NacionalesUltimas Noticias

Fabien Galthié, una estrella del rugby mundial con pasado albiceleste: “Estar con los Pumas me abrió la cabeza”

MENDOZA.– De un momento a otro la conferencia de prensa pierde su esencia y se convierte, antes bien, en un monólogo. Fabien Galthié se adueña de la escena. Habla bajo, obliga al interlocutor a agudizar la atención. La charla de rugby se torna filosófica. Mezcla de galán e intelectual, con sus característicos lentes de grueso plástico negro, el entrenador de Francia es uno de los personajes centrales del rugby mundial. Es una estrella. Desde que asumió la conducción en 2019 elevó a Les Bleus entre los seleccionados top del mundo. Sin embargo, el equipo falló en el momento cumbre, el Mundial 2023 jugado en casa. El Seis Naciones de este año significó un paso atrás y ahora enfrenta un duro desafío en la Argentina.

Lejos de atemorizarse, acepta el desafío y toma confianza en territorio conocido. Estuvo aquí en 1992 y fue víctima del poderío del seleccionado de Cuyo, que logró un histórico triunfo. Tuvo su primera experiencia como entrenador en Stade Français al mando de varios argentinos, e hizo un máster acelerado cuando acompañó a Santiago Phelan como asesor y consejero en los Pumas. Ahora regresa al país por primera vez como entrenador de Francia, que este sábado jugará el primer Test Match de la serie a las 16, en el estadio Mundialista.

“Nos enfrentamos a un gran desafío”, afirma con el mismo tono con que halaga al equipo argentino. ¿Qué es lo que más rescata de su rival del sábado? “El combate. Es un equipo culturalmente muy combativo, muy sólido en el uno contra uno, muy sólido en el ruck. Es un equipo muy duro, muy duro, muy sólido. Ha mejorado mucho su rugby. Es un equipo que hoy tiene el estándar de los mejores equipos del mundo. Tienen la capacidad de proponer, más allá de la obtención, un rugby versátil, con velocidad, con variantes. Pero también saben jugar con el pie y presionar. Es un equipo que tiene todas las habilidades. Hoy en día, es uno de los mejores equipos del mundo”.

Galthié conoce bien a su par rival. Felipe Contepomi era el capitán de los Pumas cuando integró el staff y asesoró a Tati Phelan entre 2008 y 2010. “Fue hace mucho tiempo. Fue una experiencia fantástica. Aprendí muchísimo. Estuve dos años, tengo grandes recuerdos. Estoy muy feliz de verlos ahora a Felipe Contepomi y Juan Fernández Lobbe, que era el Nº 8. Fue un motivo de orgullo para mí. Tengo muy buenos recuerdos de esta experiencia.”

¿Cómo se produjo el acercamiento? “Había terminado mi etapa en Stade Français. Había muchos argentinos en ese equipo”, recuerda. “Estaba Agustín Pichot, que era el capitán; estaban Juan Martín Hernández, Rodrigo Roncero, Nani Corleto… Me pidieron que ayudara a Santiago Phelan, que era el nuevo entrenador. Fue una experiencia muy enriquecedora. Me ayudó mucho en mi formación. Fue una experiencia muy rica, tanto con la selección como con el rugby local, ya que me pidieron que creara los centros de entrenamiento, los Pladares. En las diferentes provincias caminé y acompañé la creación de los Pladares. Ahora es Martín Gaitán quien maneja eso, quien también estaba en el staff. Aprendí mucho al entrar en contacto con un rugby distinto, otra cultura, me abrió la cabeza.”

El seleccionado de Les Bleus se aloja en estos días en el Diplomatic, un hotel cuyo estilo se ajusta bien a la idiosincrasia francesa. Finamente decorado de manera clásica, hace juego con la elegancia que irradia Galthié, aún vestido con ropa deportiva. La ciudad luce hoy mucho más atractiva de como era hace 22 años, cuando la visitó por primera vez. Galthié la recuerda con nostalgia, más allá de que Cuyo se quedó con una histórica victoria por 32-30 en la cancha de Independiente Rivadavia.

“Sí, sí, lo recuerdo muy bien”, dice sonriente. “Recuerdo que me torcí la muñeca izquierda. Fue un partido durísimo. Ellos tenían a la primera línea de los Pumas en ese momento [Martín Grau, Patricio Grau y Federico Méndez]. Fue una gira de seis semanas. Me genera cierta nostalgia”.

La gira comprendió ocho partidos, de los que Francia ganó cinco (incluidos los dos Test Matches ante los Pumas en Vélez) y perdió dos (ante Cuyo y Tucumán); el restante, que perdían por 8-6 ante Rosario al término del primer tiempo, no concluyó porque se cortó la luz de la cancha de Newell’s.

Como suele ocurrir en la ventana de julio, Francia aprovecha para darles descanso a sus principales figuras y probar jugadores. Situación similar a la de 2016, cuando disputó dos partidos en Tucumán con un equipo completamente alternativo y repartieron triunfos. De aquel plantel, repite el medio-scrum Baptiste Serin, que será el capitán. Galthié hizo un mix entre jugadores experimentados con amplio recorrido en el Top 14, pero sin mucha participación en el seleccionado, y jóvenes promesas que se perfilan como jugadores de recambio en el futuro e integraron recientes seleccionados M20, campeones de los últimos tres mundiales de la categoría. Entre ellos se destacan el centro Émilien Gailleton, el segunda línea Posolo Tuilagi (hijo del samoano Henry, uno de los siete hermanos de la dinastía Tuilagi), el centro fijiano Simeli Daunivucu, el wing Théo Attosogbe, los tercera líneas Oscar Jegou y Lenni Nouchi, y el fullback Léo Barré.

“El equipo se construyó con los mejores jugadores”, justifica Galthié. “El principio de selección es bastante simple. Estos son los mejores jugadores para este momento. Intentamos encontrar el equilibrio en los perfiles. Pero el que está convocado sigue siendo el mejor jugador en su posición en este momento.”

Aunque se trate de un plantel nuevo, a diferencia del argentino que mantiene la base del proceso anterior, Francia tiene la ventaja que lleva varias semanas de entrenamiento en conjunto, mientras que los Pumas volvieron a entrenar juntos el lunes, ocho meses después de su último partido. “Ya llevamos trabajando tres semanas con este proyecto, con este equipo. Tuvimos la suerte de habernos juntado en Marcoussis [el centro de alto rendimiento de la Federación Francesa de Rugby] y haber hecho un partido de entrenamiento con Rumania. La preparación que siguió en Buenos Aires y en Mendoza ha sido muy positiva para los jugadores.”

El límite de 20 minutos para la conferencia es inflexible y la larga última respuesta de Galthié impide una pregunta más. Gesticula al compás de sus palabras. Habla de rugby, pero un interlocutor que desconociera el francés tranquilamente podría pensar que está hablando de filosofía. En el fondo, es un poco de las dos cosas.

“Sabemos que ellos son capaces de desplegar mucha energía. Y cuando suceda, tenemos que ser sólidos en los fundamentos psicológicos. Confianza, energía. Autoconfianza y energía. No pensar de más. Trabajar mucho”, reflexiona. “Tenemos tiempo. Tal vez sea la última gira. Las giras están por desaparecer. En un mes de gira, sales, te sumerges en un grupo, vives, juegas partidos. Así era hasta 1995. Creo que es una oportunidad de experimentar algo que se asemeja a nuestros orígenes en el rugby. El nacimiento de un grupo. Vivir un momento especial, un poco fuera de tiempo. Y al mismo tiempo descubrir, conocer gente, salir de tu ciudad, salir de tu país, conocer un rugby totalmente desconocido. Tenemos algunas joyas aquí. Para ellos, esta gira es el equivalente a un Test Match. Una semana de preparación con el seleccionado equivale a la experiencia de un año jugando en clubes europeos”.

Fabien Galthié, entrenador, superstar, dandy, filósofo. Auténtico.

MENDOZA.– De un momento a otro la conferencia de prensa pierde su esencia y se convierte, antes bien, en un monólogo. Fabien Galthié se adueña de la escena. Habla bajo, obliga al interlocutor a agudizar la atención. La charla de rugby se torna filosófica. Mezcla de galán e intelectual, con sus característicos lentes de grueso plástico negro, el entrenador de Francia es uno de los personajes centrales del rugby mundial. Es una estrella. Desde que asumió la conducción en 2019 elevó a Les Bleus entre los seleccionados top del mundo. Sin embargo, el equipo falló en el momento cumbre, el Mundial 2023 jugado en casa. El Seis Naciones de este año significó un paso atrás y ahora enfrenta un duro desafío en la Argentina.

Lejos de atemorizarse, acepta el desafío y toma confianza en territorio conocido. Estuvo aquí en 1992 y fue víctima del poderío del seleccionado de Cuyo, que logró un histórico triunfo. Tuvo su primera experiencia como entrenador en Stade Français al mando de varios argentinos, e hizo un máster acelerado cuando acompañó a Santiago Phelan como asesor y consejero en los Pumas. Ahora regresa al país por primera vez como entrenador de Francia, que este sábado jugará el primer Test Match de la serie a las 16, en el estadio Mundialista.

“Nos enfrentamos a un gran desafío”, afirma con el mismo tono con que halaga al equipo argentino. ¿Qué es lo que más rescata de su rival del sábado? “El combate. Es un equipo culturalmente muy combativo, muy sólido en el uno contra uno, muy sólido en el ruck. Es un equipo muy duro, muy duro, muy sólido. Ha mejorado mucho su rugby. Es un equipo que hoy tiene el estándar de los mejores equipos del mundo. Tienen la capacidad de proponer, más allá de la obtención, un rugby versátil, con velocidad, con variantes. Pero también saben jugar con el pie y presionar. Es un equipo que tiene todas las habilidades. Hoy en día, es uno de los mejores equipos del mundo”.

Galthié conoce bien a su par rival. Felipe Contepomi era el capitán de los Pumas cuando integró el staff y asesoró a Tati Phelan entre 2008 y 2010. “Fue hace mucho tiempo. Fue una experiencia fantástica. Aprendí muchísimo. Estuve dos años, tengo grandes recuerdos. Estoy muy feliz de verlos ahora a Felipe Contepomi y Juan Fernández Lobbe, que era el Nº 8. Fue un motivo de orgullo para mí. Tengo muy buenos recuerdos de esta experiencia.”

¿Cómo se produjo el acercamiento? “Había terminado mi etapa en Stade Français. Había muchos argentinos en ese equipo”, recuerda. “Estaba Agustín Pichot, que era el capitán; estaban Juan Martín Hernández, Rodrigo Roncero, Nani Corleto… Me pidieron que ayudara a Santiago Phelan, que era el nuevo entrenador. Fue una experiencia muy enriquecedora. Me ayudó mucho en mi formación. Fue una experiencia muy rica, tanto con la selección como con el rugby local, ya que me pidieron que creara los centros de entrenamiento, los Pladares. En las diferentes provincias caminé y acompañé la creación de los Pladares. Ahora es Martín Gaitán quien maneja eso, quien también estaba en el staff. Aprendí mucho al entrar en contacto con un rugby distinto, otra cultura, me abrió la cabeza.”

El seleccionado de Les Bleus se aloja en estos días en el Diplomatic, un hotel cuyo estilo se ajusta bien a la idiosincrasia francesa. Finamente decorado de manera clásica, hace juego con la elegancia que irradia Galthié, aún vestido con ropa deportiva. La ciudad luce hoy mucho más atractiva de como era hace 22 años, cuando la visitó por primera vez. Galthié la recuerda con nostalgia, más allá de que Cuyo se quedó con una histórica victoria por 32-30 en la cancha de Independiente Rivadavia.

“Sí, sí, lo recuerdo muy bien”, dice sonriente. “Recuerdo que me torcí la muñeca izquierda. Fue un partido durísimo. Ellos tenían a la primera línea de los Pumas en ese momento [Martín Grau, Patricio Grau y Federico Méndez]. Fue una gira de seis semanas. Me genera cierta nostalgia”.

La gira comprendió ocho partidos, de los que Francia ganó cinco (incluidos los dos Test Matches ante los Pumas en Vélez) y perdió dos (ante Cuyo y Tucumán); el restante, que perdían por 8-6 ante Rosario al término del primer tiempo, no concluyó porque se cortó la luz de la cancha de Newell’s.

Como suele ocurrir en la ventana de julio, Francia aprovecha para darles descanso a sus principales figuras y probar jugadores. Situación similar a la de 2016, cuando disputó dos partidos en Tucumán con un equipo completamente alternativo y repartieron triunfos. De aquel plantel, repite el medio-scrum Baptiste Serin, que será el capitán. Galthié hizo un mix entre jugadores experimentados con amplio recorrido en el Top 14, pero sin mucha participación en el seleccionado, y jóvenes promesas que se perfilan como jugadores de recambio en el futuro e integraron recientes seleccionados M20, campeones de los últimos tres mundiales de la categoría. Entre ellos se destacan el centro Émilien Gailleton, el segunda línea Posolo Tuilagi (hijo del samoano Henry, uno de los siete hermanos de la dinastía Tuilagi), el centro fijiano Simeli Daunivucu, el wing Théo Attosogbe, los tercera líneas Oscar Jegou y Lenni Nouchi, y el fullback Léo Barré.

“El equipo se construyó con los mejores jugadores”, justifica Galthié. “El principio de selección es bastante simple. Estos son los mejores jugadores para este momento. Intentamos encontrar el equilibrio en los perfiles. Pero el que está convocado sigue siendo el mejor jugador en su posición en este momento.”

Aunque se trate de un plantel nuevo, a diferencia del argentino que mantiene la base del proceso anterior, Francia tiene la ventaja que lleva varias semanas de entrenamiento en conjunto, mientras que los Pumas volvieron a entrenar juntos el lunes, ocho meses después de su último partido. “Ya llevamos trabajando tres semanas con este proyecto, con este equipo. Tuvimos la suerte de habernos juntado en Marcoussis [el centro de alto rendimiento de la Federación Francesa de Rugby] y haber hecho un partido de entrenamiento con Rumania. La preparación que siguió en Buenos Aires y en Mendoza ha sido muy positiva para los jugadores.”

El límite de 20 minutos para la conferencia es inflexible y la larga última respuesta de Galthié impide una pregunta más. Gesticula al compás de sus palabras. Habla de rugby, pero un interlocutor que desconociera el francés tranquilamente podría pensar que está hablando de filosofía. En el fondo, es un poco de las dos cosas.

“Sabemos que ellos son capaces de desplegar mucha energía. Y cuando suceda, tenemos que ser sólidos en los fundamentos psicológicos. Confianza, energía. Autoconfianza y energía. No pensar de más. Trabajar mucho”, reflexiona. “Tenemos tiempo. Tal vez sea la última gira. Las giras están por desaparecer. En un mes de gira, sales, te sumerges en un grupo, vives, juegas partidos. Así era hasta 1995. Creo que es una oportunidad de experimentar algo que se asemeja a nuestros orígenes en el rugby. El nacimiento de un grupo. Vivir un momento especial, un poco fuera de tiempo. Y al mismo tiempo descubrir, conocer gente, salir de tu ciudad, salir de tu país, conocer un rugby totalmente desconocido. Tenemos algunas joyas aquí. Para ellos, esta gira es el equivalente a un Test Match. Una semana de preparación con el seleccionado equivale a la experiencia de un año jugando en clubes europeos”.

Fabien Galthié, entrenador, superstar, dandy, filósofo. Auténtico.

 El entrenador francés llegó al país por primera vez desde que dirige a Les Bleus y fue más allá del análisis del Test Match de este sábado  LA NACION

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba
Cerrar