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Atentado contra Cristina Kirchner: declaró el primo de Brenda Uliarte y pidieron su detención en medio del juicio

Martín Alejandro Uliarte, el primo de Brenda Uliarte –acusada de ser partícipe necesaria en el fallido atentado contra Cristina Kirchner– brindó este miércoles un relato entrecortado, marcado por los olvidos y las imprecisiones, al declarar como testigo frente al Tribunal Oral Número 6, lo que llevó tanto a la querella como a la fiscalía a pedir su detención por falso testimonio a mitad del debate en el juicio oral. El tribunal, no obstante, desestimó la petición.

Además de su parentesco directo con Brenda, Alejandro Uliarte, un policía bonaerense de 22 años, tiene dos nexos con la causa: antes y después del ataque contra la exvicepresidenta cruzó varias llamadas con su prima Brenda, quien se encontraba en la esquina de los hechos el 1 de septiembre de 2022.

Por el otro, en el allanamiento realizado tras el ataque en el domicilio donde residía Brenda, apareció un manuscrito escrito por él, según un peritaje caligráfico, en el que se describía una técnica policial norteamericana conocida como “Regla de Tueller”, la cual determina la distancia necesaria para que una persona armada pueda defenderse a tiempo de una ataque con un arma blanca.

Sobre estos dos ejes giraron buena parte de las preguntas que durante más de tres horas los abogados de la querella y la fiscal Alejandra Baigún le formularon al policía, que se mostró elusivo y nunca pudo aportar precisiones. “No lo recuerdo”, reiteró innumerables veces ante las preguntas puntuales que le dirigían las partes.

En tanto primo de la acusada, Alejandro Uliarte, a diferencia de los otros testigos que hasta aquí desfilaron por el tribunal podía excusarse de responder. Sin embargo, nunca echo mano de esa facultad.

“No hay que creerle mucho”, afirmó, relativizando los diálogos que mantuvo con ella, cuando la fiscal Baigún le dio a conocer que tenía entre sus manos el registro de los llamados que cruzaron aquel día. El primero de ellos fue casi 5 horas antes del ataque: estando de servicio, Alejandro llamó a su prima pero esta no atendió, según consta en los registros que forman parte de la prueba. A las 21.04, poco más de 10 minutos después del ataque, Brenda le devolvió el llamado, pero fue el quien no atendió. A las 21.27 se establece el primer contacto entre ambos, que duró poco más de tres minutos. A las 21.38 se da el segundo intercambio. S

Según reconstruyó en la audiencia, Brenda le contó del episodio –a él le costó mucho creerle– y luego le preguntó si el “negro”, por Fernando Sabag Montiel, podía ir preso por intentar matar a alguien, una consulta que a Alejandro Uliarte le pareció “idiota”, según dijo frente al tribunal. Solo cuando vio las repercusiones en internet, cayó en la cuenta de lo que le había contado su prima era cierto. Quedaron en verse al otro día para que Brenda Uliarte le contara con más detalles lo ocurrido, pero ella no apareció. “La intención era verla para saber”, relató. Por la mañana, sin embargo, mantuvieron nuevos contactos telefónicos, uno de ellos duró más de 11 minutos.

La presidenta del tribunal oral número 6, la jueza Sabrina Namer, intentó profundizar sobre estos intercambios, pero no pudo arrancarle mayores precisiones al testigo, a quien le debieron reformular hasta tres veces algunas de las preguntas y recordarle la fecha del atentado en más de una oportunidad. “Ella decía que era inocente, que no tenía nada que ver”, dijo Alejandro Uliarte.

También se le preguntó por el manuscrito encontrado en el allanamiento. La “regla de Tueller” forma parte del canon de instrucción en muchos de los cuerpos policiales del mundo: sugiere la distancia mínima necesaria para que un hombre portando un arma de fuego se encuentre a resguardo de un potencial ataque de alguien empuñando un arma blanca.

Alejandro Uliarte afirmó que el protocolo le fue enseñado en la escuela de formación, en La Matanza, y que el manuscrito era una anotación suya de alguna de sus clases. La querella, no obstante, remarcó que el texto en ese manuscrito era una copia exacta de una página de internet. El tesitgo no pudo recordar si alguna vez había realizado en la web una búsqueda del protocolo.

A las dos horas y media de iniciada la declaración, la querella solicitó que el testigo se retire de la sala AMIA para plantear de manera formal ante el tribunal su detención por falso testimonio. “Nos ha mentido en la audiencia”, dijo el abogado de Cristina Kirchner, José Manuel Ubeira, luego de marcar la “reticencia” del testigo a contestar preguntas y ciertas “inconsistencias” en su relato, además de resaltar que no recordaba muchas cuestiones sustanciales en la causa, “siendo policía, no ferretero”.

Al poco tiempo, la fiscal Baigún se plegó al pedido de Ubeira, pero el tribunal, luego de una corta deliberación, no lo avaló; aunque sí pidió que se extrajera el testimonio de Alejandro Uliarte para investigar la posible comisión del delito de falso testimonio.

El testimonio de “El Presto”

Al primo de Brenda le siguieron otros siete testigos. Uno de ellos fue Eduardo Miguel Prestofelippo, un comunicador conocido como el “presto” que milita las ideas libertarias en distintas plataformas. El “presto” mantuvo un vínculo fugaz con Brenda Uliarte, según afirmó en la audiencia. “Tuvimos un encuentro sexual una noche, nada más”, dijo al comienzo de su declaración, cuando le preguntaron sobre su vínculo con Brenda Uliarte, a quien dijo haber conocido en el acto de Parque Lezama cuando el presidente Javier Milei lanzó su candidatura a diputado en 2021, y a partir de allí solo haberla visto un par de veces.

“Yo planteo una batalla cultural desde las ideas del liberalismo, de la derecha, en contra de los que son los gobiernos populistas, izquierda, centro izquierda o progresista”, describió sobre su trabajo.

A mitad de su declaración, sorprendió con una apreciación personal: “No creo que se trate de dos loquitos, de dos lúmpenes. Yo creo que hay otra cosa”, dijo, al pasar, en relación a quienes están sentados en el banquillo de los acusados. “Creo que acá hay olor a las cloacas de los servicios. Eso creo. A mí todo esto me ha hecho muchísimo daño”, afirmó tras una pregunta de la fiscal Baigún, que se mostró interesada en sus dichos. La jueza Namer encauzó el debate luego de afirmar que no estaban allí para ahondar en “hipótesis”.

Martín Alejandro Uliarte, el primo de Brenda Uliarte –acusada de ser partícipe necesaria en el fallido atentado contra Cristina Kirchner– brindó este miércoles un relato entrecortado, marcado por los olvidos y las imprecisiones, al declarar como testigo frente al Tribunal Oral Número 6, lo que llevó tanto a la querella como a la fiscalía a pedir su detención por falso testimonio a mitad del debate en el juicio oral. El tribunal, no obstante, desestimó la petición.

Además de su parentesco directo con Brenda, Alejandro Uliarte, un policía bonaerense de 22 años, tiene dos nexos con la causa: antes y después del ataque contra la exvicepresidenta cruzó varias llamadas con su prima Brenda, quien se encontraba en la esquina de los hechos el 1 de septiembre de 2022.

Por el otro, en el allanamiento realizado tras el ataque en el domicilio donde residía Brenda, apareció un manuscrito escrito por él, según un peritaje caligráfico, en el que se describía una técnica policial norteamericana conocida como “Regla de Tueller”, la cual determina la distancia necesaria para que una persona armada pueda defenderse a tiempo de una ataque con un arma blanca.

Sobre estos dos ejes giraron buena parte de las preguntas que durante más de tres horas los abogados de la querella y la fiscal Alejandra Baigún le formularon al policía, que se mostró elusivo y nunca pudo aportar precisiones. “No lo recuerdo”, reiteró innumerables veces ante las preguntas puntuales que le dirigían las partes.

En tanto primo de la acusada, Alejandro Uliarte, a diferencia de los otros testigos que hasta aquí desfilaron por el tribunal podía excusarse de responder. Sin embargo, nunca echo mano de esa facultad.

“No hay que creerle mucho”, afirmó, relativizando los diálogos que mantuvo con ella, cuando la fiscal Baigún le dio a conocer que tenía entre sus manos el registro de los llamados que cruzaron aquel día. El primero de ellos fue casi 5 horas antes del ataque: estando de servicio, Alejandro llamó a su prima pero esta no atendió, según consta en los registros que forman parte de la prueba. A las 21.04, poco más de 10 minutos después del ataque, Brenda le devolvió el llamado, pero fue el quien no atendió. A las 21.27 se establece el primer contacto entre ambos, que duró poco más de tres minutos. A las 21.38 se da el segundo intercambio. S

Según reconstruyó en la audiencia, Brenda le contó del episodio –a él le costó mucho creerle– y luego le preguntó si el “negro”, por Fernando Sabag Montiel, podía ir preso por intentar matar a alguien, una consulta que a Alejandro Uliarte le pareció “idiota”, según dijo frente al tribunal. Solo cuando vio las repercusiones en internet, cayó en la cuenta de lo que le había contado su prima era cierto. Quedaron en verse al otro día para que Brenda Uliarte le contara con más detalles lo ocurrido, pero ella no apareció. “La intención era verla para saber”, relató. Por la mañana, sin embargo, mantuvieron nuevos contactos telefónicos, uno de ellos duró más de 11 minutos.

La presidenta del tribunal oral número 6, la jueza Sabrina Namer, intentó profundizar sobre estos intercambios, pero no pudo arrancarle mayores precisiones al testigo, a quien le debieron reformular hasta tres veces algunas de las preguntas y recordarle la fecha del atentado en más de una oportunidad. “Ella decía que era inocente, que no tenía nada que ver”, dijo Alejandro Uliarte.

También se le preguntó por el manuscrito encontrado en el allanamiento. La “regla de Tueller” forma parte del canon de instrucción en muchos de los cuerpos policiales del mundo: sugiere la distancia mínima necesaria para que un hombre portando un arma de fuego se encuentre a resguardo de un potencial ataque de alguien empuñando un arma blanca.

Alejandro Uliarte afirmó que el protocolo le fue enseñado en la escuela de formación, en La Matanza, y que el manuscrito era una anotación suya de alguna de sus clases. La querella, no obstante, remarcó que el texto en ese manuscrito era una copia exacta de una página de internet. El tesitgo no pudo recordar si alguna vez había realizado en la web una búsqueda del protocolo.

A las dos horas y media de iniciada la declaración, la querella solicitó que el testigo se retire de la sala AMIA para plantear de manera formal ante el tribunal su detención por falso testimonio. “Nos ha mentido en la audiencia”, dijo el abogado de Cristina Kirchner, José Manuel Ubeira, luego de marcar la “reticencia” del testigo a contestar preguntas y ciertas “inconsistencias” en su relato, además de resaltar que no recordaba muchas cuestiones sustanciales en la causa, “siendo policía, no ferretero”.

Al poco tiempo, la fiscal Baigún se plegó al pedido de Ubeira, pero el tribunal, luego de una corta deliberación, no lo avaló; aunque sí pidió que se extrajera el testimonio de Alejandro Uliarte para investigar la posible comisión del delito de falso testimonio.

El testimonio de “El Presto”

Al primo de Brenda le siguieron otros siete testigos. Uno de ellos fue Eduardo Miguel Prestofelippo, un comunicador conocido como el “presto” que milita las ideas libertarias en distintas plataformas. El “presto” mantuvo un vínculo fugaz con Brenda Uliarte, según afirmó en la audiencia. “Tuvimos un encuentro sexual una noche, nada más”, dijo al comienzo de su declaración, cuando le preguntaron sobre su vínculo con Brenda Uliarte, a quien dijo haber conocido en el acto de Parque Lezama cuando el presidente Javier Milei lanzó su candidatura a diputado en 2021, y a partir de allí solo haberla visto un par de veces.

“Yo planteo una batalla cultural desde las ideas del liberalismo, de la derecha, en contra de los que son los gobiernos populistas, izquierda, centro izquierda o progresista”, describió sobre su trabajo.

A mitad de su declaración, sorprendió con una apreciación personal: “No creo que se trate de dos loquitos, de dos lúmpenes. Yo creo que hay otra cosa”, dijo, al pasar, en relación a quienes están sentados en el banquillo de los acusados. “Creo que acá hay olor a las cloacas de los servicios. Eso creo. A mí todo esto me ha hecho muchísimo daño”, afirmó tras una pregunta de la fiscal Baigún, que se mostró interesada en sus dichos. La jueza Namer encauzó el debate luego de afirmar que no estaban allí para ahondar en “hipótesis”.

 Se trata de Martín Alejandro Uliarte, un policía bonaerense que brindó un relato lleno de baches e imprecisiones; la querella y la fiscal solicitaron detenerlo por falso testimonio, pero el tribunal no lo avaló  LA NACION

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