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Con una izquierda de agenda antimacron, Francia busca resolver una ecuación de gobierno

PARIS.- Después de haber llegado en primer lugar en las elecciones legislativas francesas, el Nuevo Frente Popular (NFP), que se declara dispuesto a gobernar, inició este lunes sus negociaciones internas para designar a un futuro primer ministro, que sería propuesto a Emmanuel Macron. Pero la incógnita que se plantea tras ese triunfo es cómo hacer funcionar una cohabitación entre un presidente liberal y un jefe de gobierno de izquierda, cuando el NFP defiende un programa en total ruptura con el macronismo.

Impuestos, salarios, inmigración… fruto de un acuerdo electoral entre La Francia Insumisa (LFI) de la extrema izquierda de Jean-Luc Melenchon, el Partido Socialista, los Ecologistas y el Partido Comunista, las propuestas del bloque de izquierda son, a simple vista, inaceptables para Emmanuel Macron.

“El Nuevo Frente Popular aplicará su programa, nada más que su programa, y todo su programa”, previno Melenchon inmediatamente después de conocidos los resultados de la segunda vuelta de las legislativas, el domingo por la noche. La unión de la izquierda llegó primera con 178 diputados. Sin embargo, disponiendo de una corta mayoría relativa, delante de Juntos, el campo presidencial (156 bancas), y la Reunión Nacional (RN) de Marine Le Pen (142 escaños), el NFP sigue persistiendo en mantener las medidas prometidas desde el 14 de junio, cuando el presidente de la República anunció la disolución de la Asamblea Nacional.

¿Cuáles son esas exigencias? Desde la nominación del primer ministro, el NFP quiere hacer adoptar “medidas de urgencia”. Es decir, por decreto, sin esperar una adopción parlamentaria:

Bloqueo de precios de artículos primera necesidad (alimentación, carburantes y energía).Abrogación de la reforma de la jubilación, con el retorno de la edad de la pensión a 62 años. Aun cuando nada está definido para después. El programa fija un “objetivo común a 60 años” sin dar precisiones sobre el costo o el calendario.Aumento de salarios: el salario mínimo será elevado a 1600 euros netos (+14%) y los salarios serán indexados con la inflación.Revalorización de 10% de las ayudas para el alojamiento.

Para el 2024, esas medidas costarían 25.000 millones de euros al Estado, según un análisis del propio bloque de izquierda. Para financiarlas, el NFP promete 30.000 millones de euros de ingresos de dos fuentes, de aquí a fin de año:

Restablecimiento del impuesto a las grandes fortunas (ISF), con un “componente climático”. El bloque promete obtener 15.000 millones de euros gracias a ese impuesto. Antes de su supresión, el ISF solo aportaba 5.000 millones de euros al Estado.Impuesto a las grandes ganancias: en 2024, el NFP pretende recuperar los 15.000 millones de euros faltantes acometiendo contra las “superganancias” de los grandes grupos agro-industriales y la gran distribución.

Una vez esas medidas de urgencia adoptadas por decreto, el Nuevo Frente Popular deberá obtener una clara mayoría en la Asamblea para hacer adoptar textos de ley de mayor importancia. Sobre la fiscalidad, propone algunas medidas del programa de Melenchon de 2022. Por ejemplo, aumentar la progresividad del impuesto a las ganancias.

Frente a la situación migratoria, la izquierda quiere la abrogación de la ley de inmigración, la facilitación del acceso a las visas y la creación de un estatus de refugiado climático, entre otras medidas. Como un contrapié a las propuestas de la extrema derecha de la Reunión Nacional (RN), la unión de izquierda prevé garantizar el acceso a la atención médica de urgencia a los extranjeros, así como el respeto del “ius solis” (derecho de suelo) a los niños nacidos en Francia. En el terreno de la educación, el Estado debería asumir todos los costos originados durante la escolaridad (cantina, salidas, actividades extra escolares, etc.).

Lejos, muy lejos del programa de gobierno ejecutado hasta ahora por el equipo presidencial. ¿Cómo hará Macron para aceptar la abrogación de la reforma de la jubilación, promesa fundamental de sus dos campañas presidenciales, que debió ser adoptada por decreto ante una Asamblea totalmente dividida? ¿Cómo aceptar la creación de nuevos impuestos, cuando los sucesivos gobiernos de la era Macron hicieron de la reducción de los mismos uno de sus mantras? Y en cuanto a la inmigración, ¿cómo derogar esa ley recientemente adoptada -con el apoyo incluso de la extrema derecha-, cuando el principal reclamo de los franceses es poner un límite al arribo de extranjeros en situación irregular?

Hier soir, il s’est passé quelque chose au plus profond du pays. Faire comme si de rien n’était serait une grave erreur.

Le RN a tout de même eu un score élevé. La crise politique s’est aggravée. Les élections en France ne purgent plus les crises.#ElectionsLegislatives2024 pic.twitter.com/SBhVGVi61A

— Jean-Luc Mélenchon (@JLMelenchon) July 8, 2024

Nada fácil. No obstante, varias señales positivas se desprenden de las últimas horas.

Opciones

“Antes que nada, a pesar de eterna actitud disruptiva, Jean-Luc Melenchon no está en condiciones de imponer nada. No solo está en conflicto con sus socios mucho más moderados del bloque de izquierda sino que, incluso, es resistido por muchos de sus propios simpatizantes. Segundo, si bien es cierto que toda la izquierda ganó 40 bancas suplementarias, su formación, LFI, sumó apenas 1 escaño (de 74 en la legislatura anterior, a 75 en la futura). La verdad es que de estas elecciones salieron tres bloques que quedaron muy lejos de la mayoría absoluta, lo que hace inimaginable un gobierno minoritario de alguno de ellos”, analiza Brice Teinturier, director general del instituto Ipsos.

Para Teinturier, si bien son conscientes de que no será fácil, los miembros moderados del bloque de izquierda -como Raphael Glucksmann, presidente de grupo socialista Plaza Pública- se declaran dispuestos a aceptar una “coalición de proyectos” que permitiría hallar cada vez “el mínimo denominador” que permita asegurar la gobernabilidad del país.

Hay quienes imaginan incluso una mayoría como la que existe desde hace 40 años en el Parlamento Europeo, que reúne a conservadores del Partido Popular Europeo (PPE), socialistas y liberales de Renew, y a la cual los Verdes se aprestan a incorporarse.

A juicio de Teinturier, “si se excluye a LFI, un repelente absoluto para el centro desde que Melenchon flirtea con la Venezuela de Maduro, el antisemitismo y el islamismo, pretende desmantelar la OTAN, abandonar a Ucrania y, si fuera posible, a la Unión Europea (UE), ese frente obtendría 276 votos. Si los gaullistas moderados de Los Republicanos (LR), que obtuvieron 55 escaños, aceptaran sumarse, se llegaría a una mayoría absoluta de gobierno”.

PARIS.- Después de haber llegado en primer lugar en las elecciones legislativas francesas, el Nuevo Frente Popular (NFP), que se declara dispuesto a gobernar, inició este lunes sus negociaciones internas para designar a un futuro primer ministro, que sería propuesto a Emmanuel Macron. Pero la incógnita que se plantea tras ese triunfo es cómo hacer funcionar una cohabitación entre un presidente liberal y un jefe de gobierno de izquierda, cuando el NFP defiende un programa en total ruptura con el macronismo.

Impuestos, salarios, inmigración… fruto de un acuerdo electoral entre La Francia Insumisa (LFI) de la extrema izquierda de Jean-Luc Melenchon, el Partido Socialista, los Ecologistas y el Partido Comunista, las propuestas del bloque de izquierda son, a simple vista, inaceptables para Emmanuel Macron.

“El Nuevo Frente Popular aplicará su programa, nada más que su programa, y todo su programa”, previno Melenchon inmediatamente después de conocidos los resultados de la segunda vuelta de las legislativas, el domingo por la noche. La unión de la izquierda llegó primera con 178 diputados. Sin embargo, disponiendo de una corta mayoría relativa, delante de Juntos, el campo presidencial (156 bancas), y la Reunión Nacional (RN) de Marine Le Pen (142 escaños), el NFP sigue persistiendo en mantener las medidas prometidas desde el 14 de junio, cuando el presidente de la República anunció la disolución de la Asamblea Nacional.

¿Cuáles son esas exigencias? Desde la nominación del primer ministro, el NFP quiere hacer adoptar “medidas de urgencia”. Es decir, por decreto, sin esperar una adopción parlamentaria:

Bloqueo de precios de artículos primera necesidad (alimentación, carburantes y energía).Abrogación de la reforma de la jubilación, con el retorno de la edad de la pensión a 62 años. Aun cuando nada está definido para después. El programa fija un “objetivo común a 60 años” sin dar precisiones sobre el costo o el calendario.Aumento de salarios: el salario mínimo será elevado a 1600 euros netos (+14%) y los salarios serán indexados con la inflación.Revalorización de 10% de las ayudas para el alojamiento.

Para el 2024, esas medidas costarían 25.000 millones de euros al Estado, según un análisis del propio bloque de izquierda. Para financiarlas, el NFP promete 30.000 millones de euros de ingresos de dos fuentes, de aquí a fin de año:

Restablecimiento del impuesto a las grandes fortunas (ISF), con un “componente climático”. El bloque promete obtener 15.000 millones de euros gracias a ese impuesto. Antes de su supresión, el ISF solo aportaba 5.000 millones de euros al Estado.Impuesto a las grandes ganancias: en 2024, el NFP pretende recuperar los 15.000 millones de euros faltantes acometiendo contra las “superganancias” de los grandes grupos agro-industriales y la gran distribución.

Una vez esas medidas de urgencia adoptadas por decreto, el Nuevo Frente Popular deberá obtener una clara mayoría en la Asamblea para hacer adoptar textos de ley de mayor importancia. Sobre la fiscalidad, propone algunas medidas del programa de Melenchon de 2022. Por ejemplo, aumentar la progresividad del impuesto a las ganancias.

Frente a la situación migratoria, la izquierda quiere la abrogación de la ley de inmigración, la facilitación del acceso a las visas y la creación de un estatus de refugiado climático, entre otras medidas. Como un contrapié a las propuestas de la extrema derecha de la Reunión Nacional (RN), la unión de izquierda prevé garantizar el acceso a la atención médica de urgencia a los extranjeros, así como el respeto del “ius solis” (derecho de suelo) a los niños nacidos en Francia. En el terreno de la educación, el Estado debería asumir todos los costos originados durante la escolaridad (cantina, salidas, actividades extra escolares, etc.).

Lejos, muy lejos del programa de gobierno ejecutado hasta ahora por el equipo presidencial. ¿Cómo hará Macron para aceptar la abrogación de la reforma de la jubilación, promesa fundamental de sus dos campañas presidenciales, que debió ser adoptada por decreto ante una Asamblea totalmente dividida? ¿Cómo aceptar la creación de nuevos impuestos, cuando los sucesivos gobiernos de la era Macron hicieron de la reducción de los mismos uno de sus mantras? Y en cuanto a la inmigración, ¿cómo derogar esa ley recientemente adoptada -con el apoyo incluso de la extrema derecha-, cuando el principal reclamo de los franceses es poner un límite al arribo de extranjeros en situación irregular?

Hier soir, il s’est passé quelque chose au plus profond du pays. Faire comme si de rien n’était serait une grave erreur.

Le RN a tout de même eu un score élevé. La crise politique s’est aggravée. Les élections en France ne purgent plus les crises.#ElectionsLegislatives2024 pic.twitter.com/SBhVGVi61A

— Jean-Luc Mélenchon (@JLMelenchon) July 8, 2024

Nada fácil. No obstante, varias señales positivas se desprenden de las últimas horas.

Opciones

“Antes que nada, a pesar de eterna actitud disruptiva, Jean-Luc Melenchon no está en condiciones de imponer nada. No solo está en conflicto con sus socios mucho más moderados del bloque de izquierda sino que, incluso, es resistido por muchos de sus propios simpatizantes. Segundo, si bien es cierto que toda la izquierda ganó 40 bancas suplementarias, su formación, LFI, sumó apenas 1 escaño (de 74 en la legislatura anterior, a 75 en la futura). La verdad es que de estas elecciones salieron tres bloques que quedaron muy lejos de la mayoría absoluta, lo que hace inimaginable un gobierno minoritario de alguno de ellos”, analiza Brice Teinturier, director general del instituto Ipsos.

Para Teinturier, si bien son conscientes de que no será fácil, los miembros moderados del bloque de izquierda -como Raphael Glucksmann, presidente de grupo socialista Plaza Pública- se declaran dispuestos a aceptar una “coalición de proyectos” que permitiría hallar cada vez “el mínimo denominador” que permita asegurar la gobernabilidad del país.

Hay quienes imaginan incluso una mayoría como la que existe desde hace 40 años en el Parlamento Europeo, que reúne a conservadores del Partido Popular Europeo (PPE), socialistas y liberales de Renew, y a la cual los Verdes se aprestan a incorporarse.

A juicio de Teinturier, “si se excluye a LFI, un repelente absoluto para el centro desde que Melenchon flirtea con la Venezuela de Maduro, el antisemitismo y el islamismo, pretende desmantelar la OTAN, abandonar a Ucrania y, si fuera posible, a la Unión Europea (UE), ese frente obtendría 276 votos. Si los gaullistas moderados de Los Republicanos (LR), que obtuvieron 55 escaños, aceptaran sumarse, se llegaría a una mayoría absoluta de gobierno”.

 El NFP comenzó las negociaciones para designar a un primer ministro y busca implementar su programa, lo que plantea un desafío para la cohabitación con el presidente  LA NACION

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