La inflación de mayo fue de 1,5%, la más baja en cinco años

Antes de lo que esperaba el mercado y con una variación por debajo de lo proyectado por los analistas, la inflación quebró el piso simbólico del 2% en mayo, el primer mes completo sin cepo. La suba de precios produjo sorpresa: fue de 1,5% el mes pasado -la más baja en casi cinco años- como consecuencia de la desaceleración fundamentalmente en los alimentos.
La variación mensual es la menor desde mayo de 2020 (1,5%), en plena cuarentena por el coronavirus, cuando el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner mantenían precios máximos por decreto y la actividad económica estaba en una profunda crisis. La diferencia con la actualidad es que los precios hoy son libres en el marco de un proceso de estabilización económica con ajustes de valores relativos y una economía sin cepo para personas físicas.
En lo que va del año, la inflación acumuló 13,3%, mientras que en doce meses sumó 43,5%, según informó el Indec. La inflación núcleo marcó 2,2%, o sea, mostró una desaceleración de un punto.
La división de mayor aumento en el mes fue Comunicación (4,1%), por alzas en Servicios de telefonía e internet. Le siguió Restaurantes y hoteles (3%), por las alzas en Restaurantes y comidas fuera del hogar. Los capítulos que registraron las menores variaciones en mayo con respecto al mes previo fueron Alimentos y bebidas no alcohólicas (0,5%) -hubo caídas en precios de frutas y verduras (los estacionales bajaron un 2,7%)- y Transporte (0,4%).
“La inflación en el mes fue la más baja desde mayo de 2020. Si se excluye el efecto particular sobre el IPC en los primeros meses de la pandemia, la inflación mensual fue la menor desde noviembre de 2017″, informaron en el Ministerio de Economía. “La variación interanual del IPC Nacional fue de 43,5%, registrándose trece meses consecutivos de desaceleración en la comparación contra igual mes del año anterior. Esta variación interanual fue la menor desde marzo de 2021″, indicaron.
“La inflación acumulada en los primeros cinco meses del año fue de 13,3%, la menor para este período del año desde 2020″, cerraron.
Varias consultoras ya venían advirtiendo la posibilidad de perforar el 2%, aunque la mayoría ubicaba al mes todavía en ese margen. Al cierre de mayo, Equilibra, Analytica, LCG y EcoGo esperaban un 2%. C&T, un 1,8%. Sin embargo, algunos recalcularon su pronóstico luego de la publicación del dato en territorio porteño, que marcó 1,6%. Equilibra corrigió su número y estimó esta semana el IPC nacional en 1,7%.
El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del BCRA había previsto un 2,1% para mayo (el top 10 había anticipado un 2%). La inflación núcleo, que tiene en cuenta precios regulados y estacionales, sería levemente más alta –un 2,3%– que la estimación sobre el nivel general, pero más bajo que la core del mes pasado.
“Para los meses siguientes se esperan senderos descendentes de inflación mensual tanto para el IPC nivel general como para el componente núcleo”, indicó el informe que recopila la entidad monetaria.
Esa encuesta entre actores del sector privado espera una inflación para 2025 de entre 28,6% y 27,3%, muy por debajo de lo que dejaron Alberto Fernández y Cristina Kirchner en 2023, variación que marcó el récord en más de tres décadas. Fue entonces, según el Indec, de 211,4%. Es decir, los precios se triplicaron en tan solo un año con el cuarto kirchnerismo al mando del timón.
El REM estimó además que la inflación estaría en 1,7% en octubre próximo, cuando los argentinos irán a las urnas a votar en las elecciones legislativas (26 de octubre). En esa proyección, el piso de 2% iba a perforarse durante este mes.
Sin embargo, el número no fue una sorpresa del todo para el Gobierno. “De hecho, después de que anticiparon esas tasas de inflación del 5 al 7% mensual, es cierto, la tasa de inflación saltó al 3,7% (en marzo), pero dijeron que se iba a quedar en niveles del 5 al 7%. Al mes siguiente (abril) cayó a 2,8, este mes se espera que rompa el 2%, y yo se los afirmo desde acá que para el año que viene la inflación en la Argentina habrá sido historia del pasado”, dijo el presidente Javier Milei durante el cierre del encuentro Madrid Economic Forum antes de viajar hacia Israel.
“Si la inflación empieza con uno este mes o el que viene, o con cero en tres meses, se verá”, avizoró el ministro de Economía, Luis Caputo, en el streaming oficialista Carajo. En el Palacio de Hacienda creen que el timing depende del comportamiento de la demanda de dinero, pero aseguran que pasará inevitablemente porque “todo es consecuencia del buen funcionamiento del programa económico”.
En Israel, donde está el Presidente, señalaron que -antes que a las predicciones de los analistas, con los que el Gobierno está enfrentado- es preciso ver cómo se comporta la curva de futuros y creen que, con un buen dato hoy, se moverá.
El Ministerio de Economía y el Banco Central (BCRA) ajustaron en los últimos días su política monetaria para acelerar –como le gusta calificarlo al Gobierno– el “colapso” de la inflación, que había retomado nuevamente su desaceleración (luego de un complicado repunte de 3,7% en marzo retomó la baja con un 2,8% en abril). Y vale una aclaración: con el dato de este jueves, la inflación bajó casi punto por mes en el último bimestre (abril–mayo) y los analistas creen que seguirá la desaceleración, aunque esperan un leve repunte este mes.
En ese camino, el Gobierno busca sumar más dólares a sus reservas en el BCRA. El plan son licitaciones de bonos en dólares, pero a pagar en pesos, un nuevo REPO, pero también con la confirmación de que el Tesoro puede comprar adentro de la banda de flotación del dólar con superávit (no con emisión) y de que se vienen próximamente privatizaciones que aportarán divisas.
Además, refuerza la astringencia monetaria aspirando pesos con un superávit mayor al proyectado por el Fondo Monetario Internacional -que apoyó las medidas- y con la emisión de un nuevo Bopreal (serie 4). Por otra parte, reforzó el control sobre los pesos que giran en la economía con la eliminación de los puts, las LEFI y cambios en encajes.
La visión de los economistas
“El 1,5% es un muy buen dato por varias razones: primero, porque ya es el primer mes completo post salida del cepo y tener este dato es muy importante, sobre todo porque, si bien hay una idea de que el tipo de cambio está estable y es cierto, creció 10% contra el día anterior a la salida”, dijo el economista de Empiria Federico González Rouco. “A priori, la salida del cepo no tuvo ningún impacto en precios, al contrario, la inflación, más allá del periodo marzo-abril, volvió al sendero de desinflación”, explicó el analista de la consultora de Hernán Lacunza.
“Lo más importante es lo de alimentos, porque aparte de que la inflación fue de 1,5%, las canastas de pobreza y de indigencia crecieron 0,1% una, y la otra tuvo deflación”, agregó González Rouco.
“Finalmente, perforó el 2%, como anticipaba el IPC porteño”, dijo Lorenzo Sigaut Gravina, economista de Equilibra. “Es una sorpresa que fuera 1,5% y no 1,8% o 1,9%”, señaló. ”Obviamente, ayudaron mucho los estacionales, con una caída muy fuerte, de casi 3%. La inflación en esos rubros viene funcionando también como ancla. La núcleo, si bien descendió mucho, bajó a 2,2%, o sea, no perforó el 2%. Pero estamos hablando de un dato muy bueno”, cerró.
“Hubo un tema bastante importante en estacionales, que bajaron bastante, y eso ayudó”, coincidió Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos. “La núcleo, que fue 2,2%, es un punto menor que la de abril y la más baja también desde mayo de 2020. O sea que, más allá del efecto estacional, hay algo más de fondo”, dijo el economista.
“Sin dudas, el dato de inflación de mayo fue muy bueno y el Gobierno tiene motivos para festejar. Estuvo por debajo del consenso de mercado”, afirmó Elisabet Bacigalupo, responsable de macro de la consultora Abeceb. “Es un dato que se suma a la buena seguidilla de datos económicos positivos que viene sumando [el Gobierno] desde mitad de abril, cuando decidió flexibilizar las restricciones cambiarias e ir hacia el régimen de flotación sin provocar cimbronazos. Y con un impacto significativo de reducción de la brecha, que también ha ayudado a la desinflación”, agregó la especialista de la consultora de Dante Sica.
“No hay que perder de vista que el Gobierno está priorizando el objetivo de la desinflación por sobre otros objetivos, como por ejemplo la acumulación de reservas”, dijo Bacigalupo. “Y la contracara de un objetivo y de acercarse a un objetivo y de alejarse de otro, no es algo que no tenga consecuencias. El Gobierno ha decidido no comprar dólares y acumular reservas para mantener bien seca la plaza, astringencia monetaria y de esta manera contribuir al objetivo de desinflación. Eso lo pone en situación de tener que tratar de hacer otro tipo de estrategias para evitar el incumplimiento en la meta de reservas [con el Fondo Monetario Internacional]”, cerró la experta.
Bacigalupo estimó que este mes podría haber una leve aceleración, ya que observó una pequeña suba de precios de alimentos en la primera semana de junio y espera que los valores de regulados –electricidad, gas y transporte–, vayan a pesar. Su predicción ronda el 1,8%.
Antes de lo que esperaba el mercado y con una variación por debajo de lo proyectado por los analistas, la inflación quebró el piso simbólico del 2% en mayo, el primer mes completo sin cepo. La suba de precios produjo sorpresa: fue de 1,5% el mes pasado -la más baja en casi cinco años- como consecuencia de la desaceleración fundamentalmente en los alimentos.
La variación mensual es la menor desde mayo de 2020 (1,5%), en plena cuarentena por el coronavirus, cuando el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner mantenían precios máximos por decreto y la actividad económica estaba en una profunda crisis. La diferencia con la actualidad es que los precios hoy son libres en el marco de un proceso de estabilización económica con ajustes de valores relativos y una economía sin cepo para personas físicas.
En lo que va del año, la inflación acumuló 13,3%, mientras que en doce meses sumó 43,5%, según informó el Indec. La inflación núcleo marcó 2,2%, o sea, mostró una desaceleración de un punto.
La división de mayor aumento en el mes fue Comunicación (4,1%), por alzas en Servicios de telefonía e internet. Le siguió Restaurantes y hoteles (3%), por las alzas en Restaurantes y comidas fuera del hogar. Los capítulos que registraron las menores variaciones en mayo con respecto al mes previo fueron Alimentos y bebidas no alcohólicas (0,5%) -hubo caídas en precios de frutas y verduras (los estacionales bajaron un 2,7%)- y Transporte (0,4%).
“La inflación en el mes fue la más baja desde mayo de 2020. Si se excluye el efecto particular sobre el IPC en los primeros meses de la pandemia, la inflación mensual fue la menor desde noviembre de 2017″, informaron en el Ministerio de Economía. “La variación interanual del IPC Nacional fue de 43,5%, registrándose trece meses consecutivos de desaceleración en la comparación contra igual mes del año anterior. Esta variación interanual fue la menor desde marzo de 2021″, indicaron.
“La inflación acumulada en los primeros cinco meses del año fue de 13,3%, la menor para este período del año desde 2020″, cerraron.
Varias consultoras ya venían advirtiendo la posibilidad de perforar el 2%, aunque la mayoría ubicaba al mes todavía en ese margen. Al cierre de mayo, Equilibra, Analytica, LCG y EcoGo esperaban un 2%. C&T, un 1,8%. Sin embargo, algunos recalcularon su pronóstico luego de la publicación del dato en territorio porteño, que marcó 1,6%. Equilibra corrigió su número y estimó esta semana el IPC nacional en 1,7%.
El Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del BCRA había previsto un 2,1% para mayo (el top 10 había anticipado un 2%). La inflación núcleo, que tiene en cuenta precios regulados y estacionales, sería levemente más alta –un 2,3%– que la estimación sobre el nivel general, pero más bajo que la core del mes pasado.
“Para los meses siguientes se esperan senderos descendentes de inflación mensual tanto para el IPC nivel general como para el componente núcleo”, indicó el informe que recopila la entidad monetaria.
Esa encuesta entre actores del sector privado espera una inflación para 2025 de entre 28,6% y 27,3%, muy por debajo de lo que dejaron Alberto Fernández y Cristina Kirchner en 2023, variación que marcó el récord en más de tres décadas. Fue entonces, según el Indec, de 211,4%. Es decir, los precios se triplicaron en tan solo un año con el cuarto kirchnerismo al mando del timón.
El REM estimó además que la inflación estaría en 1,7% en octubre próximo, cuando los argentinos irán a las urnas a votar en las elecciones legislativas (26 de octubre). En esa proyección, el piso de 2% iba a perforarse durante este mes.
Sin embargo, el número no fue una sorpresa del todo para el Gobierno. “De hecho, después de que anticiparon esas tasas de inflación del 5 al 7% mensual, es cierto, la tasa de inflación saltó al 3,7% (en marzo), pero dijeron que se iba a quedar en niveles del 5 al 7%. Al mes siguiente (abril) cayó a 2,8, este mes se espera que rompa el 2%, y yo se los afirmo desde acá que para el año que viene la inflación en la Argentina habrá sido historia del pasado”, dijo el presidente Javier Milei durante el cierre del encuentro Madrid Economic Forum antes de viajar hacia Israel.
“Si la inflación empieza con uno este mes o el que viene, o con cero en tres meses, se verá”, avizoró el ministro de Economía, Luis Caputo, en el streaming oficialista Carajo. En el Palacio de Hacienda creen que el timing depende del comportamiento de la demanda de dinero, pero aseguran que pasará inevitablemente porque “todo es consecuencia del buen funcionamiento del programa económico”.
En Israel, donde está el Presidente, señalaron que -antes que a las predicciones de los analistas, con los que el Gobierno está enfrentado- es preciso ver cómo se comporta la curva de futuros y creen que, con un buen dato hoy, se moverá.
El Ministerio de Economía y el Banco Central (BCRA) ajustaron en los últimos días su política monetaria para acelerar –como le gusta calificarlo al Gobierno– el “colapso” de la inflación, que había retomado nuevamente su desaceleración (luego de un complicado repunte de 3,7% en marzo retomó la baja con un 2,8% en abril). Y vale una aclaración: con el dato de este jueves, la inflación bajó casi punto por mes en el último bimestre (abril–mayo) y los analistas creen que seguirá la desaceleración, aunque esperan un leve repunte este mes.
En ese camino, el Gobierno busca sumar más dólares a sus reservas en el BCRA. El plan son licitaciones de bonos en dólares, pero a pagar en pesos, un nuevo REPO, pero también con la confirmación de que el Tesoro puede comprar adentro de la banda de flotación del dólar con superávit (no con emisión) y de que se vienen próximamente privatizaciones que aportarán divisas.
Además, refuerza la astringencia monetaria aspirando pesos con un superávit mayor al proyectado por el Fondo Monetario Internacional -que apoyó las medidas- y con la emisión de un nuevo Bopreal (serie 4). Por otra parte, reforzó el control sobre los pesos que giran en la economía con la eliminación de los puts, las LEFI y cambios en encajes.
La visión de los economistas
“El 1,5% es un muy buen dato por varias razones: primero, porque ya es el primer mes completo post salida del cepo y tener este dato es muy importante, sobre todo porque, si bien hay una idea de que el tipo de cambio está estable y es cierto, creció 10% contra el día anterior a la salida”, dijo el economista de Empiria Federico González Rouco. “A priori, la salida del cepo no tuvo ningún impacto en precios, al contrario, la inflación, más allá del periodo marzo-abril, volvió al sendero de desinflación”, explicó el analista de la consultora de Hernán Lacunza.
“Lo más importante es lo de alimentos, porque aparte de que la inflación fue de 1,5%, las canastas de pobreza y de indigencia crecieron 0,1% una, y la otra tuvo deflación”, agregó González Rouco.
“Finalmente, perforó el 2%, como anticipaba el IPC porteño”, dijo Lorenzo Sigaut Gravina, economista de Equilibra. “Es una sorpresa que fuera 1,5% y no 1,8% o 1,9%”, señaló. ”Obviamente, ayudaron mucho los estacionales, con una caída muy fuerte, de casi 3%. La inflación en esos rubros viene funcionando también como ancla. La núcleo, si bien descendió mucho, bajó a 2,2%, o sea, no perforó el 2%. Pero estamos hablando de un dato muy bueno”, cerró.
“Hubo un tema bastante importante en estacionales, que bajaron bastante, y eso ayudó”, coincidió Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos. “La núcleo, que fue 2,2%, es un punto menor que la de abril y la más baja también desde mayo de 2020. O sea que, más allá del efecto estacional, hay algo más de fondo”, dijo el economista.
“Sin dudas, el dato de inflación de mayo fue muy bueno y el Gobierno tiene motivos para festejar. Estuvo por debajo del consenso de mercado”, afirmó Elisabet Bacigalupo, responsable de macro de la consultora Abeceb. “Es un dato que se suma a la buena seguidilla de datos económicos positivos que viene sumando [el Gobierno] desde mitad de abril, cuando decidió flexibilizar las restricciones cambiarias e ir hacia el régimen de flotación sin provocar cimbronazos. Y con un impacto significativo de reducción de la brecha, que también ha ayudado a la desinflación”, agregó la especialista de la consultora de Dante Sica.
“No hay que perder de vista que el Gobierno está priorizando el objetivo de la desinflación por sobre otros objetivos, como por ejemplo la acumulación de reservas”, dijo Bacigalupo. “Y la contracara de un objetivo y de acercarse a un objetivo y de alejarse de otro, no es algo que no tenga consecuencias. El Gobierno ha decidido no comprar dólares y acumular reservas para mantener bien seca la plaza, astringencia monetaria y de esta manera contribuir al objetivo de desinflación. Eso lo pone en situación de tener que tratar de hacer otro tipo de estrategias para evitar el incumplimiento en la meta de reservas [con el Fondo Monetario Internacional]”, cerró la experta.
Bacigalupo estimó que este mes podría haber una leve aceleración, ya que observó una pequeña suba de precios de alimentos en la primera semana de junio y espera que los valores de regulados –electricidad, gas y transporte–, vayan a pesar. Su predicción ronda el 1,8%.
Por la desaceleración en alimentos, fue menos de lo esperado por el mercado y registró la menor variación desde mayo de 2020 LA NACION