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Pablo Quirno: “Los gestores de la política económica en la Argentina tenemos credibilidad cero y la única manera de generarla es a través de los hechos y los resultados”

Para bajarles los impuestos a las empresas, que la inflación siga descendiendo y que el crédito privado se siga expandiendo, primero las cuentas del Estado tienen que estar en orden y el superávit fiscal se tiene que consolidar en el tiempo. Esa es la visión que tiene el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, quien agregó que en diciembre el equipo económico asumió “en la que fue la peor crisis económica” y que la Argentina tiene el desafío de revertir la reputación de “credibilidad cero” que se ganó a lo largo de su historia.

“Los gestores de la política económica en la Argentina tenemos credibilidad cero. Y la única manera de generar credibilidad y generar confianza es a través de los hechos y los resultados. Porque durante décadas hemos escuchado riquísimos y muy efectivos discursos que terminan en lo que comúnmente llamamos ‘zaraza’ por falta de resultados. Es por eso que se diseñó un programa económico que tenía que dar resultados rápidos, porque a través de los resultados y a través de los hechos era como íbamos a generar credibilidad. En ese sentido, asumimos en lo que fue la peor crisis económica de la Argentina y entonces necesitábamos urgentemente resolver los problemas centrales”, dijo el secretario de Finanzas, durante la inauguración de la Semana Mundial del Inversor, organizada por la Comisión Nacional de Valores (CNV).

Por esa razón, Quirno explicó que el corazón del programa económico del gobierno se diseñó en la eliminación del déficit fiscal y así poder tener un colchón de pesos para poder honrar los compromisos de deuda que el país tiene tanto con inversores privados como organismos multilaterales de crédito. A su vez, agregó que también el foco de los primeros meses de gestión se puso en resolver el problema comercial que había con los importadores, a través de la emisión de Bonos para la Reconstrucción de la Argentina (Bopreal).

“Una de las mejores cosas que podemos hacer es continuar con la eficientización del gasto que nos lleve, indefectiblemente, a otro objetivo principal que tenemos en el Gobierno: bajar impuestos. Es la mejor manera de sacar la pata del Estado del sector privado. No hay otra manera, no hay atajo. El camino es largo, pero el camino es promisorio”, agregó.

Además, Quirno remarcó que el orden macroeconómico “indefectiblemente” producirá una baja de la inflación. Y, en esta reacción en cadena, como el Estado deja de necesitar financiamiento constantemente, el crédito privado vuelve a mirar al mercado privado.

“Lo primero que apareció cinco meses después de haber estado al borde de una crisis terminal para la Argentina, porque no iba a ser una crisis económica como la que estamos, sino una mucho más profunda, fueron los créditos hipotecarios. A partir de la falta de necesidad del Tesoro de financiarse en los mercados, hoy tenemos diez empresas que accedieron a los mercados internacionales de crédito, todas con tasas de un dígito”, completó.

Como ejemplo, mencionó que YPF logró financiarse con una tasa del 10% anual en dólares en enero, cuando todavía el riesgo país estaba el riesgo país por encima de los 2500 puntos básicos. Mientras que a nivel local, recordó que la semana pasada Pampa Energía lanzó una obligación con tasa del 5,75% anual en moneda dura, y que fue sobredemandada por el blanqueo de capitales.

“El blanqueo no es recaudatorio, empiezan a haber otras fuentes de financiamiento. Gente que saca los dólares del colchón, de la caja de seguridad, y como esa plata se estaba derritiendo (aunque a un ritmo menor que los pesos), los agarran y los ponen a invertir. Entonces aparecen compañías que pueden ir al mercado y financiar sus proyectos”, ejemplificó.

Por otro lado, el secretario de Finanzas aseguró que el “interés que hay por la Argentina es mayúsculo”. Por eso, para atraer tanto la inversión extranjera directa como la inversión nacional, mencionó que se crearon iniciativas como el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI). Aprobado por el Congreso, prevé beneficios fiscales, cambiarios y aduaneros para aquellas que concreten inversiones por más de US$200 millones. Actualmente, la normativa incluye a determinados sectores, como el de minería, turismo y tecnología, aunque adelantó que a futuro buscarán abarcar a toda la economía argentina, para que “siga creciendo y gane competitividad”.

“Va a ser producto de nuestras continuas acciones para seguir retirándonos de actividades que no debemos tener, dejar de sofocar al sector privado e ir para adelante, pero el orden macro es fundamental para que ese potencial se desarrolle. ¿Por qué? Hemos hablado durante muchísimos años de la inseguridad jurídica en la Argentina, pero nunca hablamos de que es la hija del desorden macro”, cerró.

Para bajarles los impuestos a las empresas, que la inflación siga descendiendo y que el crédito privado se siga expandiendo, primero las cuentas del Estado tienen que estar en orden y el superávit fiscal se tiene que consolidar en el tiempo. Esa es la visión que tiene el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, quien agregó que en diciembre el equipo económico asumió “en la que fue la peor crisis económica” y que la Argentina tiene el desafío de revertir la reputación de “credibilidad cero” que se ganó a lo largo de su historia.

“Los gestores de la política económica en la Argentina tenemos credibilidad cero. Y la única manera de generar credibilidad y generar confianza es a través de los hechos y los resultados. Porque durante décadas hemos escuchado riquísimos y muy efectivos discursos que terminan en lo que comúnmente llamamos ‘zaraza’ por falta de resultados. Es por eso que se diseñó un programa económico que tenía que dar resultados rápidos, porque a través de los resultados y a través de los hechos era como íbamos a generar credibilidad. En ese sentido, asumimos en lo que fue la peor crisis económica de la Argentina y entonces necesitábamos urgentemente resolver los problemas centrales”, dijo el secretario de Finanzas, durante la inauguración de la Semana Mundial del Inversor, organizada por la Comisión Nacional de Valores (CNV).

Por esa razón, Quirno explicó que el corazón del programa económico del gobierno se diseñó en la eliminación del déficit fiscal y así poder tener un colchón de pesos para poder honrar los compromisos de deuda que el país tiene tanto con inversores privados como organismos multilaterales de crédito. A su vez, agregó que también el foco de los primeros meses de gestión se puso en resolver el problema comercial que había con los importadores, a través de la emisión de Bonos para la Reconstrucción de la Argentina (Bopreal).

“Una de las mejores cosas que podemos hacer es continuar con la eficientización del gasto que nos lleve, indefectiblemente, a otro objetivo principal que tenemos en el Gobierno: bajar impuestos. Es la mejor manera de sacar la pata del Estado del sector privado. No hay otra manera, no hay atajo. El camino es largo, pero el camino es promisorio”, agregó.

Además, Quirno remarcó que el orden macroeconómico “indefectiblemente” producirá una baja de la inflación. Y, en esta reacción en cadena, como el Estado deja de necesitar financiamiento constantemente, el crédito privado vuelve a mirar al mercado privado.

“Lo primero que apareció cinco meses después de haber estado al borde de una crisis terminal para la Argentina, porque no iba a ser una crisis económica como la que estamos, sino una mucho más profunda, fueron los créditos hipotecarios. A partir de la falta de necesidad del Tesoro de financiarse en los mercados, hoy tenemos diez empresas que accedieron a los mercados internacionales de crédito, todas con tasas de un dígito”, completó.

Como ejemplo, mencionó que YPF logró financiarse con una tasa del 10% anual en dólares en enero, cuando todavía el riesgo país estaba el riesgo país por encima de los 2500 puntos básicos. Mientras que a nivel local, recordó que la semana pasada Pampa Energía lanzó una obligación con tasa del 5,75% anual en moneda dura, y que fue sobredemandada por el blanqueo de capitales.

“El blanqueo no es recaudatorio, empiezan a haber otras fuentes de financiamiento. Gente que saca los dólares del colchón, de la caja de seguridad, y como esa plata se estaba derritiendo (aunque a un ritmo menor que los pesos), los agarran y los ponen a invertir. Entonces aparecen compañías que pueden ir al mercado y financiar sus proyectos”, ejemplificó.

Por otro lado, el secretario de Finanzas aseguró que el “interés que hay por la Argentina es mayúsculo”. Por eso, para atraer tanto la inversión extranjera directa como la inversión nacional, mencionó que se crearon iniciativas como el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI). Aprobado por el Congreso, prevé beneficios fiscales, cambiarios y aduaneros para aquellas que concreten inversiones por más de US$200 millones. Actualmente, la normativa incluye a determinados sectores, como el de minería, turismo y tecnología, aunque adelantó que a futuro buscarán abarcar a toda la economía argentina, para que “siga creciendo y gane competitividad”.

“Va a ser producto de nuestras continuas acciones para seguir retirándonos de actividades que no debemos tener, dejar de sofocar al sector privado e ir para adelante, pero el orden macro es fundamental para que ese potencial se desarrolle. ¿Por qué? Hemos hablado durante muchísimos años de la inseguridad jurídica en la Argentina, pero nunca hablamos de que es la hija del desorden macro”, cerró.

 El secretario de Finanzas disertó durante la inauguración de la Semana Mundial del Inversor, donde analizó los cambios que hubo en el mercado de capitales durante los últimos meses y contó cuáles serán los próximos pasos para “dejar de sofocar al sector privado”  LA NACION

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