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AFA exigió a San Lorenzo que se abstenga de sancionar a Moretti, el presidente del fajo de dólares

El futuro de Marcelo Moretti como dirigente se juega en los escritorios. En las oficinas de la sede social de San Lorenzo, sobre la Avenida La Plata. Y en el petit hôtel de la calle Viamonte, zona de Tribunales, donde funciona la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). El lunes a la noche el Tribunal de Ética del club había pedido su destitución como presidente, la inhabilitación para ejercer cargos electivos y la suspensión como socio de la entidad, pero el martes AFA le hizo retroceder varios casilleros. Porque el Tribunal de Ética, pero de la casa madre del fútbol nacional, ordenó a su homónimo del club que se abstenga de tomar una decisión sobre el directivo que está en uso de licencia, basándose en el principio de que no se puede juzgar dos veces a una persona por los mismos hechos.

En la práctica, la jugada de la AFA deja en stand by la decisión sanlorencista, que, de todos modos, debía ser aprobada en asamblea para ser efectiva. Más allá de las jerarquías –San Lorenzo está afiliado a AFA y está sujeto a algunas decisiones de ella–, hay un dato que no puede ser soslayado: Moretti integraba el comité ejecutivo de AFA, como vocal. Y existe un expediente abierto en la casa madre desde el 22 de abril, por imágenes del programa TM Investiga, de Canal 9, que muestran que se lleva un fajo de dólares a un bolsillo de su saco, tomadas con una cámara oculta. AFA, entonces, quiere ser la primera en dar un veredicto sobre la situación de Moretti. Por eso le pidió a San Lorenzo que le remita las pruebas de su investigación, para incorporarlas a su expediente. El reclamo está incluido en el boletín del tribunal publicado en el sitio de internet de AFA, y lleva la firma del presidente del órgano de instrucción de ese tribunal, Manuel Fernández.

Hasta ese punto, los hechos. Detrás de los comunicados y las deliberaciones de los distintos órganos subyace la política. O, como les gusta decir a los dirigentes del fútbol argentino, la rosca. Para entender más hay que remitirse al reciente 4 de julio. Aquel día, el presidente de Asociación, Claudio “Chiqui” Tapia, recibió en la sede de la entidad a Julio Lopardo, el hombre que reemplaza a Moretti durante su licencia y está al frente del club. Ex vicepresidente de Fernando Miele, no se trata de un “morettista de la primera hora”, sino de un hombre ajeno al oficialismo sanlorencista. Dicho de otro modo, no tiene poder. Mucho menos, votos.

Según trascendió, en aquel encuentro Tapia le dijo a Lopardo que su intención era que la actual comisión directiva continuara al menos hasta fin de año, que hubiera paz social sin Moretti, y que después se pensara en llamar a elecciones. Lopardo estaba inclinado por la idea de convocar a los socios a votar cuanto antes. Al Ciclón no le conviene contradecir a AFA; después de todo, en Barracas Central, el club de los Tapia, hay dos jugadores a los que les paga el sueldo: Facundo Bruera y Nahuel “Perrito” Barrios. Por otro lado, el DT del Guapo, es un ídolo azulgrana: Rubén Darío Insua.

Tapia recibió la semana pasada a Julio Lopardo, el presidente en ejercicio de San Lorenzo; en la calle Viamonte creen que Lopardo no tiene poder como para expulsar a Moretti en la asamblea.

Cuando parecía, entonces, que Moretti había cesado en su intento de regresar a la presidencia –la licencia que se tomó, al parecer, no tiene plazos–, el Tribunal de Ética del club dio su veredicto y promovió aquella sanción ejemplar contra el dirigente apuntado por sus conductas. En AFA ya tenían el tablero en la mente: pensaban que “de ninguna forma” la oposición al morettismo podía juntar los 68 votos necesarios en la Asamblea para ejecutar la moción pedida por el tribunal de Ética. Sin esas manos levantadas, el veredicto es papel picado.

Siempre dentro de la visión que existe en la calle Viamonte, había un agravante: si la resolución del tribunal era sometida al escrutinio de la asamblea y era rechazada, Moretti podía envalentonarse al saber que los propios todavía le respondían. Y esa votación negativa sería un búmeran entre la gente, que se movilizó a la avenida La Plata hace unos días, luego del enésimo mensaje del propio Moretti para anunciar su regreso. Un escenario que habría estado en las antípodas de la “normalización” supuestamente pretendida por AFA.

Una de las manifestacioens de hinchas de San Lorenzo en la sede de la avenida La Plata para reclamar una elección de autoridades y repudiar a Moretti, el presidente autolicenciado.

Según supo LA NACION, en aquella reunión Tapia intentó convencer a Lopardo de que no tenía sentido una eventual decisión del Tribunal de Ética del club en contra de Moretti. El máximo directivo de AFA creía que no tendría ningún valor real sin los votos. Entonces, una vez que el tribunal del club publicó su veredicto, Tapia accionó el contragolpe desde los escritorios de AFA.

Al instante, alrededor de Moretti se alegraron. Entendieron que la movida formaba parte del “apoyo” que el dirigente licenciado siempre se ufanó de tener por parte de AFA. Es más, hubo quienes hasta se animaron a planear su retorno para los próximos días. Pero… “En lo absoluto queremos que vuelva”, contó una alta fuente de la Asociación a este medio. Y vaticinó: “Vamos a sancionarlo fuerte”.

La casa madre del fútbol argentino, según esa postura, no quería que San Lorenzo la primereara en un tema tan sensible. Más allá de lo que opinen el directivo y su círculo áulico, todo sugiere que es el fin del juego para él. Y que aun cuando la asamblea de socios no tenga los votos suficientes para ejecutar el pedido del Tribunal de Ética del club, será AFA la encargada de sancionarlo. Después, recién después, San Lorenzo tendrá tiempo para pensar en su futuro. Y en la elección de autoridades, que podrá brindarle un poco de tranquilidad. La paz institucional que tanto necesita.

El futuro de Marcelo Moretti como dirigente se juega en los escritorios. En las oficinas de la sede social de San Lorenzo, sobre la Avenida La Plata. Y en el petit hôtel de la calle Viamonte, zona de Tribunales, donde funciona la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). El lunes a la noche el Tribunal de Ética del club había pedido su destitución como presidente, la inhabilitación para ejercer cargos electivos y la suspensión como socio de la entidad, pero el martes AFA le hizo retroceder varios casilleros. Porque el Tribunal de Ética, pero de la casa madre del fútbol nacional, ordenó a su homónimo del club que se abstenga de tomar una decisión sobre el directivo que está en uso de licencia, basándose en el principio de que no se puede juzgar dos veces a una persona por los mismos hechos.

En la práctica, la jugada de la AFA deja en stand by la decisión sanlorencista, que, de todos modos, debía ser aprobada en asamblea para ser efectiva. Más allá de las jerarquías –San Lorenzo está afiliado a AFA y está sujeto a algunas decisiones de ella–, hay un dato que no puede ser soslayado: Moretti integraba el comité ejecutivo de AFA, como vocal. Y existe un expediente abierto en la casa madre desde el 22 de abril, por imágenes del programa TM Investiga, de Canal 9, que muestran que se lleva un fajo de dólares a un bolsillo de su saco, tomadas con una cámara oculta. AFA, entonces, quiere ser la primera en dar un veredicto sobre la situación de Moretti. Por eso le pidió a San Lorenzo que le remita las pruebas de su investigación, para incorporarlas a su expediente. El reclamo está incluido en el boletín del tribunal publicado en el sitio de internet de AFA, y lleva la firma del presidente del órgano de instrucción de ese tribunal, Manuel Fernández.

Hasta ese punto, los hechos. Detrás de los comunicados y las deliberaciones de los distintos órganos subyace la política. O, como les gusta decir a los dirigentes del fútbol argentino, la rosca. Para entender más hay que remitirse al reciente 4 de julio. Aquel día, el presidente de Asociación, Claudio “Chiqui” Tapia, recibió en la sede de la entidad a Julio Lopardo, el hombre que reemplaza a Moretti durante su licencia y está al frente del club. Ex vicepresidente de Fernando Miele, no se trata de un “morettista de la primera hora”, sino de un hombre ajeno al oficialismo sanlorencista. Dicho de otro modo, no tiene poder. Mucho menos, votos.

Según trascendió, en aquel encuentro Tapia le dijo a Lopardo que su intención era que la actual comisión directiva continuara al menos hasta fin de año, que hubiera paz social sin Moretti, y que después se pensara en llamar a elecciones. Lopardo estaba inclinado por la idea de convocar a los socios a votar cuanto antes. Al Ciclón no le conviene contradecir a AFA; después de todo, en Barracas Central, el club de los Tapia, hay dos jugadores a los que les paga el sueldo: Facundo Bruera y Nahuel “Perrito” Barrios. Por otro lado, el DT del Guapo, es un ídolo azulgrana: Rubén Darío Insua.

Tapia recibió la semana pasada a Julio Lopardo, el presidente en ejercicio de San Lorenzo; en la calle Viamonte creen que Lopardo no tiene poder como para expulsar a Moretti en la asamblea.

Cuando parecía, entonces, que Moretti había cesado en su intento de regresar a la presidencia –la licencia que se tomó, al parecer, no tiene plazos–, el Tribunal de Ética del club dio su veredicto y promovió aquella sanción ejemplar contra el dirigente apuntado por sus conductas. En AFA ya tenían el tablero en la mente: pensaban que “de ninguna forma” la oposición al morettismo podía juntar los 68 votos necesarios en la Asamblea para ejecutar la moción pedida por el tribunal de Ética. Sin esas manos levantadas, el veredicto es papel picado.

Siempre dentro de la visión que existe en la calle Viamonte, había un agravante: si la resolución del tribunal era sometida al escrutinio de la asamblea y era rechazada, Moretti podía envalentonarse al saber que los propios todavía le respondían. Y esa votación negativa sería un búmeran entre la gente, que se movilizó a la avenida La Plata hace unos días, luego del enésimo mensaje del propio Moretti para anunciar su regreso. Un escenario que habría estado en las antípodas de la “normalización” supuestamente pretendida por AFA.

Una de las manifestacioens de hinchas de San Lorenzo en la sede de la avenida La Plata para reclamar una elección de autoridades y repudiar a Moretti, el presidente autolicenciado.

Según supo LA NACION, en aquella reunión Tapia intentó convencer a Lopardo de que no tenía sentido una eventual decisión del Tribunal de Ética del club en contra de Moretti. El máximo directivo de AFA creía que no tendría ningún valor real sin los votos. Entonces, una vez que el tribunal del club publicó su veredicto, Tapia accionó el contragolpe desde los escritorios de AFA.

Al instante, alrededor de Moretti se alegraron. Entendieron que la movida formaba parte del “apoyo” que el dirigente licenciado siempre se ufanó de tener por parte de AFA. Es más, hubo quienes hasta se animaron a planear su retorno para los próximos días. Pero… “En lo absoluto queremos que vuelva”, contó una alta fuente de la Asociación a este medio. Y vaticinó: “Vamos a sancionarlo fuerte”.

La casa madre del fútbol argentino, según esa postura, no quería que San Lorenzo la primereara en un tema tan sensible. Más allá de lo que opinen el directivo y su círculo áulico, todo sugiere que es el fin del juego para él. Y que aun cuando la asamblea de socios no tenga los votos suficientes para ejecutar el pedido del Tribunal de Ética del club, será AFA la encargada de sancionarlo. Después, recién después, San Lorenzo tendrá tiempo para pensar en su futuro. Y en la elección de autoridades, que podrá brindarle un poco de tranquilidad. La paz institucional que tanto necesita.

 El Tribunal de Ética de la casa madre del fútbol argentino ordenó frenar una decisión de su análogo del club azulgrana  LA NACION

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