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Mitos peligrosos vs. eficiencia: los elementos que nunca hay que tirar en el triturador de la cocina

El triturador de basura es una herramienta útil en muchas cocinas, pero a menudo se le exige más de lo que puede manejar. Aunque puede deshacerse de restos de comida con facilidad, algunos elementos no son compatibles con sus cuchillas ni con las tuberías. Evitar introducir ciertos materiales puede prolongar la vida útil de tu triturador y evitar reparaciones costosas.

Huesos y carozos: enemigos de las cuchillas

Aunque puede parecer tentador, los huesos y los carozos de frutas nunca deben ir al triturador. Estos objetos son demasiado duros y pueden dañar las cuchillas, dejándolas ineficientes. Incluso los huesos más pequeños o los carozos de frutas como duraznos y aguacates pueden quedar atrapados en las tuberías y provocar obstrucciones serias.

Caparazones, exoesqueletos y almejas: demasiado duros para triturar

Los caparazones de mariscos como ostras, cangrejos y camarones presentan otro gran riesgo. Al ser extremadamente duras, pueden atascarse en las cuchillas del triturador o causar daños en las tuberías. Lo mejor es desecharlas directamente en la basura o buscar una alternativa ecológica como el compostaje.

Posos de café: un mito peligroso

Existe la creencia errónea de que los posos de café ayudan a limpiar el triturador. Sin embargo, de acuerdo con Good Housekeeping, los expertos desaconsejan esta práctica. Lejos de ser útiles, los posos se acumulan y forman una pasta densa que puede obstruir el dispositivo, generando un problema de plomería difícil de resolver.

Cáscaras de huevo: más dañinas de lo que parecen

Aunque algunos piensan que las cáscaras de huevo pueden afilar las cuchillas del triturador, esto es un mito. La membrana que recubre la cáscara puede enredarse en las cuchillas o formar una masa que bloquea el paso del agua, comprometiendo el funcionamiento del aparato.

Verduras fibrosas: un desafío para el triturador

El apio, los espárragos y las cáscaras de cebolla no son amigas del triturador. Las fibras largas y delgadas de estos alimentos pueden enredarse en las cuchillas y dificultar el proceso de trituración. Además, el almidón de las papas, al combinarse con agua, puede formar una sustancia pegajosa que obstruye el sistema.

Pasta y arroz: almidones problemáticos

Los alimentos ricos en almidón, como la pasta y el arroz, tienden a expandirse al entrar en contacto con el agua, incluso después de cocidos. Esto puede provocar que se acumulen en las tuberías, lo que eventualmente lleva a bloqueos. El mismo problema aplica a la avena y otros cereales cocidos.

Legumbres: otro obstáculo pegajoso

Frijoles y garbanzos, aunque cocidos, pueden ser un riesgo para tu triturador. Estos alimentos, al igual que los productos almidonados, se vuelven pegajosos cuando se procesan, afectando la eficiencia del aparato y aumentando el riesgo de obstrucciones.

Grasas y aceites: una trampa para las tuberías

Por último, las grasas y los aceites son una de las peores sustancias que se pueden verter en el triturador. Al enfriarse, estos líquidos se solidifican, bloqueando el paso y causando problemas graves en las tuberías. Este tipo de obstrucción puede ser persistente y costosa de reparar.

Para mantener el triturador de cocina funcionando de manera óptima, es crucial ser selectivo con los desechos que se introducen. Optar por la basura o el compostaje para esos materiales complicados, asegura evitar costosos problemas en el futuro.

El triturador de basura es una herramienta útil en muchas cocinas, pero a menudo se le exige más de lo que puede manejar. Aunque puede deshacerse de restos de comida con facilidad, algunos elementos no son compatibles con sus cuchillas ni con las tuberías. Evitar introducir ciertos materiales puede prolongar la vida útil de tu triturador y evitar reparaciones costosas.

Huesos y carozos: enemigos de las cuchillas

Aunque puede parecer tentador, los huesos y los carozos de frutas nunca deben ir al triturador. Estos objetos son demasiado duros y pueden dañar las cuchillas, dejándolas ineficientes. Incluso los huesos más pequeños o los carozos de frutas como duraznos y aguacates pueden quedar atrapados en las tuberías y provocar obstrucciones serias.

Caparazones, exoesqueletos y almejas: demasiado duros para triturar

Los caparazones de mariscos como ostras, cangrejos y camarones presentan otro gran riesgo. Al ser extremadamente duras, pueden atascarse en las cuchillas del triturador o causar daños en las tuberías. Lo mejor es desecharlas directamente en la basura o buscar una alternativa ecológica como el compostaje.

Posos de café: un mito peligroso

Existe la creencia errónea de que los posos de café ayudan a limpiar el triturador. Sin embargo, de acuerdo con Good Housekeeping, los expertos desaconsejan esta práctica. Lejos de ser útiles, los posos se acumulan y forman una pasta densa que puede obstruir el dispositivo, generando un problema de plomería difícil de resolver.

Cáscaras de huevo: más dañinas de lo que parecen

Aunque algunos piensan que las cáscaras de huevo pueden afilar las cuchillas del triturador, esto es un mito. La membrana que recubre la cáscara puede enredarse en las cuchillas o formar una masa que bloquea el paso del agua, comprometiendo el funcionamiento del aparato.

Verduras fibrosas: un desafío para el triturador

El apio, los espárragos y las cáscaras de cebolla no son amigas del triturador. Las fibras largas y delgadas de estos alimentos pueden enredarse en las cuchillas y dificultar el proceso de trituración. Además, el almidón de las papas, al combinarse con agua, puede formar una sustancia pegajosa que obstruye el sistema.

Pasta y arroz: almidones problemáticos

Los alimentos ricos en almidón, como la pasta y el arroz, tienden a expandirse al entrar en contacto con el agua, incluso después de cocidos. Esto puede provocar que se acumulen en las tuberías, lo que eventualmente lleva a bloqueos. El mismo problema aplica a la avena y otros cereales cocidos.

Legumbres: otro obstáculo pegajoso

Frijoles y garbanzos, aunque cocidos, pueden ser un riesgo para tu triturador. Estos alimentos, al igual que los productos almidonados, se vuelven pegajosos cuando se procesan, afectando la eficiencia del aparato y aumentando el riesgo de obstrucciones.

Grasas y aceites: una trampa para las tuberías

Por último, las grasas y los aceites son una de las peores sustancias que se pueden verter en el triturador. Al enfriarse, estos líquidos se solidifican, bloqueando el paso y causando problemas graves en las tuberías. Este tipo de obstrucción puede ser persistente y costosa de reparar.

Para mantener el triturador de cocina funcionando de manera óptima, es crucial ser selectivo con los desechos que se introducen. Optar por la basura o el compostaje para esos materiales complicados, asegura evitar costosos problemas en el futuro.

 Evitar introducir ciertos materiales puede prolongar la vida útil de tu triturador y evitar reparaciones costosas.  LA NACION

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