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Adiós Miami, volveremos para otro Mundial

“Conozco la calle”, seduce Tony Montana (Al Pacino) a Elvira (Michelle Pfeiffer) en Scarface, película inolvidable de Brian De Palma. Porsche plateado y mansión en Coconut Grove. La conquista de Miami ya no precisa de narcos cubanos o colombianos, favoritos de Hollywood, capturados todos por Don Johnson en Miami Vice. Jeff Bezos, el magnate de la boda obscena de Venecia, vive tranquilo en la isla de Indian Creek Village, el llamado “Billionaire Bunker”.

Shakira vive en otra zona exclusiva de Miami Beach, cerca de Jeniffer López y Ricky Martin. La artista colombiana brindó dos grandes shows en el Hard Rock Stadium apenas antes del inicio del Mundial de Clubes. Fue el estadio en el que Leo Messi, celebrity más nueva, cara comercial del torneo, ofreció algo de su magia, hasta que Inter Miami sufrió en Atlanta un baño de realidad llamado PSG. En Miami sobrevivió en cambio ayer el equipo más glamoroso de la Copa creada por Gianni Infantino, Real Madrid, que alistó por fin a su celebrity Kylian Mbappé. Fue el último show del torneo en Miami. Dentro de tres semanas, el Hard Rock Stadium recibirá a Coldplay. “Viva la vida”.

La mansión de Jeff Bezos en Miami

Juguete ideal, el fútbol imanta cuando la pelota empieza a rodar. No importan los 40 grados en el estadio, si total DAZN ofrece su “Fútbol Para Todos” y lo vemos gratis por TV. Tampoco importa si una gota de agua detiene dos horas el partido a un minuto del final. Ni que los jugadores entren al campo onda NBA. Ni que cientos de aficionados salten y bailen no cuando su equipo anota un gol, sino apenas explota de inmediato la música FIFA en los altoparlantes.

Y habrá que ser prudentes al apuntar contra los equipos débiles. Primero fue el grupo de aficionados neozelandeses que desnudó a Boca. Y, este lunes, el Al Hilal árabe eliminó al Manchester City de Pep Guardiola. Para el primero será acaso esa única hora gloriosa. Eterna. Para el segundo, el inicio de algo mayor. A diferencia de Qatar (que precisó al PSG francés para vestirse de gloria), Arabia Saudita formó un equipo propio, con jugadores de todas partes, para ofrecerle al Mundial de Clubes un partido extraordinario. La victoria 4-3 en tiempo extra ante el City fue en Orlando, el estadio que había recibido la menor cantidad de hinchas en la primera fase del torneo. Tan cerca de Disney World.

El gol de Marcos Leonardo para el resonante triunfo de Al Hilal sobre Manchester City

La Liga con sede en Riad acaba de asegurarle a Cristiano Ronaldo 676 millones de dólares por un contrato de dos años más, además de “otros incentivos, avión privado y dieciséis empleados a tiempo completo, incluyendo dos chefs y tres jardineros”, según detallan las crónicas. CR7 lleva anotados 99 goles en 111 partidos en su nuevo club, Al Nassr, obviamente financiado con dinero de un Estado dorado, y que es imposible de pagar para cualquier club europeo, llámese Real Madrid o Manchester United, máxime teniendo en cuenta que el goleador portugués tiene hoy 40 años y ofrece solo gotas de lo que fue.

No hubo entonces otro dinero posible que pudiera seducir a Ronaldo a jugar el Mundial de Clubes. CR7, la persona más seguida del mundo en Instagram, sí estará seguramente con Portugal en el Mundial de selecciones de 2026. Será también en Estados Unidos, donde solo Elon Musk y Barack Obama superan al crack en seguidores en X. Cristiano será pues otra gran celebrity para la próxima fiesta de Infantino.

Cristiano Ronaldo continuará en Al Nassr, de Arabia Saudita, a cambio de una fortuna

¿Y Messi? Adidas, en una de las tantas publicidades de DAZN, lo hace competir corriendo en una cinta con Patrick Mahomes, megaestrella de los Kansas Chiefs (fútbol americano). Pero la zanahoria que acaso puede seguir manteniendo vivo a Messi es justamente Ronaldo, el insistente, que anotó goles decisivos que ayudaron a Portugal a ganar la última Liga de Naciones.

Leo aparece en casi todos los comerciales del Mundial de Clubes. Ejecutando tiros libres, corriendo con la pelota dentro de un hotel VIP y diciéndonos que “el fútbol une al mundo”. Y está también en murales y carteles electrónicos de Miami, la ciudad que alberga a casi 60 mil argentinos, y que eligió la AFA para montar oficina y campo propio. También la FIFA mudó oficinas legales aquí, una ciudad (Miami-Dade) con más de media población nacida en el extranjero, gran inmigración inicialmente cubana. Como Tony Montana. O como Jorge Mas Canosa, el padre anticastrista de Jorge y José, los socios de David Beckham en el Inter de Messi, que se despidió del Mundial tras un acto de piedad del PSG, pero desnudó limitaciones serias a la hora de competir contra la élite.

Lionel Messi, en el centro, junto a Jorge y JOsé Mas, copropietarios de Inter Miami con David Beckham (a la derecha)

Los rumores post derrota sugieren que Messi, apenas finalice su contrato en diciembre, buscaría una competencia más exigente para llegar en mejor forma al Mundial de 2026. En Barcelona creen imposible una vuelta fugaz. Porque sigue Joan Laporta, “presidente traidor”. Y porque tampoco hay lugar en un plantel rico, campeón, que presiona alto y que además ya luce a Lamine Yamal como heredero posible.

¿Sería Newell’s una alternativa? La caída en primera rueda de River y Boca en el Mundial de Clubes confirmó que tampoco nuestra Liga atraviesa su mejor momento. Y que, si Miami puede ser paraíso latino, la selección de Lionel Scaloni es nuestro paraíso de la pelota. Nuestro único sueño posible.

“Conozco la calle”, seduce Tony Montana (Al Pacino) a Elvira (Michelle Pfeiffer) en Scarface, película inolvidable de Brian De Palma. Porsche plateado y mansión en Coconut Grove. La conquista de Miami ya no precisa de narcos cubanos o colombianos, favoritos de Hollywood, capturados todos por Don Johnson en Miami Vice. Jeff Bezos, el magnate de la boda obscena de Venecia, vive tranquilo en la isla de Indian Creek Village, el llamado “Billionaire Bunker”.

Shakira vive en otra zona exclusiva de Miami Beach, cerca de Jeniffer López y Ricky Martin. La artista colombiana brindó dos grandes shows en el Hard Rock Stadium apenas antes del inicio del Mundial de Clubes. Fue el estadio en el que Leo Messi, celebrity más nueva, cara comercial del torneo, ofreció algo de su magia, hasta que Inter Miami sufrió en Atlanta un baño de realidad llamado PSG. En Miami sobrevivió en cambio ayer el equipo más glamoroso de la Copa creada por Gianni Infantino, Real Madrid, que alistó por fin a su celebrity Kylian Mbappé. Fue el último show del torneo en Miami. Dentro de tres semanas, el Hard Rock Stadium recibirá a Coldplay. “Viva la vida”.

La mansión de Jeff Bezos en Miami

Juguete ideal, el fútbol imanta cuando la pelota empieza a rodar. No importan los 40 grados en el estadio, si total DAZN ofrece su “Fútbol Para Todos” y lo vemos gratis por TV. Tampoco importa si una gota de agua detiene dos horas el partido a un minuto del final. Ni que los jugadores entren al campo onda NBA. Ni que cientos de aficionados salten y bailen no cuando su equipo anota un gol, sino apenas explota de inmediato la música FIFA en los altoparlantes.

Y habrá que ser prudentes al apuntar contra los equipos débiles. Primero fue el grupo de aficionados neozelandeses que desnudó a Boca. Y, este lunes, el Al Hilal árabe eliminó al Manchester City de Pep Guardiola. Para el primero será acaso esa única hora gloriosa. Eterna. Para el segundo, el inicio de algo mayor. A diferencia de Qatar (que precisó al PSG francés para vestirse de gloria), Arabia Saudita formó un equipo propio, con jugadores de todas partes, para ofrecerle al Mundial de Clubes un partido extraordinario. La victoria 4-3 en tiempo extra ante el City fue en Orlando, el estadio que había recibido la menor cantidad de hinchas en la primera fase del torneo. Tan cerca de Disney World.

El gol de Marcos Leonardo para el resonante triunfo de Al Hilal sobre Manchester City

La Liga con sede en Riad acaba de asegurarle a Cristiano Ronaldo 676 millones de dólares por un contrato de dos años más, además de “otros incentivos, avión privado y dieciséis empleados a tiempo completo, incluyendo dos chefs y tres jardineros”, según detallan las crónicas. CR7 lleva anotados 99 goles en 111 partidos en su nuevo club, Al Nassr, obviamente financiado con dinero de un Estado dorado, y que es imposible de pagar para cualquier club europeo, llámese Real Madrid o Manchester United, máxime teniendo en cuenta que el goleador portugués tiene hoy 40 años y ofrece solo gotas de lo que fue.

No hubo entonces otro dinero posible que pudiera seducir a Ronaldo a jugar el Mundial de Clubes. CR7, la persona más seguida del mundo en Instagram, sí estará seguramente con Portugal en el Mundial de selecciones de 2026. Será también en Estados Unidos, donde solo Elon Musk y Barack Obama superan al crack en seguidores en X. Cristiano será pues otra gran celebrity para la próxima fiesta de Infantino.

Cristiano Ronaldo continuará en Al Nassr, de Arabia Saudita, a cambio de una fortuna

¿Y Messi? Adidas, en una de las tantas publicidades de DAZN, lo hace competir corriendo en una cinta con Patrick Mahomes, megaestrella de los Kansas Chiefs (fútbol americano). Pero la zanahoria que acaso puede seguir manteniendo vivo a Messi es justamente Ronaldo, el insistente, que anotó goles decisivos que ayudaron a Portugal a ganar la última Liga de Naciones.

Leo aparece en casi todos los comerciales del Mundial de Clubes. Ejecutando tiros libres, corriendo con la pelota dentro de un hotel VIP y diciéndonos que “el fútbol une al mundo”. Y está también en murales y carteles electrónicos de Miami, la ciudad que alberga a casi 60 mil argentinos, y que eligió la AFA para montar oficina y campo propio. También la FIFA mudó oficinas legales aquí, una ciudad (Miami-Dade) con más de media población nacida en el extranjero, gran inmigración inicialmente cubana. Como Tony Montana. O como Jorge Mas Canosa, el padre anticastrista de Jorge y José, los socios de David Beckham en el Inter de Messi, que se despidió del Mundial tras un acto de piedad del PSG, pero desnudó limitaciones serias a la hora de competir contra la élite.

Lionel Messi, en el centro, junto a Jorge y JOsé Mas, copropietarios de Inter Miami con David Beckham (a la derecha)

Los rumores post derrota sugieren que Messi, apenas finalice su contrato en diciembre, buscaría una competencia más exigente para llegar en mejor forma al Mundial de 2026. En Barcelona creen imposible una vuelta fugaz. Porque sigue Joan Laporta, “presidente traidor”. Y porque tampoco hay lugar en un plantel rico, campeón, que presiona alto y que además ya luce a Lamine Yamal como heredero posible.

¿Sería Newell’s una alternativa? La caída en primera rueda de River y Boca en el Mundial de Clubes confirmó que tampoco nuestra Liga atraviesa su mejor momento. Y que, si Miami puede ser paraíso latino, la selección de Lionel Scaloni es nuestro paraíso de la pelota. Nuestro único sueño posible.

 La FIFA encontró un torneo ideal para su show; la ausencia de Cristiano Ronaldo y Messi aparece en todos lados  LA NACION

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