Lisandro Martínez y un llamado a la unidad nacional: “Si la selección pudo, ¿por qué ustedes no?”

Lisandro Martínez, defensor de Manchester United y de la selección argentina, expresó su preocupación por la división social en la Argentina y destacó el ejemplo integrador del equipo nacional. También abordó su recuperación de una lesión, recordó su formación en Newell’s y describió la convivencia en el plantel albiceleste.
Licha participó del ciclo Clank, conducido por Juan Pablo Varsky, y dejó varias definiciones que trascendieron lo futbolístico. “Somos argentinos. ¿Cómo no podemos tirar todos para el mismo lado? Cuando pasan ciertas cosas, da impotencia. Siempre lo traslado al fútbol. ‘Che, estamos jugando un partido y nos estamos pegando entre nosotros… si tenemos que ganar nosotros’. Sos del mismo país, cómo te vas a andar peleando o tirándote con todo. Yo hablo como argentino, no busco un beneficio ni absolutamente nada. Yo también tengo a mi familia viviendo en Argentina y obviamente tengo empatía y comprensión con toda la gente“.
Sin asumir una posición política determinada, remarcó que su postura nace de vivencias personales y del deseo de ver al país en una mejor situación.
Asimismo, “Licha” propuso reflexionar a partir del ejemplo de la selección argentina: “No me olvido más que cuando salimos campeones del mundo se abrazaban los hinchas de Central y los de Newell’s, los de Boca y River. Eso fue genial. ¿Si podría haber unión más allá de cuando se gana un Mundial? Tendrían que decir ‘che, basta loco. Si la selección pudo unir a todos, ¿por qué ustedes no pueden?”. Para Martínez, el fútbol demuestra que es posible superar diferencias cuando se comparten objetivos comunes.
El jugador también habló de su presente físico, marcado por una lesión en la rodilla que lo mantiene alejado de la competencia en Manchester United. “Fue muy duro”, reconoció, aunque se mostró optimista respecto de su recuperación. Evitó dar plazos precisos, pero aseguró que trabaja con intensidad para volver al nivel que supo alcanzar.
En otro tramo, recordó sus comienzos en Newell’s Old Boys. Evocó los primeros entrenamientos, los desafíos iniciales y la formación que recibió tanto en lo futbolístico como en lo humano. “Me enseñaron a luchar por lo que quiero”, resumió sobre una etapa que definió como clave en su carrera.
Luego reveló detalles inéditos de su salida del club rosarino en 2017, cuando aún daba sus primeros pasos como profesional. El defensor explicó que su debut se produjo bajo la conducción de Juan Pablo Vojvoda, pero que con la llegada de Juan Manuel Llop al primer equipo la situación cambió drásticamente. “Cuando empezó la pretemporada palpé lo que iba a pasar. No me ponía, estaba en el tercer equipo y jugaba cinco minutos”, recordó. Esa situación lo llevó a cuestionarse: “Me empecé a calentar y preguntarme qué le pasaba a éste, que no me ponía”.
El punto de quiebre llegó en una práctica, durante un ejercicio de fútbol. “Me tiraron un pelotazo alto, me venía a presionar Guevgeozian, yo mato la pelota y se la doy al lateral. Llop paró el entrenamiento como diciendo ‘¿qué hacés?’”, relató Martínez. Y completó: “Quería que la revolee, cero fútbol. Yo pensé en seguir con lo mío, con mi estilo. A él no le gustaba, no quería que corriera riesgos, quería que la reventara”.
Esa diferencia de criterios lo llevó a replantearse su continuidad en el club del Parque Independencia. “Si no sale la pelota limpia de atrás, ¿cómo vamos a hacer para atacar y hacer goles? Yo tenía esa mentalidad”, explicó. Entonces decidió hablar con el presidente Eduardo Bermúdez, para anticiparle su deseo de emigrar. Según relató, el directivo lo derivó nuevamente con el entrenador, con quien tuvo un último intercambio antes de concretar su pase a Defensa y Justicia. Ese cambio, con el tiempo, marcaría el inicio de su despegue hacia el fútbol europeo.
Consultado por el ambiente en la selección argentina, Martínez no dudó en destacar la armonía del grupo y el rol de Lionel Scaloni: “No se habla de política en la selección, hay respeto y unidad”, afirmó. En ese marco, valoró el liderazgo colectivo y el sentido de pertenencia que atraviesa al plantel. “Lo que se generó en Qatar fue muy fuerte. Sentimos que representamos algo más que un equipo de fútbol”, dijo.
La entrevista permitió, además, asomarse al perfil más íntimo del defensor. Sin caer en grandilocuencias, el futbolista dejó entrever un compromiso con su entorno que excede el rol profesional. Al referirse a las situaciones de desigualdad que observa en la Argentina, habló desde la experiencia familiar: “Mi vieja se levanta a las cinco de la mañana para laburar, no puede ser que no haya más respeto ni oportunidades”, señaló, al tiempo que subrayó la importancia de “no olvidarse nunca de dónde venimos”.
El defensor mostró una sensibilidad particular hacia temas sociales. Evitó slogans, pero transmitió con claridad su empatía hacia quienes atraviesan dificultades económicas. “No me gusta hablar de política, pero hay cosas que duelen”, expresó, en relación con episodios de violencia institucional o desamparo que observó recientemente, refiriéndose a la represión a los jubilados.
Martínez también compartió cómo vive su condición de deportista de elite. Dijo que asume con responsabilidad el hecho de ser una figura pública, y que procura usar esa visibilidad con prudencia. “El fútbol me dio muchas cosas, pero yo sigo siendo Lisandro, el que salió de Gualeguay”, afirmó. En esa línea, contó que mantiene un vínculo estrecho con su ciudad natal y que cada vez que puede vuelve para reencontrarse con sus afectos.
Martínez valoró además el esfuerzo, la constancia y la humildad como pilares de su carrera. “Lo que tengo me lo gané trabajando”, sintetizó, y añadió que su objetivo principal sigue siendo “dejar una huella positiva, adentro y afuera de la cancha”.
Lisandro Martínez, defensor de Manchester United y de la selección argentina, expresó su preocupación por la división social en la Argentina y destacó el ejemplo integrador del equipo nacional. También abordó su recuperación de una lesión, recordó su formación en Newell’s y describió la convivencia en el plantel albiceleste.
Licha participó del ciclo Clank, conducido por Juan Pablo Varsky, y dejó varias definiciones que trascendieron lo futbolístico. “Somos argentinos. ¿Cómo no podemos tirar todos para el mismo lado? Cuando pasan ciertas cosas, da impotencia. Siempre lo traslado al fútbol. ‘Che, estamos jugando un partido y nos estamos pegando entre nosotros… si tenemos que ganar nosotros’. Sos del mismo país, cómo te vas a andar peleando o tirándote con todo. Yo hablo como argentino, no busco un beneficio ni absolutamente nada. Yo también tengo a mi familia viviendo en Argentina y obviamente tengo empatía y comprensión con toda la gente“.
Sin asumir una posición política determinada, remarcó que su postura nace de vivencias personales y del deseo de ver al país en una mejor situación.
Asimismo, “Licha” propuso reflexionar a partir del ejemplo de la selección argentina: “No me olvido más que cuando salimos campeones del mundo se abrazaban los hinchas de Central y los de Newell’s, los de Boca y River. Eso fue genial. ¿Si podría haber unión más allá de cuando se gana un Mundial? Tendrían que decir ‘che, basta loco. Si la selección pudo unir a todos, ¿por qué ustedes no pueden?”. Para Martínez, el fútbol demuestra que es posible superar diferencias cuando se comparten objetivos comunes.
El jugador también habló de su presente físico, marcado por una lesión en la rodilla que lo mantiene alejado de la competencia en Manchester United. “Fue muy duro”, reconoció, aunque se mostró optimista respecto de su recuperación. Evitó dar plazos precisos, pero aseguró que trabaja con intensidad para volver al nivel que supo alcanzar.
En otro tramo, recordó sus comienzos en Newell’s Old Boys. Evocó los primeros entrenamientos, los desafíos iniciales y la formación que recibió tanto en lo futbolístico como en lo humano. “Me enseñaron a luchar por lo que quiero”, resumió sobre una etapa que definió como clave en su carrera.
Luego reveló detalles inéditos de su salida del club rosarino en 2017, cuando aún daba sus primeros pasos como profesional. El defensor explicó que su debut se produjo bajo la conducción de Juan Pablo Vojvoda, pero que con la llegada de Juan Manuel Llop al primer equipo la situación cambió drásticamente. “Cuando empezó la pretemporada palpé lo que iba a pasar. No me ponía, estaba en el tercer equipo y jugaba cinco minutos”, recordó. Esa situación lo llevó a cuestionarse: “Me empecé a calentar y preguntarme qué le pasaba a éste, que no me ponía”.
El punto de quiebre llegó en una práctica, durante un ejercicio de fútbol. “Me tiraron un pelotazo alto, me venía a presionar Guevgeozian, yo mato la pelota y se la doy al lateral. Llop paró el entrenamiento como diciendo ‘¿qué hacés?’”, relató Martínez. Y completó: “Quería que la revolee, cero fútbol. Yo pensé en seguir con lo mío, con mi estilo. A él no le gustaba, no quería que corriera riesgos, quería que la reventara”.
Esa diferencia de criterios lo llevó a replantearse su continuidad en el club del Parque Independencia. “Si no sale la pelota limpia de atrás, ¿cómo vamos a hacer para atacar y hacer goles? Yo tenía esa mentalidad”, explicó. Entonces decidió hablar con el presidente Eduardo Bermúdez, para anticiparle su deseo de emigrar. Según relató, el directivo lo derivó nuevamente con el entrenador, con quien tuvo un último intercambio antes de concretar su pase a Defensa y Justicia. Ese cambio, con el tiempo, marcaría el inicio de su despegue hacia el fútbol europeo.
Consultado por el ambiente en la selección argentina, Martínez no dudó en destacar la armonía del grupo y el rol de Lionel Scaloni: “No se habla de política en la selección, hay respeto y unidad”, afirmó. En ese marco, valoró el liderazgo colectivo y el sentido de pertenencia que atraviesa al plantel. “Lo que se generó en Qatar fue muy fuerte. Sentimos que representamos algo más que un equipo de fútbol”, dijo.
La entrevista permitió, además, asomarse al perfil más íntimo del defensor. Sin caer en grandilocuencias, el futbolista dejó entrever un compromiso con su entorno que excede el rol profesional. Al referirse a las situaciones de desigualdad que observa en la Argentina, habló desde la experiencia familiar: “Mi vieja se levanta a las cinco de la mañana para laburar, no puede ser que no haya más respeto ni oportunidades”, señaló, al tiempo que subrayó la importancia de “no olvidarse nunca de dónde venimos”.
El defensor mostró una sensibilidad particular hacia temas sociales. Evitó slogans, pero transmitió con claridad su empatía hacia quienes atraviesan dificultades económicas. “No me gusta hablar de política, pero hay cosas que duelen”, expresó, en relación con episodios de violencia institucional o desamparo que observó recientemente, refiriéndose a la represión a los jubilados.
Martínez también compartió cómo vive su condición de deportista de elite. Dijo que asume con responsabilidad el hecho de ser una figura pública, y que procura usar esa visibilidad con prudencia. “El fútbol me dio muchas cosas, pero yo sigo siendo Lisandro, el que salió de Gualeguay”, afirmó. En esa línea, contó que mantiene un vínculo estrecho con su ciudad natal y que cada vez que puede vuelve para reencontrarse con sus afectos.
Martínez valoró además el esfuerzo, la constancia y la humildad como pilares de su carrera. “Lo que tengo me lo gané trabajando”, sintetizó, y añadió que su objetivo principal sigue siendo “dejar una huella positiva, adentro y afuera de la cancha”.
El futbolista reflexionó sobre la fragmentación social en la Argentina, repasó su presente y elogió el clima humano en la selección LA NACION