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Cuatro trucos de una experta para calmar el enojo en público sin que nadie se de cuenta

La ira puede ser una mala consejera en situaciones límites. Es por eso que las personas acuden a profesionales de la salud para moldear su conducta, con el fin de evitar estos sobresaltos que pueden decantar en actitudes agresivas e injustificadas con el prójimo.

Este panorama conduce a las personas a consultas con psicólogos o psiquiatras para poder modificar su sentir y canalizar las energías de una forma diferente, sin caer en la agresividad o ira.

En un momento de enojo, el cerebro desencadena respuestas automáticas que pueden perjudicarte (Foto: iStock)

A raíz de este panorama, la psicóloga y coach emocional, Sonia Díaz, elaboró cuatro consejos útiles y prácticos para estabilizar la mente en periodos donde las emociones son incontenibles.

“En muchas situaciones no es tanto el hecho en sí lo que nos abruma, sino todo lo que nos decimos sobre lo que está ocurriendo. El diálogo interno se acelera, pensás que no deberías sentirte así, que van a pensar que estás exagerando o que ya estás igual que otras veces. Y, sin darte cuenta, estás con la cabeza en el pasado, el cuerpo en modo alerta y el corazón queriendo salir por la boca”, explicó la experta en diálogo con el medio español La Vanguardia.

Cuáles pueden ser los detonantes

  • El enfado interior no es proporcional a lo que realmente sucede: la psicóloga explicó que la incomodidad que uno percibe es real y tangible, aunque, muchas veces, es exagerada por la bronca o la ira acumulada por situaciones pasadas.
  • No caer en el egocentrismo: “La mayoría de las veces cada persona está en lo suyo y la sensación de malestar pasa por desapercibido”, explicó Sonia Díaz en referencia a que el mundo no gira sobre lo que uno piensa y eso puede llevar a acciones desmedidas que no condicen con el contexto.

Los cuatro consejos para calmar el enojo en público

1) Regula las energías desde el pensamiento: según la experta, en momentos límites hay que repetir -en silencio- una frase que te devuelva al presente. Las más recomendadas son: “Esto no es una amenaza”; “No tengo que controlarlo todo” y “Esto pasará, como también pasó la última vez”.

2) Soltá el cuerpo: elimina las tensiones, afloja los hombros y la mandíbula. Evitá las miradas desafiantes si te sentís desencantado con alguna decisión que te perjudique.

3) Respira sin que se note: la respiración es vital en estos casos. Nos da tranquilidad y templanza en momentos límites. “No hace falta usar grandes técnicas: inhala por la nariz contando hasta cuatro. Luego exhala lentamente contando hasta seis. Repite dos o tres veces”, indicó la experta.

4) Observarse desde “afuera”: la distancia interna es fundamental para entender la situación de otra manera y así tomar las decisiones más aptas para el contexto.

La ira puede ser una mala consejera en situaciones límites. Es por eso que las personas acuden a profesionales de la salud para moldear su conducta, con el fin de evitar estos sobresaltos que pueden decantar en actitudes agresivas e injustificadas con el prójimo.

Este panorama conduce a las personas a consultas con psicólogos o psiquiatras para poder modificar su sentir y canalizar las energías de una forma diferente, sin caer en la agresividad o ira.

En un momento de enojo, el cerebro desencadena respuestas automáticas que pueden perjudicarte (Foto: iStock)

A raíz de este panorama, la psicóloga y coach emocional, Sonia Díaz, elaboró cuatro consejos útiles y prácticos para estabilizar la mente en periodos donde las emociones son incontenibles.

“En muchas situaciones no es tanto el hecho en sí lo que nos abruma, sino todo lo que nos decimos sobre lo que está ocurriendo. El diálogo interno se acelera, pensás que no deberías sentirte así, que van a pensar que estás exagerando o que ya estás igual que otras veces. Y, sin darte cuenta, estás con la cabeza en el pasado, el cuerpo en modo alerta y el corazón queriendo salir por la boca”, explicó la experta en diálogo con el medio español La Vanguardia.

Cuáles pueden ser los detonantes

  • El enfado interior no es proporcional a lo que realmente sucede: la psicóloga explicó que la incomodidad que uno percibe es real y tangible, aunque, muchas veces, es exagerada por la bronca o la ira acumulada por situaciones pasadas.
  • No caer en el egocentrismo: “La mayoría de las veces cada persona está en lo suyo y la sensación de malestar pasa por desapercibido”, explicó Sonia Díaz en referencia a que el mundo no gira sobre lo que uno piensa y eso puede llevar a acciones desmedidas que no condicen con el contexto.

Los cuatro consejos para calmar el enojo en público

1) Regula las energías desde el pensamiento: según la experta, en momentos límites hay que repetir -en silencio- una frase que te devuelva al presente. Las más recomendadas son: “Esto no es una amenaza”; “No tengo que controlarlo todo” y “Esto pasará, como también pasó la última vez”.

2) Soltá el cuerpo: elimina las tensiones, afloja los hombros y la mandíbula. Evitá las miradas desafiantes si te sentís desencantado con alguna decisión que te perjudique.

3) Respira sin que se note: la respiración es vital en estos casos. Nos da tranquilidad y templanza en momentos límites. “No hace falta usar grandes técnicas: inhala por la nariz contando hasta cuatro. Luego exhala lentamente contando hasta seis. Repite dos o tres veces”, indicó la experta.

4) Observarse desde “afuera”: la distancia interna es fundamental para entender la situación de otra manera y así tomar las decisiones más aptas para el contexto.

 Una profesional de la salud mental identificó patrones de comportamiento nocivos que se deben erradicar  LA NACION

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