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De dos departamentos muy estándar, hicieron un hogar colorido, canchero y personal

Están quienes padecen sumergirse en una obra y quienes siempre se animan a más. En el segundo grupo, se encuentran los dueños de este departamento ubicado en un edificio antiguo de solo tres pisos en Recoleta. A fines de 2020, les confiaron la remodelación total de la cocina a las arquitectas Victoria Diamore y Agustina Millefanti, socias de Dicha Studio. Dos años después, sus clientes volvieron a convocarlas porque tenían la posibilidad de comprar la unidad vecina y expandirse.

El lenguaje de la primera reforma hizo que fuera fácil articular una segunda intervención. Salvo la búsqueda de elementos que acompañaran la estética, no tuvimos grandes dificultades.

Arqs Victoria Diamore y Agustina Millefanti, socias de Dicha Estudio

Segunda etapa, con todo a favor

Tener la posibilidad de sumar metros sin mudarse ya es una oportunidad única. En este caso, además, la única división entre las dos unidades era una pared sin vigas estructurales ni instalaciones. Con buena parte del camino allanado, Victoria y Agustina se concentraron en presentar numerosas opciones para la distribución y el diseño de los nuevos espacios. Después de varios intercambios con los dueños de casa, la decisión fue ampliar el living y el comedor y sumar dos dormitorios, uno de ellos con vestidor y un baño.

Las arquitectas priorizaron el uso del color, que se configuró como un sello del estudio, y equilibraron los detalles clásicos que forman parte de la identidad del edificio con líneas sintéticas y contemporáneas.

“Nos caracteriza el uso del color que, en este caso, utilizamos para crear un punto de encuentro entre lo clásico y lo moderno”, detalla Victoria. Un ejemplo de esa búsqueda es la biblioteca diseñada por el estudio que es protagonista del living comedor. Ofrece lugar de guardado, espacio para exhibir objetos y también contiene los radiadores.

Potenciar lo existente

La arcada es la huella de la antigua división entre los departamentos. Los pisos originales se conservaron porque estaban en perfecto estado y el espacio que quedó al demoler la pared se cubrió con una solía hecha de manera artesanal.

Como parte de la fusión de unidades, reemplazaron las aberturas originales por otras de PVC con persianas automatizadas. Para instalarlas, hicieron nuevos tapa rollos, reconstruyeron las molduras y aprovecharon para ubicar los rieles de las cortinas que van de piso a techo y dan un aire elegante.

“Escuchamos las ideas de los clientes y después les proponemos las nuestras hasta llegar a un punto medio. En ese camino, presentamos las variantes que sean necesarias y renders que los ayuden a imaginarse cómo quedarán los ambientes”

Repensar los espacios

En donde estaba la cocina del departamento que anexaron, se encuentra el vestidor que fue diseñado hasta el último detalle, teniendo en cuenta la medida de distintas prendas. Gracias a este espacio funcional y generoso, el dormitorio principal es un ambiente cálido y despojado.

En la nueva planta, lo que era una cocina se convirtió en vestidor. Además de sumar en funcionalidad, el espacio anexado jerarquizó el dormitorio principal.

En ese proceso de ida y vuelta con sus clientes, las arquitectas los convencieron de optar por ambientes shocking como el toilette, al que definen como una caja monocromo bordó.

Dónde todo empezó

“El diseño general de la cocina surgió como una inquietud del estudio por hacer algo diferente de lo que se veníamos viendo”, recuerda Victoria Diamore sobre la obra que llevó tres meses. Con ese objetivo se dedicaron a actualizar, generar mayor amplitud, mejor circulación y traer luz natural a un espacio que era compacto, compartimentado y oscuro.

Para no sumar peso visual, el bajomesada está suspendido. De la isla –que apoya sobre una banquina que hicieron lo más chica posible para que fuera imperceptible– sale la mesa cuya tapa está sostenida por caños estructurales. También bajaron los techos para instalar el extractor y colocaron molduras clásicas acordes con el estilo del departamento.

“Para los muebles de la cocina, luego de evaluar varias opciones, optamos por enchapado en madera que combinara con el parquet de caldén de la entrada y el living”

Están quienes padecen sumergirse en una obra y quienes siempre se animan a más. En el segundo grupo, se encuentran los dueños de este departamento ubicado en un edificio antiguo de solo tres pisos en Recoleta. A fines de 2020, les confiaron la remodelación total de la cocina a las arquitectas Victoria Diamore y Agustina Millefanti, socias de Dicha Studio. Dos años después, sus clientes volvieron a convocarlas porque tenían la posibilidad de comprar la unidad vecina y expandirse.

El lenguaje de la primera reforma hizo que fuera fácil articular una segunda intervención. Salvo la búsqueda de elementos que acompañaran la estética, no tuvimos grandes dificultades.

Arqs Victoria Diamore y Agustina Millefanti, socias de Dicha Estudio

Segunda etapa, con todo a favor

Tener la posibilidad de sumar metros sin mudarse ya es una oportunidad única. En este caso, además, la única división entre las dos unidades era una pared sin vigas estructurales ni instalaciones. Con buena parte del camino allanado, Victoria y Agustina se concentraron en presentar numerosas opciones para la distribución y el diseño de los nuevos espacios. Después de varios intercambios con los dueños de casa, la decisión fue ampliar el living y el comedor y sumar dos dormitorios, uno de ellos con vestidor y un baño.

Las arquitectas priorizaron el uso del color, que se configuró como un sello del estudio, y equilibraron los detalles clásicos que forman parte de la identidad del edificio con líneas sintéticas y contemporáneas.

“Nos caracteriza el uso del color que, en este caso, utilizamos para crear un punto de encuentro entre lo clásico y lo moderno”, detalla Victoria. Un ejemplo de esa búsqueda es la biblioteca diseñada por el estudio que es protagonista del living comedor. Ofrece lugar de guardado, espacio para exhibir objetos y también contiene los radiadores.

Potenciar lo existente

La arcada es la huella de la antigua división entre los departamentos. Los pisos originales se conservaron porque estaban en perfecto estado y el espacio que quedó al demoler la pared se cubrió con una solía hecha de manera artesanal.

Como parte de la fusión de unidades, reemplazaron las aberturas originales por otras de PVC con persianas automatizadas. Para instalarlas, hicieron nuevos tapa rollos, reconstruyeron las molduras y aprovecharon para ubicar los rieles de las cortinas que van de piso a techo y dan un aire elegante.

“Escuchamos las ideas de los clientes y después les proponemos las nuestras hasta llegar a un punto medio. En ese camino, presentamos las variantes que sean necesarias y renders que los ayuden a imaginarse cómo quedarán los ambientes”

Repensar los espacios

En donde estaba la cocina del departamento que anexaron, se encuentra el vestidor que fue diseñado hasta el último detalle, teniendo en cuenta la medida de distintas prendas. Gracias a este espacio funcional y generoso, el dormitorio principal es un ambiente cálido y despojado.

En la nueva planta, lo que era una cocina se convirtió en vestidor. Además de sumar en funcionalidad, el espacio anexado jerarquizó el dormitorio principal.

En ese proceso de ida y vuelta con sus clientes, las arquitectas los convencieron de optar por ambientes shocking como el toilette, al que definen como una caja monocromo bordó.

Dónde todo empezó

“El diseño general de la cocina surgió como una inquietud del estudio por hacer algo diferente de lo que se veníamos viendo”, recuerda Victoria Diamore sobre la obra que llevó tres meses. Con ese objetivo se dedicaron a actualizar, generar mayor amplitud, mejor circulación y traer luz natural a un espacio que era compacto, compartimentado y oscuro.

Para no sumar peso visual, el bajomesada está suspendido. De la isla –que apoya sobre una banquina que hicieron lo más chica posible para que fuera imperceptible– sale la mesa cuya tapa está sostenida por caños estructurales. También bajaron los techos para instalar el extractor y colocaron molduras clásicas acordes con el estilo del departamento.

“Para los muebles de la cocina, luego de evaluar varias opciones, optamos por enchapado en madera que combinara con el parquet de caldén de la entrada y el living”

 Después de una primera reforma de un departamento en Recoleta, se presentó la oportunidad de comprar el de al lado. Los dueños no dudaron en convocar a las mismas arquitectas para sumar metros, color y un estilo contemporáneo a la casa.  LA NACION

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