más fuerte de la economía mundial y de China, pero esto último todavía es más incierto”, agregó el economista.
Las proyecciones económicas del Banco Mundial para la Argentina son las mismas que maneja el FMI, que días atrás coincidió en las observaciones sobre el crecimiento de la pobreza y el deterioro en el nivel de los ingresos de la población en el primer semestre. “Hemos reconocido sistemáticamente la situación social en la Argentina es muy delicada, y esto se ha demostrado en los datos de pobreza publicados recientemente”, afirmó la semana pasada Julie Kozack, directora de Comunicaciones del organismo.
La vocera del Fondo Monetario Internacional (FMI) también reconoció que la situación social de la Argentina “es muy delicada” y coincidió con Maloney en que “hay indicios de una incipiente recuperación en la actividad”.
“Las autoridades han ampliado programas de asistencia social bien focalizados que benefician a las mujeres y los niños pobres. Añadiría que las medidas continuas para reducir la inflación y las reformas para fomentar el empleo y la inversión deberían conducir a una mayor mejora de los salarios reales y de la actividad económica en el futuro”, agregó Kozack.
Los desafíos económicos de América Latina
Baja tasa de inversión, tanto pública como privada; inestabilidad financiera y social; infraestructura deficiente y debilidad en los sistemas energéticos y educativos son algunos de los factores que explican el magro desempeño económico de América Latina en la última década.
De acuerdo con los números del Banco Mundial, el nivel de inversión extranjera directa en América Latina, medido en términos reales, está en niveles inferiores a los de hace 13 años. Al mismo tiempo, los flujos de capitales y anuncios de inversión hacia mercados emergentes muestran una preferencia hacia otras regiones.
“La rápida baja de la inflación muestra una buena gestión de muchos bancos centrales, acompañada por una disciplina fiscal por parte de los gobiernos. Estas son cuestiones que deben ser defendidas hacia adelante, porque sin estabilidad macro, todos los planes de largo plazo de inversión o innovación serán imposibles”, dijo Maloney, al analizar las perspectivas económicas de la región.
A su vez, el economista enfatizó en la necesidad de “reducir la incertidumbre política” en la región, para generar confianza y mejores condiciones “para la inversión doméstica y extranjera”.
El informe del Banco Mundial alerta además por el creciente peso de la deuda sobre los países latinoamericanos. Según sus cifras, el ratio deuda/PBI en promedio escaló del 59,1% en 2019 al 62,8% en 2024, en un escenario de modesto crecimiento y expansión de la deuda tras el impacto de la pandemia y las necesidades fiscales de los países.
En ese punto, desde el organismo insisten con una modificación de los sistemas impositivos y plantearon propuestas destinadas a reducir la carga sobre las empresas e incrementar los impuestos al patrimonio y la riqueza de las personas.
“América Latina y el Caribe tienen algunos de los impuestos a las empresas más altos a nivel mundial, con un promedio de 24,7%, por encima del promedio de la OCDE, de 23,9%, y de Asia, de 19%. Sin embargo, la región recauda sólo el 2,7% de sus ingresos a través de impuestos a la riqueza, en comparación con el 12,8% en América del Norte y el 4,3% en Europa occidental y central”, concluye el organismo, que propone especial foco en revisar los impuestos a las propiedades.
El Banco Mundial sumó otra voz de preocupación por el deterioro de las condiciones sociales y el aumento de la pobreza en la Argentina. “Estamos muy preocupados”, expresó hoy William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del organismo de crédito.
Fue en una videoconferencia en la que el Banco Mundial presentó las conclusiones de su reciente informe ‘Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento’, donde expuso conclusiones sobre los sistemas de tributación vigentes en los países latinoamericanos, sus efectos redistributivos y las consecuencias sobre la inversión, la inflación y el mercado laboral.
“Estamos muy preocupados con el hecho de que la pobreza creció vertiginosamente en la primera mitad del año”, dijo Maloney, ante la consulta por el incremento en los índices publicados por el Indec, que informó que en el primer semestre de 2024 la pobreza en la Argentina escaló al 52,9%, el número más alto desde 2003.
Si se proyecta esa cifra al total de la población, se estima que 25 millones son pobres en la Argentina. La indigencia, mientras tanto, saltó a 18,1% y alcanzó en el primer semestre a 8,5 millones personas.
El economista del Banco Mundial, sin embargo, planteó que “hubo mejoras” en los meses posteriores, en un contexto de caída en la tasa de inflación y recuperación paulatina de los ingresos de la población. “Ha habido mejoras en el último trimestre (en referencia al tercero de 2024) y tenemos la expectativa de que con el crecimiento proyectado del 5% para 2025, se recuperen los niveles de pobreza a los niveles previos”, dijo Maloney.
“Esperamos que haya mejoras a medida que la economía se recupere”, agregó el funcionario del organismo con sede en Washington, que estima para este año una contracción del 3,5% del PBI.
Según Maloney, esa contracción se debe fundamentalmente al “ajuste fiscal extremo” aplicado por el Gobierno. “Pero, honestamente, era algo necesario. Bajar la inflación de los niveles anteriores al 4% mensual es un logro importante”, dijo el economista, quien elogió el foco del gobierno en “llevar orden a las cuentas fiscales y una política monetaria más sensata”.
“Eso es una ventaja grande, y ya estamos viendo algo de recuperación en el sector de los autos, las motos y algo en real estate. Esperamos que eso continúe, y por eso proyectamos un crecimiento del 5% en 2025. La clave para ese progreso es tener sustentabilidad en las cuentas fiscales”, enfatizó el funcionario.
Las proyecciones del Banco Mundial fueron ajustadas a la baja en junio (antes estimaba una caída del 2,4% en 2024), en la última actualización de sus pronósticos comprendidos en el informe 2024 Global Economic Prospects.
A su vez, el Banco Mundial ajustó hoy al alza sus proyecciones de crecimiento promedio de la región, para la cual se estima una expansión del 1,9% (es 0,1 puntos más que en las estimaciones de mediados de año).
Para 2025, mientras tanto, el organismo espera un rebote del nivel de actividad, con una expansión del 5% del PBI argentina (y 4,7% para 2026). Esa mejora en las condiciones económicas también se verificará, según el Banco Mundial, en la región, con un crecimiento promedio del 2,6% en 2025. En este punto, sin embargo, se incluyó una fuerte advertencia: es la región con tasa de crecimiento más baja en todo el mundo.
“En los últimos años, las economías más grandes de la región han experimentado un crecimiento débil del crédito. Excluyendo Argentina, solo Brasil fue capaz de recuperar las tasas prepandémicas de alrededor de 5%. Todas las economías grandes, excepto Argentina, mostraron leves mejoras en el primer trimestre de 2024″, detalla el informe.
Según Maloney, sin embargo, la baja en la tasa de interés aplicada días atrás por la Reserva Federal de los Estados Unidos es un factor que explica las mejores expectativas de corto plazo en la región. “Si esto continúa, será un estímulo para la inversión y el crecimiento. Podemos esperar una recuperación más fuerte de la economía mundial y de China, pero esto último todavía es más incierto”, agregó el economista.
Las proyecciones económicas del Banco Mundial para la Argentina son las mismas que maneja el FMI, que días atrás coincidió en las observaciones sobre el crecimiento de la pobreza y el deterioro en el nivel de los ingresos de la población en el primer semestre. “Hemos reconocido sistemáticamente la situación social en la Argentina es muy delicada, y esto se ha demostrado en los datos de pobreza publicados recientemente”, afirmó la semana pasada Julie Kozack, directora de Comunicaciones del organismo.
La vocera del Fondo Monetario Internacional (FMI) también reconoció que la situación social de la Argentina “es muy delicada” y coincidió con Maloney en que “hay indicios de una incipiente recuperación en la actividad”.
“Las autoridades han ampliado programas de asistencia social bien focalizados que benefician a las mujeres y los niños pobres. Añadiría que las medidas continuas para reducir la inflación y las reformas para fomentar el empleo y la inversión deberían conducir a una mayor mejora de los salarios reales y de la actividad económica en el futuro”, agregó Kozack.
Los desafíos económicos de América Latina
Baja tasa de inversión, tanto pública como privada; inestabilidad financiera y social; infraestructura deficiente y debilidad en los sistemas energéticos y educativos son algunos de los factores que explican el magro desempeño económico de América Latina en la última década.
De acuerdo con los números del Banco Mundial, el nivel de inversión extranjera directa en América Latina, medido en términos reales, está en niveles inferiores a los de hace 13 años. Al mismo tiempo, los flujos de capitales y anuncios de inversión hacia mercados emergentes muestran una preferencia hacia otras regiones.
“La rápida baja de la inflación muestra una buena gestión de muchos bancos centrales, acompañada por una disciplina fiscal por parte de los gobiernos. Estas son cuestiones que deben ser defendidas hacia adelante, porque sin estabilidad macro, todos los planes de largo plazo de inversión o innovación serán imposibles”, dijo Maloney, al analizar las perspectivas económicas de la región.
A su vez, el economista enfatizó en la necesidad de “reducir la incertidumbre política” en la región, para generar confianza y mejores condiciones “para la inversión doméstica y extranjera”.
El informe del Banco Mundial alerta además por el creciente peso de la deuda sobre los países latinoamericanos. Según sus cifras, el ratio deuda/PBI en promedio escaló del 59,1% en 2019 al 62,8% en 2024, en un escenario de modesto crecimiento y expansión de la deuda tras el impacto de la pandemia y las necesidades fiscales de los países.
En ese punto, desde el organismo insisten con una modificación de los sistemas impositivos y plantearon propuestas destinadas a reducir la carga sobre las empresas e incrementar los impuestos al patrimonio y la riqueza de las personas.
“América Latina y el Caribe tienen algunos de los impuestos a las empresas más altos a nivel mundial, con un promedio de 24,7%, por encima del promedio de la OCDE, de 23,9%, y de Asia, de 19%. Sin embargo, la región recauda sólo el 2,7% de sus ingresos a través de impuestos a la riqueza, en comparación con el 12,8% en América del Norte y el 4,3% en Europa occidental y central”, concluye el organismo, que propone especial foco en revisar los impuestos a las propiedades.
William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del organismo, advirtió por el deterioro de las condiciones sociales, pero dijo que hubo mejoras en el tercer trimestre LA NACION