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Michael Keaton recordó sus “noches salvajes” junto a Jack Nicholson: “Tenía una sonrisa enorme en su rostro”

Mucho antes de que los héroes de Marvel tomaran por asalto la pantalla grande y convirtieran en un fenómeno imparable y difícil de derrotar, el vengador enmascarado de DC Comics volvía a entusiasmar a toda una generación. Recién comenzaban los años noventa y desde Ciudad Gótica, Batman estrenaba un nuevo rostro: el de Michael Keaton, un actor que pudo imprimirle, a las órdenes de Tim Burton, una impronta más moderna y oscura, fiel a aquellos tiempos. El éxito de aquel film fue rotundo y, para muchos, la química entre el protagonista y Jack Nicholson, en la piel de un Guasón antológico, fue determinante.

A más de treinta años del estreno de aquella película, Keaton reveló que su “química” con Nicholson tuvo su correlato, también, fuera de la pantalla. En una reciente entrevista, el actor de 72 años, recordó las “noches salvajes” que compartió con su colega, de 87, luego de haberse cruzado por primera vez en el set de Batman.

El intérprete nativo de Pensilvania, que ahora participa en la secuela Beetlejuice Beetlejuice, confesó que concurrió junto a Nicholson a la infame Mansión Playboy, regenteada por Hugh Hefner y sus “conejitas”, en Holmby Hills, California. Además, reveló que luego Nicholson lo llevó a París en su jet privado y que siguieron de fiesta.

Sin embargo, Keaton le aseguró a People que toda esa vida de fiestas y excesos no era para él, y que en realidad prefería las charlas intelectuales que ambos tenían juntos. En lugar de ir a los clubes nocturnos y beber junto a él el mejor champán, disfrutaba mucho más de los momentos en los que simplemente compartían sus pensamientos.

“Realmente disfruté de todo ese tiempo que pasamos juntos. Jack es un hombre muy, muy inteligente. De verdad, un verdadero lector. Tiene una inteligencia innata y es un gran autodidacta… Y muchos de sus profundos conocimientos tienen que ver con su compulsión a devorar libros”, aseguró Keaton.

Además, catalogó al protagonista de Sin salida como un gran y astuto conversador: “Siempre encuentra un tema interesante del que hablar. Él siempre tiene muchas opiniones sobre los temas que trata cuando conversás con él”, indicó.

De todos modos, Keaton recordó que, en aquellos años, Nicholson quería vivir una vida de lujo. “Yo era como un boy scout. Estaba listo para salir como una persona normal. Jack no salía de su habitación hasta las 10 de la noche o las 10:30″, recordó. Y explicó: “Terminamos en el exclusivo club nocturno Les Bains Douches. Jack lo estaba pasando genial. Tenía una sonrisa enorme en su rostro. Yo regresé al hotel antes que él, y recuerdo que pensé: ‘Esto es divertido, pero es una especie de desperdicio para mí’”.

Keaton recordó, además, que su primera colaboración con Burton casi no se produce, porque le costó mucho entender la propuesta. “Solía ser conocido como ‘Dr. No’ porque rechacé muchos papeles. No por arrogancia, sino por alguna razón. Eso casi ocurre con Beetlejuice. Alguien me dijo: ‘¿Querés conocer a este tipo? Hizo esta película, La gran aventura de Pee-wee y cosas así’. Y yo creo que ni siquiera vi la película completa. Y le dije: ‘Claro’”, rememoró.

“Cuando Burton me explicó el personaje, simplemente no sabía de qué estaba hablando. No estoy siendo sarcástico… No entendía de qué estaba hablando. Así que dije: ‘Espera un momento, ¿pero quién es? ¿Qué es?’”, rememoró el actor aquel primer encuentro. La reunión fue “agradable”, por lo que aceptó volver a verlo aunque no estaba seguro de ser el indicado para el papel.

“Simplemente dije: ‘No sé qué es, y probablemente sería mejor que lo hiciera otra persona porque no lo entiendo’. No dije: ‘Es un proyecto malo’. Literalmente no sabía qué era”, indicó. Pero algo de Burton lo impresionó y finalmente se arriesgó y firmó el contrato. “Mi instinto me decía: ‘Este tipo es algo especial. Seguro que es algo especial’. Además, me gustaba. Me gustaba como persona. Me llevaba bien con él y parecía el artista excéntrico que buscaba”, reconoció. No se equivocó, la película fue un éxito y, acto seguido, el realizador lo convocó para ponerse en la piel de Bruce Wayne.

Mucho antes de que los héroes de Marvel tomaran por asalto la pantalla grande y convirtieran en un fenómeno imparable y difícil de derrotar, el vengador enmascarado de DC Comics volvía a entusiasmar a toda una generación. Recién comenzaban los años noventa y desde Ciudad Gótica, Batman estrenaba un nuevo rostro: el de Michael Keaton, un actor que pudo imprimirle, a las órdenes de Tim Burton, una impronta más moderna y oscura, fiel a aquellos tiempos. El éxito de aquel film fue rotundo y, para muchos, la química entre el protagonista y Jack Nicholson, en la piel de un Guasón antológico, fue determinante.

A más de treinta años del estreno de aquella película, Keaton reveló que su “química” con Nicholson tuvo su correlato, también, fuera de la pantalla. En una reciente entrevista, el actor de 72 años, recordó las “noches salvajes” que compartió con su colega, de 87, luego de haberse cruzado por primera vez en el set de Batman.

El intérprete nativo de Pensilvania, que ahora participa en la secuela Beetlejuice Beetlejuice, confesó que concurrió junto a Nicholson a la infame Mansión Playboy, regenteada por Hugh Hefner y sus “conejitas”, en Holmby Hills, California. Además, reveló que luego Nicholson lo llevó a París en su jet privado y que siguieron de fiesta.

Sin embargo, Keaton le aseguró a People que toda esa vida de fiestas y excesos no era para él, y que en realidad prefería las charlas intelectuales que ambos tenían juntos. En lugar de ir a los clubes nocturnos y beber junto a él el mejor champán, disfrutaba mucho más de los momentos en los que simplemente compartían sus pensamientos.

“Realmente disfruté de todo ese tiempo que pasamos juntos. Jack es un hombre muy, muy inteligente. De verdad, un verdadero lector. Tiene una inteligencia innata y es un gran autodidacta… Y muchos de sus profundos conocimientos tienen que ver con su compulsión a devorar libros”, aseguró Keaton.

Además, catalogó al protagonista de Sin salida como un gran y astuto conversador: “Siempre encuentra un tema interesante del que hablar. Él siempre tiene muchas opiniones sobre los temas que trata cuando conversás con él”, indicó.

De todos modos, Keaton recordó que, en aquellos años, Nicholson quería vivir una vida de lujo. “Yo era como un boy scout. Estaba listo para salir como una persona normal. Jack no salía de su habitación hasta las 10 de la noche o las 10:30″, recordó. Y explicó: “Terminamos en el exclusivo club nocturno Les Bains Douches. Jack lo estaba pasando genial. Tenía una sonrisa enorme en su rostro. Yo regresé al hotel antes que él, y recuerdo que pensé: ‘Esto es divertido, pero es una especie de desperdicio para mí’”.

Keaton recordó, además, que su primera colaboración con Burton casi no se produce, porque le costó mucho entender la propuesta. “Solía ser conocido como ‘Dr. No’ porque rechacé muchos papeles. No por arrogancia, sino por alguna razón. Eso casi ocurre con Beetlejuice. Alguien me dijo: ‘¿Querés conocer a este tipo? Hizo esta película, La gran aventura de Pee-wee y cosas así’. Y yo creo que ni siquiera vi la película completa. Y le dije: ‘Claro’”, rememoró.

“Cuando Burton me explicó el personaje, simplemente no sabía de qué estaba hablando. No estoy siendo sarcástico… No entendía de qué estaba hablando. Así que dije: ‘Espera un momento, ¿pero quién es? ¿Qué es?’”, rememoró el actor aquel primer encuentro. La reunión fue “agradable”, por lo que aceptó volver a verlo aunque no estaba seguro de ser el indicado para el papel.

“Simplemente dije: ‘No sé qué es, y probablemente sería mejor que lo hiciera otra persona porque no lo entiendo’. No dije: ‘Es un proyecto malo’. Literalmente no sabía qué era”, indicó. Pero algo de Burton lo impresionó y finalmente se arriesgó y firmó el contrato. “Mi instinto me decía: ‘Este tipo es algo especial. Seguro que es algo especial’. Además, me gustaba. Me gustaba como persona. Me llevaba bien con él y parecía el artista excéntrico que buscaba”, reconoció. No se equivocó, la película fue un éxito y, acto seguido, el realizador lo convocó para ponerse en la piel de Bruce Wayne.

 El actor rememoró las salidas nocturnas junto a su compañero de elenco de Batman y aseguró que al protagonista de El resplandor le gustaba llevar una vida de lujos  LA NACION

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