Mundial de Clubes: Inter, Lautaro Martínez y la psicología del grupo antes de medirse con River

El plantel de Inter de Milán se encuentra en los Estados Unidos compitiendo en el Mundial de Clubes, pero no puede quitarse de la mente la final perdida de la Champions League (por goleada, 5-0) ante París Saint-Germain, el 31 del mes pasado en Múnich. El mazazo dejó heridas, pero el equipo italiano también es consciente de que debe reaccionar cuanto antes; su rica historia así lo demanda. Este miércoles, cuando se enfrente con River en Seattle, por el cierre del Grupo E, Inter tendrá su primer desafío decisivo tras la final de la Liga de Campeones.
El nuevo director técnico del equipo nerazzurro, Cristian Chivu, se apoyó en el capitán, Lautaro Martínez, para tratar de sacar al equipo adelante, especialmente en el aspecto emocional. “Con los jugadores veteranos del grupo hablamos mucho, intentamos comparar impresiones, pero todos teníamos sensaciones diferentes; eso significa que esa noche fue una combinación de factores”, declaró el futbolista italiano Nicoló Barella, en La Gazzetta dello Sport, refiriéndose a la caída con el PSG. Los jugadores más experimentados de Inter se reunieron varias veces para analizar lo sucedido en Múnich y entienden que esas malas sensaciones deben “eliminarse” cuando antes.
“Porque el partido contra River Plate es el primero decisivo tras la final de la Champions League. No hay margen de error. ¿Y a quién deberíamos pedir ayuda si no a los veteranos? Barella, (Alessandro) Bastoni, (Federico) Dimarco, (Henrij) Mkhitaryan: su pasión aún no se ha reavivado, sus actuaciones han sido agotadoras hasta ahora, la calidad no ha estado a la altura de las ganas, que no han faltado; al contrario. De ellos depende arrastrar al grupo, de ellos depende, una vez más, cambiar la inercia y enviar una señal también de cara a la próxima temporada», publicó el mismo medio deportivo italiano.
En Italia entienden que sólo un gran torneo en los Estados Unidos puede hacerlos olvidar (o matizar) la derrota en la Champions. “Necesitamos alegría”, dijo Bastoni. Lautaro, el futbolista campeón del mundo con la selección argentina en Qatar 2022, es uno de los que intentan impulsar ese cambio de chip mental dentro del grupo. “Les pedí a mis compañeros que fueran fuertes de mente, les expliqué que se necesita un último esfuerzo antes de irse de vacaciones, un último tramo de camino para seguir creciendo”, había narrado el jugador nacido en Bahía Blanca, cuando el conjunto italiano arribó a los Estados Unidos.
Inter, que tiene en la delegación a Javier Zanetti (vicepresidente del club), todavía no ofreció una versión confiable en el Mundial de Clubes: debutó con un empate 1-1 ante Monterrey, mientras que el sábado pasado derrotó -apenas- por 2-1 a Urawa Red Diamonds de Japón. “Es nuestro deber estar alineados y todos remar en la misma dirección, creo que ese es el secreto y las palabras que puedo decir, no es fácil superar estos tiempos difíciles, pero cuando veo a los jugadores dándolo todo y dejando todo en la cancha es algo que me complace”, dijo Chivu.
River e Inter, los dos equipos que se enfrentarán en busca de los octavos de final de la competencia, registran un solo antecedente, un amistoso disputado en 1961, en San Siro, con una asistencia de 75.000 personas. Terminó 1-1, con gol de Mario Corso para los italianos y del brasileño Moacyr para River. Tiempos del entrenador Helenio Herrera, cultor del catenaccio y estratega con el que Inter obtuvo en la década del 60 sus dos primeras Copas de Europa.
El plantel de Inter de Milán se encuentra en los Estados Unidos compitiendo en el Mundial de Clubes, pero no puede quitarse de la mente la final perdida de la Champions League (por goleada, 5-0) ante París Saint-Germain, el 31 del mes pasado en Múnich. El mazazo dejó heridas, pero el equipo italiano también es consciente de que debe reaccionar cuanto antes; su rica historia así lo demanda. Este miércoles, cuando se enfrente con River en Seattle, por el cierre del Grupo E, Inter tendrá su primer desafío decisivo tras la final de la Liga de Campeones.
El nuevo director técnico del equipo nerazzurro, Cristian Chivu, se apoyó en el capitán, Lautaro Martínez, para tratar de sacar al equipo adelante, especialmente en el aspecto emocional. “Con los jugadores veteranos del grupo hablamos mucho, intentamos comparar impresiones, pero todos teníamos sensaciones diferentes; eso significa que esa noche fue una combinación de factores”, declaró el futbolista italiano Nicoló Barella, en La Gazzetta dello Sport, refiriéndose a la caída con el PSG. Los jugadores más experimentados de Inter se reunieron varias veces para analizar lo sucedido en Múnich y entienden que esas malas sensaciones deben “eliminarse” cuando antes.
“Porque el partido contra River Plate es el primero decisivo tras la final de la Champions League. No hay margen de error. ¿Y a quién deberíamos pedir ayuda si no a los veteranos? Barella, (Alessandro) Bastoni, (Federico) Dimarco, (Henrij) Mkhitaryan: su pasión aún no se ha reavivado, sus actuaciones han sido agotadoras hasta ahora, la calidad no ha estado a la altura de las ganas, que no han faltado; al contrario. De ellos depende arrastrar al grupo, de ellos depende, una vez más, cambiar la inercia y enviar una señal también de cara a la próxima temporada», publicó el mismo medio deportivo italiano.
En Italia entienden que sólo un gran torneo en los Estados Unidos puede hacerlos olvidar (o matizar) la derrota en la Champions. “Necesitamos alegría”, dijo Bastoni. Lautaro, el futbolista campeón del mundo con la selección argentina en Qatar 2022, es uno de los que intentan impulsar ese cambio de chip mental dentro del grupo. “Les pedí a mis compañeros que fueran fuertes de mente, les expliqué que se necesita un último esfuerzo antes de irse de vacaciones, un último tramo de camino para seguir creciendo”, había narrado el jugador nacido en Bahía Blanca, cuando el conjunto italiano arribó a los Estados Unidos.
Inter, que tiene en la delegación a Javier Zanetti (vicepresidente del club), todavía no ofreció una versión confiable en el Mundial de Clubes: debutó con un empate 1-1 ante Monterrey, mientras que el sábado pasado derrotó -apenas- por 2-1 a Urawa Red Diamonds de Japón. “Es nuestro deber estar alineados y todos remar en la misma dirección, creo que ese es el secreto y las palabras que puedo decir, no es fácil superar estos tiempos difíciles, pero cuando veo a los jugadores dándolo todo y dejando todo en la cancha es algo que me complace”, dijo Chivu.
River e Inter, los dos equipos que se enfrentarán en busca de los octavos de final de la competencia, registran un solo antecedente, un amistoso disputado en 1961, en San Siro, con una asistencia de 75.000 personas. Terminó 1-1, con gol de Mario Corso para los italianos y del brasileño Moacyr para River. Tiempos del entrenador Helenio Herrera, cultor del catenaccio y estratega con el que Inter obtuvo en la década del 60 sus dos primeras Copas de Europa.
“Necesitamos alegría”, dijo Bastoni, futbolista de un grupo que todavía está golpeado por la final perdida en la Champions y que ante el equipo de Núñez tendrá su primer desafío decisivo tras aquel ante PSG LA NACION