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Daniel Scioli estudia relocalizar a los carpinchos que habitan el norte del Gran Buenos Aires

El Gobierno nacional estudia un plan respecto de los carpinchos que habitan hoy el norte de la provincia de Buenos Aires. En un comunicado oficial de la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes, informaron que el secretario Daniel Scioli —en conjunto con el subsecretario de Ambiente, Fernando Brom— se propuso “analizar medidas con respecto a la superpoblación de carpinchos”. ¿Cuál es la medida? Reubicarlos.

Por el momento es una intención. La razón por la que el proyecto está en estudio es el crecimiento en la población de este roedor gigante. Desde la Secretaría hablan de una “superpoblación”. Sin embargo, no hay estudios publicados que lo cataloguen así. El único estudio disponible habla de un crecimiento de un 100% de los carpinchos en un año, solo en la ciudad de Nordelta. En tres años, se triplicó la población.

Es un hecho que hay más carpinchos que antes en esa zona. “Yo vivo en Tigre y veo que es un problema. Hay terrenos destrozados, personas y carpinchos lastimados. Muchas personas se acercan a mí y lo han planteado”, dijo, en diálogo con LA NACION, Daniel Scioli, secretario de Turismo, Ambiente y Deportes.

Varios expertos consultados, han precisado que estos animales no llegaron, sino que volvieron a su ecosistema. Los barrios cerrados instalados en el norte de la provincia de Buenos Aires se construyeron sobre humedales.

Entrevista con Daniel Scioli, secretario de Turismo, Ambiente y Deporte, en el Torreón del Monje, Mar del Plata, 2 de enero de 2025.

Todavía no se saben los detalles del proyecto, aunque el destino de estos animales serán las Islas del Delta del Paraná. “Pensamos moverlos en jaula camión y después trasladarlos a las islas”, esbozó Scioli.

Ayer el secretario tuvo un extenso diálogo con el veterinario especializado en fauna exótica llamado Adrián Petta. “Él tiene una veterinaria allá en Nordelta. Él ha atendido a muchos animales que fueron agredidos por los carpinchos y me contó que es un problema que está creciendo mucho”, detalló Scioli.

No es claro si la Secretaría consultó a biólogos o ecólogos para considerar esta medida.

Según el comunicado publicado por la secretaría, explicaron que Petta “ha atendido varios casos relacionados con carpinchos, algunos por accidentes de tránsito provocados por su presencia; enfermedades que transmiten a las personas y casos de mordeduras, algunas muy graves”.

LA NACION se comunicó con el veterinario, quien aclaró que además se dedica a otorgar un servicio de atención de carpinchos heridos dentro de la administración vecinal de Nordelta. “Cinco veces a la semana vamos a curar carpinchos. Le hacemos tratamiento médico y lo soltamos, o si fallece lo entregamos a una empresa de residuos patógenos”, explicó Petta.

Repercusiones

Para Rubén Quintana, investigador del Conicet y director del Instituto de Investigación de Ingeniería Ambiental Conicet-Unsam, la medida que plantean “es un delirio”. Explicó que no están considerando muchas variables biológicas y ecológicas importantes como cuál es la población den las Islas del Delta y la disponibilidad de recursos y alimento.

“¿Cómo se va a considerar que los territorios tengan todo lo que los carpinchos necesitan?”, se preguntó el experto. Activistas defensores de los carpinchos se preguntaron si es que esta medida considera las normas ambientales vigentes.

Carpinchos en Nordelta

La Leptospirosis y el hantavirus son algunas de la que se han planteado en grupos informales como “potenciales” problemas vinculados a los carpinchos. Sin embargo, según Quintana, ninguna de estas enfermedades se reproduce en los carpinchos en la Argentina.

Petta planteó que “los biólogos no son autoridad para hablar de enfermedades” y, aunque aclaró que no hay casos de ninguna enfermedad transmitida por carpinchos, aseguró que hay una potencialidad. “Por ejemplo, podrían transmitir rabia. Hay otras enfermedades que son parasitarias, sanguíneas, son protozoarias que se llaman erliquias. Esto puede ser potencialmente contagiado a los seres humanos”, detalló Petta.

“Mucho de lo que plantean es común en los roedores. Y calculo que como el carpincho es un roedor, sospechan lo peor. Pero no hay registro en el país de que los carpinchos hayan sido vectores de enfermedades. Tampoco que hayan atacado personas o niños.

“Te puedo decir que los animales que me consta que fueron atacados por carpinchos son los perros que se meten con alguna cría. Ahí puede ser peligroso, pero es lo único”, reiteró Quintana.

Una familia de carpinchos en el Club Náutico San Isidro

Los carpinchos en el Delta

Estos animales son conocidos como el roedor más grande del mundo. Un adulto puede pesar hasta 60 kilogramos y medir 1,30 metros de largo. Son vegetarianos, anfibios y viven en colonias compuestas por un macho dominante, varias hembras y sus crías. Las hembras pueden reproducirse hasta dos veces por año y tienen una media de cuatro por camada. Toda esa zona ribereña que recorre el río Luján y el Río de la Plata es su hábitat histórico.

“Históricamente, la especie llegaba hasta Buenos Aires, hasta la zona del río Quequén”, explicó Rubén Quintana, investigador del Conicet y director del Instituto de Investigación de Ingeniería Ambiental Conicet-Unsam.

Según Quintana, la población decayó en especial por la cacería y el desplazamiento provocado por la expansión urbanística que se dio en la zona. Sin embargo, de los años 90 a la actualidad se tomaron medidas de protección de esta especie y durante la pandemia, los carpinchos empezaron a repoblar zonas urbanizadas.

Carpinchos en Nordelta

Pero los carpinchos no son los únicos que crecieron en población. Según datos del mapa de poblaciones del Conicet/UCA —basado en el Censo Nacional de Poblaciones 2022—, hace tres años, el barrio de Nordelta tenía 17.714 habitantes, lo que significaban 6544 familias. “Hoy son 45.000 personas las que viven acá”, estimó Marcelo Cantón, secretario de comunicación institucional de Nordelta. Esto significaría que hubo un incremento del 254% en tres años; un 84% anual si asumimos un crecimiento proporcional. Lo que hace unos años era un barrio, ahora supera a ciudades pequeñas como General Villegas o Pehuajó. Y entre las dos especies, las tensiones no cesan y según Petta puede terminar en “justicia a mano propia”. Sin embargo, esto está penado.

Desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires aclararon que esta especie está protegida y tanto su caza como agresión está penada. La ley nacional de flora y fauna estipula penas de entre uno y tres años por cazar animales prohibidos, pero no es preciso respecto de agresiones sino a la caza.

¿Qué debe entenderse por caza? El artículo 265 del Código Rural Ley-Decreto 1081/83 de la provincia de Buenos Aires dice: “Se entiende por acto de caza todo arte o técnica que tiende a buscar, perseguir, acosar, apresar o matar los animales silvestres, así como la recolección de productos derivados de aquellos, tales como plumas, huevos, guano, nidos o cualesquiera productos o subproductos de dichos animales”.

Según científicos, el cambio de uso de suelo y la falta de ordenamiento territorial ha propiciado el conflicto con los carpinchos

Quintana planteó que esta medida no ataca la raíz del problema que es la falta de ordenamiento territorial en la provincia de Buenos Aires. “Volvemos siempre a lo mismo: lo que debería hacerse es tener una mejor planificación y ordenamiento del territorio y no permitir que se sigan urbanizando todos los humedales en diferentes zonas del AMBA”, criticó.

Por su lado, Petta explicó que Nordelta todavía tiene proyectos de expansión en la mesa. Sin embargo, esta expansión tiene un límite trazado. “Solo faltan dos proyectos y Nordelta no se expande más”, comentó. Quintana advirtió que a pesar de esto, hay varios proyectos inmobiliarios que siguen expandiéndose en el sur del delta del Paraná.

El Gobierno nacional estudia un plan respecto de los carpinchos que habitan hoy el norte de la provincia de Buenos Aires. En un comunicado oficial de la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes, informaron que el secretario Daniel Scioli —en conjunto con el subsecretario de Ambiente, Fernando Brom— se propuso “analizar medidas con respecto a la superpoblación de carpinchos”. ¿Cuál es la medida? Reubicarlos.

Por el momento es una intención. La razón por la que el proyecto está en estudio es el crecimiento en la población de este roedor gigante. Desde la Secretaría hablan de una “superpoblación”. Sin embargo, no hay estudios publicados que lo cataloguen así. El único estudio disponible habla de un crecimiento de un 100% de los carpinchos en un año, solo en la ciudad de Nordelta. En tres años, se triplicó la población.

Es un hecho que hay más carpinchos que antes en esa zona. “Yo vivo en Tigre y veo que es un problema. Hay terrenos destrozados, personas y carpinchos lastimados. Muchas personas se acercan a mí y lo han planteado”, dijo, en diálogo con LA NACION, Daniel Scioli, secretario de Turismo, Ambiente y Deportes.

Varios expertos consultados, han precisado que estos animales no llegaron, sino que volvieron a su ecosistema. Los barrios cerrados instalados en el norte de la provincia de Buenos Aires se construyeron sobre humedales.

Entrevista con Daniel Scioli, secretario de Turismo, Ambiente y Deporte, en el Torreón del Monje, Mar del Plata, 2 de enero de 2025.

Todavía no se saben los detalles del proyecto, aunque el destino de estos animales serán las Islas del Delta del Paraná. “Pensamos moverlos en jaula camión y después trasladarlos a las islas”, esbozó Scioli.

Ayer el secretario tuvo un extenso diálogo con el veterinario especializado en fauna exótica llamado Adrián Petta. “Él tiene una veterinaria allá en Nordelta. Él ha atendido a muchos animales que fueron agredidos por los carpinchos y me contó que es un problema que está creciendo mucho”, detalló Scioli.

No es claro si la Secretaría consultó a biólogos o ecólogos para considerar esta medida.

Según el comunicado publicado por la secretaría, explicaron que Petta “ha atendido varios casos relacionados con carpinchos, algunos por accidentes de tránsito provocados por su presencia; enfermedades que transmiten a las personas y casos de mordeduras, algunas muy graves”.

LA NACION se comunicó con el veterinario, quien aclaró que además se dedica a otorgar un servicio de atención de carpinchos heridos dentro de la administración vecinal de Nordelta. “Cinco veces a la semana vamos a curar carpinchos. Le hacemos tratamiento médico y lo soltamos, o si fallece lo entregamos a una empresa de residuos patógenos”, explicó Petta.

Repercusiones

Para Rubén Quintana, investigador del Conicet y director del Instituto de Investigación de Ingeniería Ambiental Conicet-Unsam, la medida que plantean “es un delirio”. Explicó que no están considerando muchas variables biológicas y ecológicas importantes como cuál es la población den las Islas del Delta y la disponibilidad de recursos y alimento.

“¿Cómo se va a considerar que los territorios tengan todo lo que los carpinchos necesitan?”, se preguntó el experto. Activistas defensores de los carpinchos se preguntaron si es que esta medida considera las normas ambientales vigentes.

Carpinchos en Nordelta

La Leptospirosis y el hantavirus son algunas de la que se han planteado en grupos informales como “potenciales” problemas vinculados a los carpinchos. Sin embargo, según Quintana, ninguna de estas enfermedades se reproduce en los carpinchos en la Argentina.

Petta planteó que “los biólogos no son autoridad para hablar de enfermedades” y, aunque aclaró que no hay casos de ninguna enfermedad transmitida por carpinchos, aseguró que hay una potencialidad. “Por ejemplo, podrían transmitir rabia. Hay otras enfermedades que son parasitarias, sanguíneas, son protozoarias que se llaman erliquias. Esto puede ser potencialmente contagiado a los seres humanos”, detalló Petta.

“Mucho de lo que plantean es común en los roedores. Y calculo que como el carpincho es un roedor, sospechan lo peor. Pero no hay registro en el país de que los carpinchos hayan sido vectores de enfermedades. Tampoco que hayan atacado personas o niños.

“Te puedo decir que los animales que me consta que fueron atacados por carpinchos son los perros que se meten con alguna cría. Ahí puede ser peligroso, pero es lo único”, reiteró Quintana.

Una familia de carpinchos en el Club Náutico San Isidro

Los carpinchos en el Delta

Estos animales son conocidos como el roedor más grande del mundo. Un adulto puede pesar hasta 60 kilogramos y medir 1,30 metros de largo. Son vegetarianos, anfibios y viven en colonias compuestas por un macho dominante, varias hembras y sus crías. Las hembras pueden reproducirse hasta dos veces por año y tienen una media de cuatro por camada. Toda esa zona ribereña que recorre el río Luján y el Río de la Plata es su hábitat histórico.

“Históricamente, la especie llegaba hasta Buenos Aires, hasta la zona del río Quequén”, explicó Rubén Quintana, investigador del Conicet y director del Instituto de Investigación de Ingeniería Ambiental Conicet-Unsam.

Según Quintana, la población decayó en especial por la cacería y el desplazamiento provocado por la expansión urbanística que se dio en la zona. Sin embargo, de los años 90 a la actualidad se tomaron medidas de protección de esta especie y durante la pandemia, los carpinchos empezaron a repoblar zonas urbanizadas.

Carpinchos en Nordelta

Pero los carpinchos no son los únicos que crecieron en población. Según datos del mapa de poblaciones del Conicet/UCA —basado en el Censo Nacional de Poblaciones 2022—, hace tres años, el barrio de Nordelta tenía 17.714 habitantes, lo que significaban 6544 familias. “Hoy son 45.000 personas las que viven acá”, estimó Marcelo Cantón, secretario de comunicación institucional de Nordelta. Esto significaría que hubo un incremento del 254% en tres años; un 84% anual si asumimos un crecimiento proporcional. Lo que hace unos años era un barrio, ahora supera a ciudades pequeñas como General Villegas o Pehuajó. Y entre las dos especies, las tensiones no cesan y según Petta puede terminar en “justicia a mano propia”. Sin embargo, esto está penado.

Desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires aclararon que esta especie está protegida y tanto su caza como agresión está penada. La ley nacional de flora y fauna estipula penas de entre uno y tres años por cazar animales prohibidos, pero no es preciso respecto de agresiones sino a la caza.

¿Qué debe entenderse por caza? El artículo 265 del Código Rural Ley-Decreto 1081/83 de la provincia de Buenos Aires dice: “Se entiende por acto de caza todo arte o técnica que tiende a buscar, perseguir, acosar, apresar o matar los animales silvestres, así como la recolección de productos derivados de aquellos, tales como plumas, huevos, guano, nidos o cualesquiera productos o subproductos de dichos animales”.

Según científicos, el cambio de uso de suelo y la falta de ordenamiento territorial ha propiciado el conflicto con los carpinchos

Quintana planteó que esta medida no ataca la raíz del problema que es la falta de ordenamiento territorial en la provincia de Buenos Aires. “Volvemos siempre a lo mismo: lo que debería hacerse es tener una mejor planificación y ordenamiento del territorio y no permitir que se sigan urbanizando todos los humedales en diferentes zonas del AMBA”, criticó.

Por su lado, Petta explicó que Nordelta todavía tiene proyectos de expansión en la mesa. Sin embargo, esta expansión tiene un límite trazado. “Solo faltan dos proyectos y Nordelta no se expande más”, comentó. Quintana advirtió que a pesar de esto, hay varios proyectos inmobiliarios que siguen expandiéndose en el sur del delta del Paraná.

 La Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes evalúa trasladar a los ejemplares desde los barrios privados del norte bonaerense hacia las islas del Delta del Paraná  LA NACION

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