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Estefanía y Carolina de Mónaco. Juntas para celebrar los 20 años en el trono de su hermano Alberto II

El sábado 19 por la noche, Mónaco celebró uno de los actos más importantes y simbólicos de su historia reciente: el homenaje a los veinte años de Alberto II en el trono del principado, acto que no sólo fue una muestra de la popularidad de la que goza el jefe de Estado en su territorio, sino también de que los Grimaldi son incondicionales de su soberano. Así, dijeron presente su mujer, la princesa Charlene, sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, sus hermanas, las princesas Carolina y Estefanía, y sus sobrinos Andrea y Charlotte Casiraghi, Alexandra de Hannover, Louis y Pauline Ducruet y Camille Gottlieb (sólo faltó Pierre Casiraghi), así como otros integrantes de la familia, como Tatiana Santo Domingo, la mujer de Andrea, Beatrice Borromeo, casada con Pierre, Marie Ducruet, esposa de Louis, y Ben Strautmann, novio de Alexandra. Aunque, sin duda, los protagonistas absolutos de la jornada fueron los más chicos: Balthazar, hijo de Charlotte, Stefano, hijo de Pierre, y Maximilian, hijo de Andrea.

El momento en el que el príncipe Alberto –acompañado de sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, y de su mujer, la princesa Charlene– corta la gigantesca torta de macarons con los colores de la bandera monegasca. Vista de la Plaza de Palacio repleta de gente que participó de los festejos.Para esta ocasión, la princesa Carolina llevó un look formado por dos piezas de alta costura de la colección primavera-verano 2022 de Chanel, su etiqueta de cabecera: un vestido de seda con finos breteles y volados y un bolero con brillos. Acompañó el conjunto con stilettos bicolor y cartera también de Chanel.Una imagen cargada de emoción: Alberto de Mónaco le da un tierno beso a Charlene, ante la atenta mirada de Andrea Casiraghi.

El acto central –una velada marcada por la elegancia y las referencias al padre del soberano, el recordado príncipe Raniero, que reunió a los miembros de la familia real, figuras del espectáculo, del deporte y de las finanzas y representantes del cuerpo diplomático– tuvo lugar en el Palacio Grimaldi, donde la familia real y sus invitados cantaron el himno, escucharon las sentidas palabras del homenajeado, disfrutaron de un espectáculo de folclore y, al final, cortaron una gigantesca torta de macarons rojos y blancos –los colores de la bandera de Mónaco– bajo un colorido juego de luces, que hizo las delicias de los mini royals.

Rodeado de toda la familia, el príncipe Alberto habló a los monegascos desde las puertas de palacio.La princesa Alexandra de Hannover, con minivestido de tweed, cartera y stilettos Chanel, junto a su novio, Ben Strautmann. A su lado, su cuñada, Beatrice Borromeo, quien con un total look Dior asistió con su hijo Stefano, vestido con un traje típico.Embarazada de su tercer hijo, Bea, la mujer de Pierre Casiraghi, eligió un diseño de falda acampanada y largo midi, realzado con ribetes de bordados florales, y una vez más se consagró como una de las más elegantes de la jornada. La princesa Estefanía (jubilada de sus deberes reales) optó por un estilismo minimalista: vestido completamente liso y de mangas cortas en color crudo de Zara.

Mención especial para Charlene de Mónaco, impecable anfitriona, quien acompañó a su marido en todo momento, igual que los hijos de la pareja, Jacques y Gabriella, quienes desde el mismo instante en que aparecieron por la puerta de honor que da a la Plaza del Palacio junto a sus padres se mostraron unidos y cómplices, como cuando el heredero del trono agarró a su hermana de la mano para apoyarse el uno al otro. Cabe destacar que no se trató de una celebración protocolar o cargada de peso institucional, más bien lo contrario. En ese sentido, el soberano quiso repetir el espíritu que tuvo su proclamación, en julio de 2005, cuando optó por un acto privado para su entronización, sólo que en esta ocasión abrió las puertas de palacio para recibir y saludar personalmente a todos los monegascos que se acercaron a felicitarlo por su aniversario, fecha que, además, marca la consolidación del estilo que Alberto supo imprimir al trono, tras el largo y legendario reinado de su padre.

Charlotte Casiraghi, espléndida con un mono blanco y negro de Chanel, que completó con clutch de la misma firma, no se separó ni un minuto de su hijo menor, Balthazar, fruto de su matrimonio con Dimitri Rassam. Los príncipes Alberto y Charlene posan con sus hijos, Jacques y Gabriella, delante de una escultura de hielo.Tatiana Santo Domingo, la mujer de Andrea Casiraghi, derrochó estilo veraniego con un vestido rojo de su firma, Muzungu Sisters, que combinó con sandalias de Aquazzura y pendientes en oro amarillo y esmeraldas de Venyx World. En la foto, junto a su hijo menor, Maximilian.De la mano de su hija Gabriella, que lució un vestido de broderie de Il Gufo, una firma de ropa para chicos, y sandalias a juego Dolce & Gabbana, la princesa Charlene dio una lección de estilo delicado y contenido con un vestido en rosa empolvado con falda de encaje asimétrica, de Oscar de la Renta, que complementó con zapatos Gianvito Rossi.La tapa de revista ¡Hola! de esta semana

El sábado 19 por la noche, Mónaco celebró uno de los actos más importantes y simbólicos de su historia reciente: el homenaje a los veinte años de Alberto II en el trono del principado, acto que no sólo fue una muestra de la popularidad de la que goza el jefe de Estado en su territorio, sino también de que los Grimaldi son incondicionales de su soberano. Así, dijeron presente su mujer, la princesa Charlene, sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, sus hermanas, las princesas Carolina y Estefanía, y sus sobrinos Andrea y Charlotte Casiraghi, Alexandra de Hannover, Louis y Pauline Ducruet y Camille Gottlieb (sólo faltó Pierre Casiraghi), así como otros integrantes de la familia, como Tatiana Santo Domingo, la mujer de Andrea, Beatrice Borromeo, casada con Pierre, Marie Ducruet, esposa de Louis, y Ben Strautmann, novio de Alexandra. Aunque, sin duda, los protagonistas absolutos de la jornada fueron los más chicos: Balthazar, hijo de Charlotte, Stefano, hijo de Pierre, y Maximilian, hijo de Andrea.

El momento en el que el príncipe Alberto –acompañado de sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, y de su mujer, la princesa Charlene– corta la gigantesca torta de macarons con los colores de la bandera monegasca. Vista de la Plaza de Palacio repleta de gente que participó de los festejos.Para esta ocasión, la princesa Carolina llevó un look formado por dos piezas de alta costura de la colección primavera-verano 2022 de Chanel, su etiqueta de cabecera: un vestido de seda con finos breteles y volados y un bolero con brillos. Acompañó el conjunto con stilettos bicolor y cartera también de Chanel.Una imagen cargada de emoción: Alberto de Mónaco le da un tierno beso a Charlene, ante la atenta mirada de Andrea Casiraghi.

El acto central –una velada marcada por la elegancia y las referencias al padre del soberano, el recordado príncipe Raniero, que reunió a los miembros de la familia real, figuras del espectáculo, del deporte y de las finanzas y representantes del cuerpo diplomático– tuvo lugar en el Palacio Grimaldi, donde la familia real y sus invitados cantaron el himno, escucharon las sentidas palabras del homenajeado, disfrutaron de un espectáculo de folclore y, al final, cortaron una gigantesca torta de macarons rojos y blancos –los colores de la bandera de Mónaco– bajo un colorido juego de luces, que hizo las delicias de los mini royals.

Rodeado de toda la familia, el príncipe Alberto habló a los monegascos desde las puertas de palacio.La princesa Alexandra de Hannover, con minivestido de tweed, cartera y stilettos Chanel, junto a su novio, Ben Strautmann. A su lado, su cuñada, Beatrice Borromeo, quien con un total look Dior asistió con su hijo Stefano, vestido con un traje típico.Embarazada de su tercer hijo, Bea, la mujer de Pierre Casiraghi, eligió un diseño de falda acampanada y largo midi, realzado con ribetes de bordados florales, y una vez más se consagró como una de las más elegantes de la jornada. La princesa Estefanía (jubilada de sus deberes reales) optó por un estilismo minimalista: vestido completamente liso y de mangas cortas en color crudo de Zara.

Mención especial para Charlene de Mónaco, impecable anfitriona, quien acompañó a su marido en todo momento, igual que los hijos de la pareja, Jacques y Gabriella, quienes desde el mismo instante en que aparecieron por la puerta de honor que da a la Plaza del Palacio junto a sus padres se mostraron unidos y cómplices, como cuando el heredero del trono agarró a su hermana de la mano para apoyarse el uno al otro. Cabe destacar que no se trató de una celebración protocolar o cargada de peso institucional, más bien lo contrario. En ese sentido, el soberano quiso repetir el espíritu que tuvo su proclamación, en julio de 2005, cuando optó por un acto privado para su entronización, sólo que en esta ocasión abrió las puertas de palacio para recibir y saludar personalmente a todos los monegascos que se acercaron a felicitarlo por su aniversario, fecha que, además, marca la consolidación del estilo que Alberto supo imprimir al trono, tras el largo y legendario reinado de su padre.

Charlotte Casiraghi, espléndida con un mono blanco y negro de Chanel, que completó con clutch de la misma firma, no se separó ni un minuto de su hijo menor, Balthazar, fruto de su matrimonio con Dimitri Rassam. Los príncipes Alberto y Charlene posan con sus hijos, Jacques y Gabriella, delante de una escultura de hielo.Tatiana Santo Domingo, la mujer de Andrea Casiraghi, derrochó estilo veraniego con un vestido rojo de su firma, Muzungu Sisters, que combinó con sandalias de Aquazzura y pendientes en oro amarillo y esmeraldas de Venyx World. En la foto, junto a su hijo menor, Maximilian.De la mano de su hija Gabriella, que lució un vestido de broderie de Il Gufo, una firma de ropa para chicos, y sandalias a juego Dolce & Gabbana, la princesa Charlene dio una lección de estilo delicado y contenido con un vestido en rosa empolvado con falda de encaje asimétrica, de Oscar de la Renta, que complementó con zapatos Gianvito Rossi.La tapa de revista ¡Hola! de esta semana

 También dijeron presente su mujer, Charlene, sus hijos, Jacques y Gabriella, y sus sobrinos  LA NACION

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