Convención de la UCR Una decisión arriesgada y madura
La decisión de la Convención Nacional de la UCR de seguir formando parte Cambiemos es un signo de madurez política. Sólo un partido centenario como el que integro es capaz de dar un debate a viva voz frente a la sociedad y decidir democráticamente cuál será el rumbo a seguir. Otros prefieren tejer su estrategia entre cuatro paredes y de arriba hacia abajo.
Los radicales de todo el país han decidido por mayoría ratificar la pertenencia a un espacio político común haciendo una fuerte crítica a la situación social que se atraviesa y planteándole a nuestros socios que no estamos dispuestos a ser convidados de piedra, ni convalidadores, de políticas que jamás se nos han consultado.
La Convención partidaria decidió seguir integrando el espacio político institucional republicano que más claras muestras ha dado en su intención de dejar definitivamente atrás la pesadilla que significa el populismo. Se ha dispuesto la conformación de una Comisión de Acción Política que propondrá al resto de los integrantes de lo que hasta ahora fue una alianza electoral, los modos para transformar esta unión –que queda chica– en una potente coalición de gobierno.
Quedó claro que interesa la discusión por cargos pero que es mucho más importante el debate sobre las políticas y su instrumentación. Esto es lo que se pretende cuando se piensa en ampliar Cambiemos. Ampliar no sólo significa tratar de crecer sino también la creación de mecanismos de consenso donde cada una de las fuerzas que integran este espacio común sean escuchadas y tenidas en cuenta.
Abandonar este esfuerzo hubiera sido entregarse al populismo sin más. Hubiera significado una claudicación que, en este momento de la historia, nadie que se precie de republicano podría permitirse.
Sabemos que durante estos años se han cometido gran cantidad de errores. Sabemos también que se hizo lo que se tuvo que hacer mucho más que lo al gobierno le hubiese gustado hacer. Por estas razones los convencionales decidieron darle continuidad a un apoyo que estará sujeto a la posibilidad de cambiar dentro de cambiemos, a la posibilidad de corregir lo que hay que corregir.
La decisión de la Convención de la UCR es una clara muestra de buena voluntad, paciencia democrática y fe inquebrantable en los valores que nos han iluminado siempre. Ha sido una decisión valiente cuyo acierto –o no– será juzgado por los argentinos y la historia.