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El extraño argumento de Bukele para rechazar las críticas a la reforma que permite la reelección indefinida en El Salvador

SAN SALVADOR.- El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, defendió las reformas a la Constitución aprobadas por el Congreso controlado por su partido, Nuevas Ideas, que elimina los límites a los mandatos presidenciales y permitiría que se mantenga indefinidamente en el poder.

En un mensaje redactado en inglés y publicado en X a la medianoche del sábado, Bukele, un expublicista muy activo en las redes sociales, reaccionó diciendo que “el 90% de los países desarrollados permiten la reelección indefinida de su jefe de gobierno, y nadie se inmuta”.

Y agregó que cuando un país pequeño y pobre como El Salvador intenta hacer lo mismo, “de repente se convierte en el fin de la democracia”.

Bukele acudió a extraños argumentos, en los que combinó distintos sistemas de gobierno, para justificar la reforma en su país, a la que en el pasado él mismo decía oponerse.

“Obviamente, se apurarán en señalar que ‘un sistema parlamentario no es lo mismo que uno presidencial’, como si ese tecnicismo justificara el doble rasero. Pero seamos honestos: eso es un pretexto. Porque si El Salvador se declarara una monarquía parlamentaria con las mismas reglas que el Reino Unido, España o Dinamarca, seguirían sin apoyarla. De hecho, se pondrían furiosos si eso sucediera”, señaló.

“¿Por qué?”, preguntó: “Porque el problema no es el sistema, sino que un país pobre se atreva a actuar como si fuera soberano”.

“Se supone que no debes hacer lo que ellos hacen. Se supone que debes hacer lo que te dicen. Y se espera que te mantengas en tu carril”, agregó Bukele en su mensaje.

En una jornada maratónica, el Congreso de El Salvador, con amplísima mayoría oficialista, aprobó y ratificó el jueves reformas a cinco artículos de la Constitución con el fin de avalar la reelección presidencial sin limites, extender el periodo presidencial de cinco a seis años, eliminar la segunda vuelta electoral y reducir el periodo presidencial actual para que Bukele pueda participar en los próximos comicios de febrero 2027.

La decisión del Congreso provocó críticas de organizaciones nacionales e internacionales defensoras de los derechos humanos contra el autodenominado “el dictador más cool del mundo”.

En el sistema parlamentario, el partido o los partidos con la mayor representación en el parlamento son quienes forman el gobierno, con su líder ostentando el cargo de primer ministro o canciller. Las funciones ejecutivas, además, recaen en miembros del parlamento nombrados por el primer ministro o canciller. En el sistema presidencial, el jefe de gobierno lo eligen directamente los ciudadanos, a través del voto.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, saluda durante el desfile militar tras su juramentación en el Palacio Nacional, en el centro de San Salvador, el 1 de junio de 2024.

Si bien es cierto que cargos como el de primer ministro no tiene límites en países con sistemas parlamentarios, expertos señalan que esto no es comparable con las naciones presidencialistas. Además, especialistas como el argentino Mario Daniel Serrafero, doctor en Ciencias Políticas, también han advertido de las diferencias en los controles que se ejercen para evitar abusos de poder en esos países, frente a lo que sucede en América Latina.

Los países de Europa Occidental cuentan con “toda una trama institucional consolidada que se interpone entre la cúspide del poder y los ciudadanos y que, además, funciona en forma relativamente eficiente y de acuerdo a los requerimientos mínimos que definen a una democracia liberal”, afirma Serrafero en su paper “La reelección presidencial indefinida en América Latina”, publicado en 2011.

“Por el contrario, en América Latina, existe una notoria ausencia de controles y el mayor poder que, por ingeniería institucional y cultura política, tuvo el presidente latinoamericano, determinó que el modo más concreto de recortar ese poder fuera limitando sus ansias y apetencias reeleccionistas. La ausencia de control suficiente se da dentro de una muy débil trama institucional, con una marcada pervivencia del personalismo político y una cultura fuertemente asociada al caudillismo, el paternalismo y el populismo”, agrega.

Cuestionamientos

Organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch (HRW) y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) consideraron la decisión como un “golpe mortal” a la democracia y una “manipulación” a la Constitución para favorecer las ambiciones de poder de Bukele.

La organización no gubernamental Acción Ciudadana consideró que las reformas perpetúan el presidente en el poder y son señales de autoritarismo comparables con las dictaduras de Daniel Ortega en Nicaragua y de Nicolás Maduro en Venezuela.

“La democracia ha muerto”, afirmó la diputada de Arena Marcela Villatoro durante el acalorado debate en el Congreso.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y su esposa, Gabriela Rodríguez, salen del Teatro Nacional tras pronunciar su discurso de primer año en San Salvador el 1 de junio de 2025.

“Ya se quitaron la máscara. Dejen de querer disfrazar de popularidad y de querer romantizar las dictaduras porque la gente los quiere”, agregó.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) ya anunció que realizará modificaciones en sus planes estratégicos para desarrollar el proceso electoral programado para febrero de 2027.

Las reformas fueron respaldadas por 57 de los 60 diputados del Congreso unicameral. Los dos diputados de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y la diputada del conservador partido Vamos votaron en contra.

Con las reformas se aprueba que el periodo presidencial sea de seis años y no de cinco. Promueven también “eliminar todo lo concerniente a la segunda vuelta electoral, para que se consideren electos como presidente y vicepresidente de la República los candidatos que hayan obtenido el mayor número de votos válidos en el correspondiente proceso electoral”, agregó Figueroa.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, llega al Teatro Nacional para pronunciar su discurso anual ante el Congreso en San Salvador, El Salvador, el domingo 1 de junio de 2025.

Además, se impulsa una disposición transitoria para que el más reciente período presidencial de Bukele, el cual inició el 1 de junio de 2024 y está programado para concluir el 1 de junio de 2029, finalice “anticipadamente” el 1 de junio de 2027, con el propósito de unificar las elecciones presidenciales, legislativas y municipales.

Esta disposición transitoria que establece esa última fecha electoral permitiría que el empresario, en el poder desde 2019, se postule para otro periodo presidencial.

La ratificación obedece al mandato constitucional que se tomó en abril de 2024, cuando se aprobó un cambio en el artículo 248 de la Carta Magna para facilitar reformas constitucionales sin necesidad de tener que esperar a la siguiente legislatura.

En la Constitución vigente desde 1983 se incluyó como requisito para modificar la Carta Magna que la reforma deba ser ratificada en el Congreso posterior. Es decir, que la reforma constitucional debe enviarse y aprobarse en una legislatura, pero ratificarse en la siguiente, después de elecciones.

Pero con la modificación se permitirá cambiar el texto constitucional en una sola legislatura con 45 de los 60 votos -tres cuartas partes- en una sola sesión plenaria. La reforma quedará vigente ocho días después de que sea publicada en el Diario Oficial.

Pese a las críticas contra las políticas de seguridad de Bukele, el último sondeo de opinión concede al mandatario salvadoreño un 85,2% de aprobación y solo un 1,4% de los encuestados considera que la concentración de poder en una sola figura es un problema.

Agencias AP y AFP y diario La Prensa Gráfica

SAN SALVADOR.- El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, defendió las reformas a la Constitución aprobadas por el Congreso controlado por su partido, Nuevas Ideas, que elimina los límites a los mandatos presidenciales y permitiría que se mantenga indefinidamente en el poder.

En un mensaje redactado en inglés y publicado en X a la medianoche del sábado, Bukele, un expublicista muy activo en las redes sociales, reaccionó diciendo que “el 90% de los países desarrollados permiten la reelección indefinida de su jefe de gobierno, y nadie se inmuta”.

Y agregó que cuando un país pequeño y pobre como El Salvador intenta hacer lo mismo, “de repente se convierte en el fin de la democracia”.

Bukele acudió a extraños argumentos, en los que combinó distintos sistemas de gobierno, para justificar la reforma en su país, a la que en el pasado él mismo decía oponerse.

“Obviamente, se apurarán en señalar que ‘un sistema parlamentario no es lo mismo que uno presidencial’, como si ese tecnicismo justificara el doble rasero. Pero seamos honestos: eso es un pretexto. Porque si El Salvador se declarara una monarquía parlamentaria con las mismas reglas que el Reino Unido, España o Dinamarca, seguirían sin apoyarla. De hecho, se pondrían furiosos si eso sucediera”, señaló.

“¿Por qué?”, preguntó: “Porque el problema no es el sistema, sino que un país pobre se atreva a actuar como si fuera soberano”.

“Se supone que no debes hacer lo que ellos hacen. Se supone que debes hacer lo que te dicen. Y se espera que te mantengas en tu carril”, agregó Bukele en su mensaje.

En una jornada maratónica, el Congreso de El Salvador, con amplísima mayoría oficialista, aprobó y ratificó el jueves reformas a cinco artículos de la Constitución con el fin de avalar la reelección presidencial sin limites, extender el periodo presidencial de cinco a seis años, eliminar la segunda vuelta electoral y reducir el periodo presidencial actual para que Bukele pueda participar en los próximos comicios de febrero 2027.

La decisión del Congreso provocó críticas de organizaciones nacionales e internacionales defensoras de los derechos humanos contra el autodenominado “el dictador más cool del mundo”.

En el sistema parlamentario, el partido o los partidos con la mayor representación en el parlamento son quienes forman el gobierno, con su líder ostentando el cargo de primer ministro o canciller. Las funciones ejecutivas, además, recaen en miembros del parlamento nombrados por el primer ministro o canciller. En el sistema presidencial, el jefe de gobierno lo eligen directamente los ciudadanos, a través del voto.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, saluda durante el desfile militar tras su juramentación en el Palacio Nacional, en el centro de San Salvador, el 1 de junio de 2024.

Si bien es cierto que cargos como el de primer ministro no tiene límites en países con sistemas parlamentarios, expertos señalan que esto no es comparable con las naciones presidencialistas. Además, especialistas como el argentino Mario Daniel Serrafero, doctor en Ciencias Políticas, también han advertido de las diferencias en los controles que se ejercen para evitar abusos de poder en esos países, frente a lo que sucede en América Latina.

Los países de Europa Occidental cuentan con “toda una trama institucional consolidada que se interpone entre la cúspide del poder y los ciudadanos y que, además, funciona en forma relativamente eficiente y de acuerdo a los requerimientos mínimos que definen a una democracia liberal”, afirma Serrafero en su paper “La reelección presidencial indefinida en América Latina”, publicado en 2011.

“Por el contrario, en América Latina, existe una notoria ausencia de controles y el mayor poder que, por ingeniería institucional y cultura política, tuvo el presidente latinoamericano, determinó que el modo más concreto de recortar ese poder fuera limitando sus ansias y apetencias reeleccionistas. La ausencia de control suficiente se da dentro de una muy débil trama institucional, con una marcada pervivencia del personalismo político y una cultura fuertemente asociada al caudillismo, el paternalismo y el populismo”, agrega.

Cuestionamientos

Organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch (HRW) y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) consideraron la decisión como un “golpe mortal” a la democracia y una “manipulación” a la Constitución para favorecer las ambiciones de poder de Bukele.

La organización no gubernamental Acción Ciudadana consideró que las reformas perpetúan el presidente en el poder y son señales de autoritarismo comparables con las dictaduras de Daniel Ortega en Nicaragua y de Nicolás Maduro en Venezuela.

“La democracia ha muerto”, afirmó la diputada de Arena Marcela Villatoro durante el acalorado debate en el Congreso.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y su esposa, Gabriela Rodríguez, salen del Teatro Nacional tras pronunciar su discurso de primer año en San Salvador el 1 de junio de 2025.

“Ya se quitaron la máscara. Dejen de querer disfrazar de popularidad y de querer romantizar las dictaduras porque la gente los quiere”, agregó.

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) ya anunció que realizará modificaciones en sus planes estratégicos para desarrollar el proceso electoral programado para febrero de 2027.

Las reformas fueron respaldadas por 57 de los 60 diputados del Congreso unicameral. Los dos diputados de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y la diputada del conservador partido Vamos votaron en contra.

Con las reformas se aprueba que el periodo presidencial sea de seis años y no de cinco. Promueven también “eliminar todo lo concerniente a la segunda vuelta electoral, para que se consideren electos como presidente y vicepresidente de la República los candidatos que hayan obtenido el mayor número de votos válidos en el correspondiente proceso electoral”, agregó Figueroa.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, llega al Teatro Nacional para pronunciar su discurso anual ante el Congreso en San Salvador, El Salvador, el domingo 1 de junio de 2025.

Además, se impulsa una disposición transitoria para que el más reciente período presidencial de Bukele, el cual inició el 1 de junio de 2024 y está programado para concluir el 1 de junio de 2029, finalice “anticipadamente” el 1 de junio de 2027, con el propósito de unificar las elecciones presidenciales, legislativas y municipales.

Esta disposición transitoria que establece esa última fecha electoral permitiría que el empresario, en el poder desde 2019, se postule para otro periodo presidencial.

La ratificación obedece al mandato constitucional que se tomó en abril de 2024, cuando se aprobó un cambio en el artículo 248 de la Carta Magna para facilitar reformas constitucionales sin necesidad de tener que esperar a la siguiente legislatura.

En la Constitución vigente desde 1983 se incluyó como requisito para modificar la Carta Magna que la reforma deba ser ratificada en el Congreso posterior. Es decir, que la reforma constitucional debe enviarse y aprobarse en una legislatura, pero ratificarse en la siguiente, después de elecciones.

Pero con la modificación se permitirá cambiar el texto constitucional en una sola legislatura con 45 de los 60 votos -tres cuartas partes- en una sola sesión plenaria. La reforma quedará vigente ocho días después de que sea publicada en el Diario Oficial.

Pese a las críticas contra las políticas de seguridad de Bukele, el último sondeo de opinión concede al mandatario salvadoreño un 85,2% de aprobación y solo un 1,4% de los encuestados considera que la concentración de poder en una sola figura es un problema.

Agencias AP y AFP y diario La Prensa Gráfica

 El mandatario aseguró que la gran mayoría de los países desarrollados lo permiten, en referencia a monarquías con sistemas parlamentarios  LA NACION

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