Revelaron por qué los gatos tienen un mejor control alimenticio que los perros
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La domesticación de los perros y los gatos se dio hace más de 5000 años y a lo largo de este tiempo aprendieron a convivir con los seres humanos. Una de las cuestiones que cambió drásticamente es su forma de alimentación, ya que ahora cuentan con la comida a mano y se volvieron dependientes de sus dueños. Bajo ese hábito, se notó que históricamente los felinos eran más selectivos con lo que ingerían a diferencia que los perros. Pero, ¿qué diferencia crucial existe entre ellos?
Es probable que tu perro consuma cualquier tipo de comida con desesperación, sin importar qué, a excepción de ciertas verduras. Sin embargo, los gatos suelen elegir cuidadosamente su ingesta. ¿Por qué sucede esto? Esto solo sucede con las cosas dulces y los expertos explicaron que se debería a las papilas gustativas que no captan el dulzor, por lo que sienten menos atracción.
Según un artículo que compartió National Geographic, los investigadores hallaron que los gatos tienen la carencia de un gen en particular gracias a diversos análisis de ADN. Según explicaron, los gatos domésticos, los tigres y los guepardos poseen una versión “rota” del gen Tas1r2, que trabaja con otro gen, el Tas1r3 para permitir la detección del sabor dulce.
El Tas1r2 es un “pseudogen no expresado” al que le faltan 247 letras. Sin ellas no puede producir las proteínas necesarias para percibir el dulzor en las papilas gustativas. Ante la preocupación de qué sabores sí sienten los felinos, hace tiempo que los científicos sospechan de que podrían captar el “umami”, una definición técnica del sabor rico y sabroso que se esconde en la carne, que fue la base de su alimentación durante siglos.
Al parecer, su genética desarrolló el genoma Tas1r1, que trabaja con el Tas1r3 para formar un receptor umami. Esto se comprobó con un experimento que puso a 25 gatos frente a dos cuencos con líquido. El primero, tenía agua pura y el segundo, estaba lleno de agua con moléculas de este sabor particular. Evidentemente, los animales se dirigieron al último.
Estas partículas de umami están presentes en la carne del atún, por lo que es les es familiar y hasta provoca una sensación de placer en todo su organismo cada vez que la ingieren. Es por ello que probablemente notes que ronronea cada vez que ingiere este tipo de pescado.
Dicha prueba fue confirmada por Scott McGrane, científico del Instituto Científico Waltham Petcare, quien sugirió: “Creemos que el umami es el principal impulsor de la ingesta de los gatos. El atún da en el clavo del umami para los felinos”.
Por su parte, los perros sí perciben el umami y el sabor dulce. Además, los dos detectan el amargor, solo que los felinos poseen 12 genes, de los cuales siete son funcionales y en los canes son 15. Un paso adelante en la investigación es conocer cómo es el impacto del gusto amargo en estos animales y si su percepción real es similar entre ambos e igual a la que notan los seres humanos, señaló el experto.
La evolución de las papilas gustativas contribuyó a que los animales puedan detectar los alimentos que son benéficos para su salud. Desde lo dulce, que les indica un alto nivel de hidratos de carbono, hasta lo salado, que remarca la presencia de sodio y el amargor, que podría permitirles digerir productos ácidos o prevenir la ingesta de aquellos que están podridos.
De esta forma, los científicos lograron determinar que los felinos pueden captar solo el umami, el amargor y lo salado, pero no el sabor dulce. Gracias a ello absorben proteínas y fibras necesarias para que su tipo de organismo desempeñe un funcionamiento óptimo.
La domesticación de los perros y los gatos se dio hace más de 5000 años y a lo largo de este tiempo aprendieron a convivir con los seres humanos. Una de las cuestiones que cambió drásticamente es su forma de alimentación, ya que ahora cuentan con la comida a mano y se volvieron dependientes de sus dueños. Bajo ese hábito, se notó que históricamente los felinos eran más selectivos con lo que ingerían a diferencia que los perros. Pero, ¿qué diferencia crucial existe entre ellos?
Es probable que tu perro consuma cualquier tipo de comida con desesperación, sin importar qué, a excepción de ciertas verduras. Sin embargo, los gatos suelen elegir cuidadosamente su ingesta. ¿Por qué sucede esto? Esto solo sucede con las cosas dulces y los expertos explicaron que se debería a las papilas gustativas que no captan el dulzor, por lo que sienten menos atracción.
Según un artículo que compartió National Geographic, los investigadores hallaron que los gatos tienen la carencia de un gen en particular gracias a diversos análisis de ADN. Según explicaron, los gatos domésticos, los tigres y los guepardos poseen una versión “rota” del gen Tas1r2, que trabaja con otro gen, el Tas1r3 para permitir la detección del sabor dulce.
El Tas1r2 es un “pseudogen no expresado” al que le faltan 247 letras. Sin ellas no puede producir las proteínas necesarias para percibir el dulzor en las papilas gustativas. Ante la preocupación de qué sabores sí sienten los felinos, hace tiempo que los científicos sospechan de que podrían captar el “umami”, una definición técnica del sabor rico y sabroso que se esconde en la carne, que fue la base de su alimentación durante siglos.
Al parecer, su genética desarrolló el genoma Tas1r1, que trabaja con el Tas1r3 para formar un receptor umami. Esto se comprobó con un experimento que puso a 25 gatos frente a dos cuencos con líquido. El primero, tenía agua pura y el segundo, estaba lleno de agua con moléculas de este sabor particular. Evidentemente, los animales se dirigieron al último.
Estas partículas de umami están presentes en la carne del atún, por lo que es les es familiar y hasta provoca una sensación de placer en todo su organismo cada vez que la ingieren. Es por ello que probablemente notes que ronronea cada vez que ingiere este tipo de pescado.
Dicha prueba fue confirmada por Scott McGrane, científico del Instituto Científico Waltham Petcare, quien sugirió: “Creemos que el umami es el principal impulsor de la ingesta de los gatos. El atún da en el clavo del umami para los felinos”.
Por su parte, los perros sí perciben el umami y el sabor dulce. Además, los dos detectan el amargor, solo que los felinos poseen 12 genes, de los cuales siete son funcionales y en los canes son 15. Un paso adelante en la investigación es conocer cómo es el impacto del gusto amargo en estos animales y si su percepción real es similar entre ambos e igual a la que notan los seres humanos, señaló el experto.
La evolución de las papilas gustativas contribuyó a que los animales puedan detectar los alimentos que son benéficos para su salud. Desde lo dulce, que les indica un alto nivel de hidratos de carbono, hasta lo salado, que remarca la presencia de sodio y el amargor, que podría permitirles digerir productos ácidos o prevenir la ingesta de aquellos que están podridos.
De esta forma, los científicos lograron determinar que los felinos pueden captar solo el umami, el amargor y lo salado, pero no el sabor dulce. Gracias a ello absorben proteínas y fibras necesarias para que su tipo de organismo desempeñe un funcionamiento óptimo.
Después de varios análisis, se comprobó una diferencia crucial entre estas dos mascotas que permite a los felinos ser selectivos con la comida LA NACION