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«La Sole» y Luciano Pereyra coparon Cosquín

Soledad Pastorutti y Luciano Pereyra materializaron el viernes a la noche la jornada de mayor convocatoria de público de la 57ma edición del Festival Nacional de Folclore de Cosquín, donde la local Paola Bernal plantó sobre el escenario Atahualpa Yupanqui de la plaza Próspero Molina parte de la escena emergente viva de la música de raíz cordobesa.

Soledad Pastorutti, dueña de un carisma único que logra encantar toda la Plaza, copó el escenario Atahualpa Yupanqui. Con una formación musical de batería, bombo, dos guitarras, bajo, percusión, teclados, violín y acordeón, la Sole, de a momentos acompañada por su hermana Natalia, ofreció un set que se inició a las 22.35 y concluyó una hora más tarde, en el que arrancó a puro vértigo con chacareras y luego entregó un popurrí de clásicos como «Del norte Cordobés», «Entre a mi pago sin golpear», «A Don Ata» y «Alma, corazón y vida».

Chamamés primero y chacareras luego, terminaron de encender la plaza, manejada a su antojo por Soledad, quizás la figura de mayor carisma que tenga Cosquín en la actualidad

Eran las 0.50, cuando subió Paola Bernal, hija dilecta de Cosquín, que puso sobre el escenario las intenciones y energía de una nueva escena cordobesa de música folclórica.

 

Al frente con el bombo legüero, un instrumento que a veces parece en peligro de
A Bernal siguieron los Sacha y luego Luciano Pereyra, el otro plato fuerte de la noche, que apareció en la Próspero Molina a la 1.50, para un set que arrancó con «Eres mi vida» y continuó con «El elegido» y «Zamba para olvidar», que encendió nuevamente a la multitud de la plaza.

Promediando su show, Pereyra invitó a la Sole y juntos rindieron homenaje a Horacio Guaraní, al que ambos amaron, y de quien cantaron «No quisiera quererte» y «Salteñita de los valles».

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