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Joe Biden se apoya en la familia y su campaña despliega una ofensiva para blindar su candidatura

WASHINGTON.- La campaña del presidente Joe Biden desplegó una descomunal ofensiva durante el fin de semana para asfixiar la presión contra Biden para que se baje de la contienda presidencial, blindar su candidatura, y contener las ansiedades de los demócratas, temerosos como nunca de que la desastrosa actuación del mandatario en el debate contra Donald Trump –que amplificó las dudas por su vejez– haya sepultado sus chances de ser reelecto.

La contraofensiva del equipo de Biden incluyó discursos del propio Biden y su mujer, Jill Biden, en los que dejaron en claro que siguen en la carrera, pero también un blitz de emails y llamados a legisladores, grandes donantes, activistas y periodistas para defender la candidatura de Biden, que quedó en duda como nunca por la devastadora repercusión que dejó el duelo con Trump. Además, varias figuras desfilaron por los programas políticos dominicales en los canales de cable para respaldar al presidente.

“La brigada de los que mojan la cama está pidiendo que Joe Biden ‘abandone’. Esa es la mejor manera posible para que Donald Trump gane y nosotros perdamos”, escribió el subdirector de campaña de Biden, Rob Flaherty, en un correo electrónico enviado a los seguidores de Biden.

“En primer lugar: Joe Biden va a ser el candidato demócrata, punto. Fin de la historia. Los votantes votaron. Ganó abrumadoramente”, añadió Flaherty. “Y si se retirara, conduciría a semanas de caos, peleas internas por alimentos y un grupo de candidatos que cojearían en una pelea brutal en la convención, todo mientras Donald Trump tiene tiempo para hablar con los votantes estadounidenses sin oposición”, advirtió.

Jen O’Malley Dillon, presidenta de la campaña de Biden, difundió un extenso memo a la prensa el sábado por la noche en el que desplegó una batería de reacciones al debate –encuestas de opinión, entrevistas con votantes, mediciones internas y externas, focus groups y recaudación de fondos– para ofrecer una conclusión: el choque de los candidatos “no hizo nada para cambiar la percepción del pueblo estadounidense”, los seguidores de Biden “están más entusiasmados que nunca”, y Donald Trump “solo les recordó a los votantes por qué lo despidieron hace cuatro años y no lograron expandir su atractivo más allá de su base”.

O’Malley Dillon remarcó además que la recaudación de fondos de la campaña aumentó tras el debate: la campaña recaudó más de US$27 millones entre el día del debate y el viernes por la noche, y en la noche del debate se batieron “tres horas récord para la recaudación de fondos, incluida la hora posterior al debate, que fue la mejor hora de recaudación de fondos desde su lanzamiento”.

“En pocas palabras: nuestro equipo sabe un par de cosas sobre cómo bajar la cabeza y trabajar para ganar carreras difíciles. Esta será una elección muy reñida. Siempre iba a ser así”, cerró la presidenta de la campaña oficial. “Se ganará abriéndose paso y hablando con los votantes todos los días, exponiéndoles lo mucho que hay en juego y quién lucha por ellos. Eso es lo que nuestra campaña ha estado planeando. Es el trabajo incesante que estamos haciendo sobre el terreno para difundir nuestro mensaje ganador lo que nos hace confiar en que el presidente Biden ganará esta carrera y derrotará a Donald Trump”, concluyó.

La campaña también trabajó puertas adentro. Una llamada semanal el viernes con todo el personal conducida por otro subdirector, Quentin Fulks, buscó levantar los ánimos cuando todavía estaba fresco en la memoria el penoso desempeño de Biden en el debate, que puso a su campaña en “modo crisis”, dejó su candidatura en duda y desató una ola de pánico en el Partido Demócrata, atónito y azorado por la imagen que dejó el mandatario desde el atril en los estudios de CNN en Atlanta.

“Nada cambió fundamentalmente sobre esta elección anoche”, dijo Quentin Fulks, según una grabación de la llamada revelada por el New York Times. “Nos van a dar una trompada. Vamos a devolver el golpe. Nos levantaremos cuando nos golpeen”, arengó.

Biden, la primera dama, Jill Biden, y el resto de su familia se reunieron en Camp David este domingo para una sesión de fotos familiar con Annie Leibovitz, quien en el pasado le sacó fotos a los Clinton y los Obama. La Casa Blanca había anunciado el viaje a la residencia de Camp David antes del debate, pero, de todos modos, dio pie a especulaciones sobre un probable cónclave familiar para evaluar el futuro de la campaña. Biden dijo, antes de anunciar que iría por su reelección, que la decisión dependía no solo de él, sino también de su familia. El Times informó que su familia le pidió que siguiera en la pelea.

Varias figuras demócratas coparon los canales de televisión este domingo para respaldar al presidente y poner otra puntada al trabajo de contención que se vio durante todo el fin de semana.

”No se trata de desempeño en términos de debate. Se trata del desempeño en una presidencia”, dijo Nancy Pelosi, quien, a diferencia de Biden, dejó la presidencia de la Cámara de Representantes, aunque todavía ocupa su banca. “Y quiero que sepan que el hecho es que la reacción a las mentiras de Donald Trump es algo en lo que tal vez la televisión no se esté centrando, pero la gente sí”, apuntó Pelosi, sugiriendo que la lectura de los votantes difiere sustancialmente a la de los medios y los analistas.

WASHINGTON.- La campaña del presidente Joe Biden desplegó una descomunal ofensiva durante el fin de semana para asfixiar la presión contra Biden para que se baje de la contienda presidencial, blindar su candidatura, y contener las ansiedades de los demócratas, temerosos como nunca de que la desastrosa actuación del mandatario en el debate contra Donald Trump –que amplificó las dudas por su vejez– haya sepultado sus chances de ser reelecto.

La contraofensiva del equipo de Biden incluyó discursos del propio Biden y su mujer, Jill Biden, en los que dejaron en claro que siguen en la carrera, pero también un blitz de emails y llamados a legisladores, grandes donantes, activistas y periodistas para defender la candidatura de Biden, que quedó en duda como nunca por la devastadora repercusión que dejó el duelo con Trump. Además, varias figuras desfilaron por los programas políticos dominicales en los canales de cable para respaldar al presidente.

“La brigada de los que mojan la cama está pidiendo que Joe Biden ‘abandone’. Esa es la mejor manera posible para que Donald Trump gane y nosotros perdamos”, escribió el subdirector de campaña de Biden, Rob Flaherty, en un correo electrónico enviado a los seguidores de Biden.

“En primer lugar: Joe Biden va a ser el candidato demócrata, punto. Fin de la historia. Los votantes votaron. Ganó abrumadoramente”, añadió Flaherty. “Y si se retirara, conduciría a semanas de caos, peleas internas por alimentos y un grupo de candidatos que cojearían en una pelea brutal en la convención, todo mientras Donald Trump tiene tiempo para hablar con los votantes estadounidenses sin oposición”, advirtió.

Jen O’Malley Dillon, presidenta de la campaña de Biden, difundió un extenso memo a la prensa el sábado por la noche en el que desplegó una batería de reacciones al debate –encuestas de opinión, entrevistas con votantes, mediciones internas y externas, focus groups y recaudación de fondos– para ofrecer una conclusión: el choque de los candidatos “no hizo nada para cambiar la percepción del pueblo estadounidense”, los seguidores de Biden “están más entusiasmados que nunca”, y Donald Trump “solo les recordó a los votantes por qué lo despidieron hace cuatro años y no lograron expandir su atractivo más allá de su base”.

O’Malley Dillon remarcó además que la recaudación de fondos de la campaña aumentó tras el debate: la campaña recaudó más de US$27 millones entre el día del debate y el viernes por la noche, y en la noche del debate se batieron “tres horas récord para la recaudación de fondos, incluida la hora posterior al debate, que fue la mejor hora de recaudación de fondos desde su lanzamiento”.

“En pocas palabras: nuestro equipo sabe un par de cosas sobre cómo bajar la cabeza y trabajar para ganar carreras difíciles. Esta será una elección muy reñida. Siempre iba a ser así”, cerró la presidenta de la campaña oficial. “Se ganará abriéndose paso y hablando con los votantes todos los días, exponiéndoles lo mucho que hay en juego y quién lucha por ellos. Eso es lo que nuestra campaña ha estado planeando. Es el trabajo incesante que estamos haciendo sobre el terreno para difundir nuestro mensaje ganador lo que nos hace confiar en que el presidente Biden ganará esta carrera y derrotará a Donald Trump”, concluyó.

La campaña también trabajó puertas adentro. Una llamada semanal el viernes con todo el personal conducida por otro subdirector, Quentin Fulks, buscó levantar los ánimos cuando todavía estaba fresco en la memoria el penoso desempeño de Biden en el debate, que puso a su campaña en “modo crisis”, dejó su candidatura en duda y desató una ola de pánico en el Partido Demócrata, atónito y azorado por la imagen que dejó el mandatario desde el atril en los estudios de CNN en Atlanta.

“Nada cambió fundamentalmente sobre esta elección anoche”, dijo Quentin Fulks, según una grabación de la llamada revelada por el New York Times. “Nos van a dar una trompada. Vamos a devolver el golpe. Nos levantaremos cuando nos golpeen”, arengó.

Biden, la primera dama, Jill Biden, y el resto de su familia se reunieron en Camp David este domingo para una sesión de fotos familiar con Annie Leibovitz, quien en el pasado le sacó fotos a los Clinton y los Obama. La Casa Blanca había anunciado el viaje a la residencia de Camp David antes del debate, pero, de todos modos, dio pie a especulaciones sobre un probable cónclave familiar para evaluar el futuro de la campaña. Biden dijo, antes de anunciar que iría por su reelección, que la decisión dependía no solo de él, sino también de su familia. El Times informó que su familia le pidió que siguiera en la pelea.

Varias figuras demócratas coparon los canales de televisión este domingo para respaldar al presidente y poner otra puntada al trabajo de contención que se vio durante todo el fin de semana.

”No se trata de desempeño en términos de debate. Se trata del desempeño en una presidencia”, dijo Nancy Pelosi, quien, a diferencia de Biden, dejó la presidencia de la Cámara de Representantes, aunque todavía ocupa su banca. “Y quiero que sepan que el hecho es que la reacción a las mentiras de Donald Trump es algo en lo que tal vez la televisión no se esté centrando, pero la gente sí”, apuntó Pelosi, sugiriendo que la lectura de los votantes difiere sustancialmente a la de los medios y los analistas.

 El jefe de la Casa Blanca, golpeado por el resultado del debate con Trump, se recluyó en amp David; el equipo del mandatario busca contener las ansiedades en el Partido Demócrata  LA NACION

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