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“El de gris entró en mi casa”. La historia del ladrón chileno que fue expulsado del país después de robar una casa en Saavedra

Llegó a la Argentina el mes pasado desde Chile. No hay registros oficiales de su ingreso en territorio argentino. Aaron Gustavo Parra Pino, de 19 años, cruzó la frontera de manera ilegal. Primero estuvo en Mendoza y después viajó a Buenos Aires. Se instaló en La Matanza. Dijo hacer artesanías. Pero, según un expediente judicial, es un ladrón. Hace dos semanas fue condenado a la pena de un año y medio de prisión en suspenso por haber robado una casa en el barrio porteño de Saavedra y, en las últimas horas, fue expulsado del país.

Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. El fallo, tras un acuerdo de juicio abreviado, fue firmado por el juez en lo criminal y correccional porteño Luis Schelgel. En el expediente, el Ministerio Público estuvo representado por el auxiliar fiscal Agustín Serra, de la Fiscalía de Saavedra-Núñez, a cargo del fiscal José María Campagnoli.

Parra Pino fue trasladado por personal de la Policía de la Ciudad al aeroparque metropolitano Jorge Newbery, donde en avión viajó a Chile, su país natal.

“Hace pocos días, la Policía de la Ciudad detuvo a un delincuente chileno por robar en una casa en Saavedra. Hoy ya lo expulsamos del país y tiene prohibido volver a la Argentina. Gracias al trabajo coordinado con la Dirección Nacional de Migraciones (DNM), aceleramos su expulsión. Para nosotros la seguridad de quienes viven y visitan nuestra ciudad siempre está primero. Que quede claro: en nuestra gestión, no hay lugar para los extranjeros que vengan a delinquir”, sostuvo en su cuenta de X el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, tras el operativo de traslado a aeroparque de Parra Pino.

El robo por el que fue condenado el ladrón chileno ocurrió hace dos semanas, el viernes 13 de este mes, a las 15, en Besares al 4500, en Saavedra. Parra Pino ingresó en la casa de las víctimas con las llaves que le habían sido sustraídas a la dueña del inmueble cuando delincuentes le abrieron su auto en el barrio de Villa Crespo.

“En el interior del auto, los ladrones encontraron una boleta de servicios públicos y así supieron dónde vivía la víctima”, recordó a LA NACION una fuente judicial.

Según el requerimiento de elevación a juicio firmado por el auxiliar fiscal Serra, “Parra Pino aprovechó la circunstancia de que los nombrados se encontraban circunstancialmente fuera de su domicilio para abrir, con las llaves de L. T., la puerta de la reja y luego la del acceso principal. Seguidamente, mientras se mantenía en comunicación con otras personas a través de un teléfono celular, revolvió los distintos ambientes de la casa y dañó parte del mobiliario en búsqueda de elementos de valor. Así, sustrajo once tarjetas bancarias asociadas a la víctima, una tarjeta SUBE que también estaba a su nombre y dinero en  efectivo”.

Con el botín en su poder, que según fuentes de la Policía de la Ciudad era de 12 tarjetas de débito a nombre de la madre del damnificado, 30 pesos uruguayos, 13.100 pesos argentinos y hasta 6 australes, el ladrón decidió retirase de la escena del robo, pero en ese momento justo llegaban los dueños de casa.

Parra Pino comenzó a correr. El hijo de la víctima decidió perseguirlo al grito de “el de gris entró en mi casa”. A la persecución se sumó personal de la Comisaría Vecinal 12A de la Policía de la Ciudad, que detuvo al ladrón en Correa y Miller.

“La rápida intervención policial condujo a que el acusado fuera, donde se lo identificó, se corroboró que estaba en posesión de tarjetas de la víctima y, frente al reconocimiento efectuado por el denunciante, se formalizó su detención”, sostuvo el representante del Ministerio Público Fiscal.

Menos de dos semanas después, el ladrón condenado ya fue expulsado del país.

“Visitar la Ciudad, sí. Trabajar en la Ciudad, sí. Venir a delinquir a la Ciudad, no. Al extranjero que delinque, lo queremos afuera. Vamos a seguir trabajando en conjunto con la justicia y con Migraciones para acelerar los procesos de expulsión de todos aquellos que vengan a cometer delitos y que no puedan ingresar nunca más al país”, sostuvo el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff.

Llegó a la Argentina el mes pasado desde Chile. No hay registros oficiales de su ingreso en territorio argentino. Aaron Gustavo Parra Pino, de 19 años, cruzó la frontera de manera ilegal. Primero estuvo en Mendoza y después viajó a Buenos Aires. Se instaló en La Matanza. Dijo hacer artesanías. Pero, según un expediente judicial, es un ladrón. Hace dos semanas fue condenado a la pena de un año y medio de prisión en suspenso por haber robado una casa en el barrio porteño de Saavedra y, en las últimas horas, fue expulsado del país.

Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. El fallo, tras un acuerdo de juicio abreviado, fue firmado por el juez en lo criminal y correccional porteño Luis Schelgel. En el expediente, el Ministerio Público estuvo representado por el auxiliar fiscal Agustín Serra, de la Fiscalía de Saavedra-Núñez, a cargo del fiscal José María Campagnoli.

Parra Pino fue trasladado por personal de la Policía de la Ciudad al aeroparque metropolitano Jorge Newbery, donde en avión viajó a Chile, su país natal.

“Hace pocos días, la Policía de la Ciudad detuvo a un delincuente chileno por robar en una casa en Saavedra. Hoy ya lo expulsamos del país y tiene prohibido volver a la Argentina. Gracias al trabajo coordinado con la Dirección Nacional de Migraciones (DNM), aceleramos su expulsión. Para nosotros la seguridad de quienes viven y visitan nuestra ciudad siempre está primero. Que quede claro: en nuestra gestión, no hay lugar para los extranjeros que vengan a delinquir”, sostuvo en su cuenta de X el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, tras el operativo de traslado a aeroparque de Parra Pino.

El robo por el que fue condenado el ladrón chileno ocurrió hace dos semanas, el viernes 13 de este mes, a las 15, en Besares al 4500, en Saavedra. Parra Pino ingresó en la casa de las víctimas con las llaves que le habían sido sustraídas a la dueña del inmueble cuando delincuentes le abrieron su auto en el barrio de Villa Crespo.

“En el interior del auto, los ladrones encontraron una boleta de servicios públicos y así supieron dónde vivía la víctima”, recordó a LA NACION una fuente judicial.

Según el requerimiento de elevación a juicio firmado por el auxiliar fiscal Serra, “Parra Pino aprovechó la circunstancia de que los nombrados se encontraban circunstancialmente fuera de su domicilio para abrir, con las llaves de L. T., la puerta de la reja y luego la del acceso principal. Seguidamente, mientras se mantenía en comunicación con otras personas a través de un teléfono celular, revolvió los distintos ambientes de la casa y dañó parte del mobiliario en búsqueda de elementos de valor. Así, sustrajo once tarjetas bancarias asociadas a la víctima, una tarjeta SUBE que también estaba a su nombre y dinero en  efectivo”.

Con el botín en su poder, que según fuentes de la Policía de la Ciudad era de 12 tarjetas de débito a nombre de la madre del damnificado, 30 pesos uruguayos, 13.100 pesos argentinos y hasta 6 australes, el ladrón decidió retirase de la escena del robo, pero en ese momento justo llegaban los dueños de casa.

Parra Pino comenzó a correr. El hijo de la víctima decidió perseguirlo al grito de “el de gris entró en mi casa”. A la persecución se sumó personal de la Comisaría Vecinal 12A de la Policía de la Ciudad, que detuvo al ladrón en Correa y Miller.

“La rápida intervención policial condujo a que el acusado fuera, donde se lo identificó, se corroboró que estaba en posesión de tarjetas de la víctima y, frente al reconocimiento efectuado por el denunciante, se formalizó su detención”, sostuvo el representante del Ministerio Público Fiscal.

Menos de dos semanas después, el ladrón condenado ya fue expulsado del país.

“Visitar la Ciudad, sí. Trabajar en la Ciudad, sí. Venir a delinquir a la Ciudad, no. Al extranjero que delinque, lo queremos afuera. Vamos a seguir trabajando en conjunto con la justicia y con Migraciones para acelerar los procesos de expulsión de todos aquellos que vengan a cometer delitos y que no puedan ingresar nunca más al país”, sostuvo el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff.

 Aaron Gustavo Parra Pino, de 19 años, había ingresado en la Argentina de manera ilegal; recibió una pena de un año y medio de prisión en suspenso  LA NACION

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