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Resuelven el misterio de la lápida más antigua de Estados Unidos: ¿De dónde proviene y a quién pertenecía?

Una investigación reciente resolvió el misterio que se posaba sobre la lápida más antigua de Estados Unidos, ubicada en el distrito de Jamestown, en Virginia, donde estuvo alguna vez el primer asentamiento inglés permanente en EE.UU. En específico, los arqueólogos del estudio descubrieron que se trata de una piedra grabada importada de Bélgica en 1627, que conmemora a un antiguo caballero inglés que emigró por primera vez a EE.UU. en 1610.

La investigación, publicada en la revista International Journal of Historical Archaeology, fue llevada a cabo por los profesionales Markus M. Key y Rebecca K. Rossi. Para el estudio, analizaron los pequeños microbios fósiles de la placa de “mármol” negro. Entonces, descubrieron seis especies de foraminíferos que no coexistían en EE.UU. en ese momento, sino en lo que hoy es Bélgica e Irlanda.

A quién pertenece la antigua lapida

Los científicos descubrieron que la antigua lápida de Jamestown pertenecía al caballero Sir George Yeardley, quien murió durante el siglo XVII. Su nieto adoptivo había encargado una lápida del mismo material y con la misma inscripción que la original. Gracias a esos registros, se pudo llegar a la conclusión de que la placa de 1627 pertenecía a Yeardley.

El caballero Yeardley nació en 1588 en Southwark, Inglaterra. En 1610, emigró a Jamestown, el primer asentamiento permanente inglés en EE.UU., que había sido fundado tres años antes de su llegada. Llegó a tierra después de sobrevivir a un naufragio en las Bermudas.

Un reconocido personaje

De acuerdo a la investigación, se desempeñó como capitán de la guardia del teniente gobernador Sir Thomas Gates y fue elegido como vicegobernador del estado de Virginia en 1616, antes de regresar a su país natal en 1617. En su vuelta a Inglaterra, el rey Jaime I lo declaró como caballero.

En 1619, viajó nuevamente Virginia para asumir su puesto como Lord gobernador, aunque renunció dos años después hasta ser nombrado gobernador real. Murió en 1627 por causas desconocidas y su cuerpo fue enterrado en la iglesia parroquial de Jamestown. La lápida permaneció allí hasta 1640, año en el que fue reubicada por obras en la entrada sur. En 1907, la repararon y la colocaron en la actual iglesia Memorial.

La hipótesis de los investigadores: la lápida viajó desde Bélgica hasta la colonia de Virginia

Los investigadores analizaron minuciosamente la lápida de piedra caliza negra. En ella encontraron depresiones talladas de lo que parecía ser un escudo, un pergamino desplegado y un hombre de pie sosteniendo una armadura. Debajo de la figura de la persona quedaba un gran espacio rectangular que parecía ser una inscripción. Esa evidencia permitió conocer a quién pertenecía.

Solo faltaba saber de dónde provenía la placa. Para eso, estudiaron los microbios fósiles en su interior y descubrieron “seis especies de microfósiles”, de las cuales “todos eran foraminíferos (es decir, protistas ameboides unicelulares)”, según detallaron en el proyecto. Estos resultados revelaron que la lápida provenía de Irlanda o Bélgica, ya que no existían dichos fósiles en América del Norte en ese momento.

“La evidencia histórica de lápidas coloniales similares alrededor de la bahía de Chesapeake sugiere que la fuente fue Bélgica. Lo que hoy se conoce como Bélgica es históricamente la fuente más común de ‘mármoles’ negros del Carbonífero Inferior y lo ha sido desde la época romana”, precisaron. Con base en esta teoría, sugieren que la lápida fue importada de Bélgica.

Una investigación reciente resolvió el misterio que se posaba sobre la lápida más antigua de Estados Unidos, ubicada en el distrito de Jamestown, en Virginia, donde estuvo alguna vez el primer asentamiento inglés permanente en EE.UU. En específico, los arqueólogos del estudio descubrieron que se trata de una piedra grabada importada de Bélgica en 1627, que conmemora a un antiguo caballero inglés que emigró por primera vez a EE.UU. en 1610.

La investigación, publicada en la revista International Journal of Historical Archaeology, fue llevada a cabo por los profesionales Markus M. Key y Rebecca K. Rossi. Para el estudio, analizaron los pequeños microbios fósiles de la placa de “mármol” negro. Entonces, descubrieron seis especies de foraminíferos que no coexistían en EE.UU. en ese momento, sino en lo que hoy es Bélgica e Irlanda.

A quién pertenece la antigua lapida

Los científicos descubrieron que la antigua lápida de Jamestown pertenecía al caballero Sir George Yeardley, quien murió durante el siglo XVII. Su nieto adoptivo había encargado una lápida del mismo material y con la misma inscripción que la original. Gracias a esos registros, se pudo llegar a la conclusión de que la placa de 1627 pertenecía a Yeardley.

El caballero Yeardley nació en 1588 en Southwark, Inglaterra. En 1610, emigró a Jamestown, el primer asentamiento permanente inglés en EE.UU., que había sido fundado tres años antes de su llegada. Llegó a tierra después de sobrevivir a un naufragio en las Bermudas.

Un reconocido personaje

De acuerdo a la investigación, se desempeñó como capitán de la guardia del teniente gobernador Sir Thomas Gates y fue elegido como vicegobernador del estado de Virginia en 1616, antes de regresar a su país natal en 1617. En su vuelta a Inglaterra, el rey Jaime I lo declaró como caballero.

En 1619, viajó nuevamente Virginia para asumir su puesto como Lord gobernador, aunque renunció dos años después hasta ser nombrado gobernador real. Murió en 1627 por causas desconocidas y su cuerpo fue enterrado en la iglesia parroquial de Jamestown. La lápida permaneció allí hasta 1640, año en el que fue reubicada por obras en la entrada sur. En 1907, la repararon y la colocaron en la actual iglesia Memorial.

La hipótesis de los investigadores: la lápida viajó desde Bélgica hasta la colonia de Virginia

Los investigadores analizaron minuciosamente la lápida de piedra caliza negra. En ella encontraron depresiones talladas de lo que parecía ser un escudo, un pergamino desplegado y un hombre de pie sosteniendo una armadura. Debajo de la figura de la persona quedaba un gran espacio rectangular que parecía ser una inscripción. Esa evidencia permitió conocer a quién pertenecía.

Solo faltaba saber de dónde provenía la placa. Para eso, estudiaron los microbios fósiles en su interior y descubrieron “seis especies de microfósiles”, de las cuales “todos eran foraminíferos (es decir, protistas ameboides unicelulares)”, según detallaron en el proyecto. Estos resultados revelaron que la lápida provenía de Irlanda o Bélgica, ya que no existían dichos fósiles en América del Norte en ese momento.

“La evidencia histórica de lápidas coloniales similares alrededor de la bahía de Chesapeake sugiere que la fuente fue Bélgica. Lo que hoy se conoce como Bélgica es históricamente la fuente más común de ‘mármoles’ negros del Carbonífero Inferior y lo ha sido desde la época romana”, precisaron. Con base en esta teoría, sugieren que la lápida fue importada de Bélgica.

 Los científicos descubrieron que la antigua lápida de Jamestown pertenecía al caballero Sir George Yeardley, quien murió durante el siglo XVII. Su nieto adoptivo había encargado una lápida del mismo material y con la misma inscripción que la original.  LA NACION

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