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El mercado de campos se muestra activo y dinámico, pero con valores estables

“El mercado de campos está activo, pero esa situación no es nueva, viene así desde hace más de un año. Como todos los mercados, el de campos tiene vaivenes y diferencias entre los operadores, pero hace tiempo que se viene escuchando que hay negocios y que los inversores avalan los valores actuales”, afirma Mariano Maurette, responsable de la sección Campos de Álzaga Unzué y Cía.

“La venta de un campo se concreta si el intermediario tasa bien un predio de calidad, a partir de lo cual el negocio se puede cerrar en un intervalo de 3 a 5 meses”, agrega. Inmediatamente, Maurette aclara que “no hay que confundir un mercado dinámico con suba de precios generalizada”.

“Faro de conocimiento”: dos expertos hablaron del futuro de las agronomías y dijeron qué deben hacer

Sin desconocer que puede haber algún repunte en algunas zonas, adelanta que los potenciales aumentos extendidos podrían sobrevenir en el futuro si la demanda crece sin un correlato en la oferta de campos. Es decir, el mercado se mueve porque se ofrecen campos en venta con valores razonables y nadie paga locuras. Por ejemplo, un buen campo del norte de Buenos Aires se vende con facilidad a 15.000/16.000 dólares por hectárea; si se piden US$17.000 el proceso es más lento y en US$19.000 se complica y puede fracasar.

Expectativas

El comportamiento micro descripto tiene como telón de fondo macro un nuevo gobierno al que muchos apoyan y esperan que funcione, aunque por ahora con optimismo contenido, un escenario muy distinto al anterior.

Consultado sobre la evolución de los precios de los campos en los últimos años, Maurette indica que “de 2018 a 2022 (pandemia incluida) se vio un mercado con tendencia levemente bajista. A mediados de 2022 comenzó a dar muestras de cierta reactivación, que se consolidó a fines de año. 2023 fue un año electoral, pero no se alteró la actividad en el mercado y se operó normalmente. En 2024 seguimos trabajando con estabilidad, sin euforia ni depresión, con ventas fluidas de campos bien tasados”.

Al pasar revista de los valores de la tierra en distintas zonas, dice que los campos buenos de la zona núcleo (Salto, Pergamino, Venado Tuerto y Marcos Juárez) se cotizan desde 15.000 y hasta 17.000 dólares por hectárea, para bajar a US$10.000/11.000 en mar y sierras (Tandil, Balcarce. Lobería).

Los campos de cría flojos de la Cuenca del Salado se pueden vender en un rango de 2200 a 2300 dólares por hectárea, mientras que los mejores, con alguna proporción de lomas, trepan a 2500/3000 dólares por hectárea.

“El mercado de campos está activo, pero esa situación no es nueva, viene así desde hace más de un año. Como todos los mercados, el de campos tiene vaivenes y diferencias entre los operadores, pero hace tiempo que se viene escuchando que hay negocios y que los inversores avalan los valores actuales”, afirma Mariano Maurette, responsable de la sección Campos de Álzaga Unzué y Cía.

“La venta de un campo se concreta si el intermediario tasa bien un predio de calidad, a partir de lo cual el negocio se puede cerrar en un intervalo de 3 a 5 meses”, agrega. Inmediatamente, Maurette aclara que “no hay que confundir un mercado dinámico con suba de precios generalizada”.

“Faro de conocimiento”: dos expertos hablaron del futuro de las agronomías y dijeron qué deben hacer

Sin desconocer que puede haber algún repunte en algunas zonas, adelanta que los potenciales aumentos extendidos podrían sobrevenir en el futuro si la demanda crece sin un correlato en la oferta de campos. Es decir, el mercado se mueve porque se ofrecen campos en venta con valores razonables y nadie paga locuras. Por ejemplo, un buen campo del norte de Buenos Aires se vende con facilidad a 15.000/16.000 dólares por hectárea; si se piden US$17.000 el proceso es más lento y en US$19.000 se complica y puede fracasar.

Expectativas

El comportamiento micro descripto tiene como telón de fondo macro un nuevo gobierno al que muchos apoyan y esperan que funcione, aunque por ahora con optimismo contenido, un escenario muy distinto al anterior.

Consultado sobre la evolución de los precios de los campos en los últimos años, Maurette indica que “de 2018 a 2022 (pandemia incluida) se vio un mercado con tendencia levemente bajista. A mediados de 2022 comenzó a dar muestras de cierta reactivación, que se consolidó a fines de año. 2023 fue un año electoral, pero no se alteró la actividad en el mercado y se operó normalmente. En 2024 seguimos trabajando con estabilidad, sin euforia ni depresión, con ventas fluidas de campos bien tasados”.

Al pasar revista de los valores de la tierra en distintas zonas, dice que los campos buenos de la zona núcleo (Salto, Pergamino, Venado Tuerto y Marcos Juárez) se cotizan desde 15.000 y hasta 17.000 dólares por hectárea, para bajar a US$10.000/11.000 en mar y sierras (Tandil, Balcarce. Lobería).

Los campos de cría flojos de la Cuenca del Salado se pueden vender en un rango de 2200 a 2300 dólares por hectárea, mientras que los mejores, con alguna proporción de lomas, trepan a 2500/3000 dólares por hectárea.

 La reactivación del sector, que se consolidó hacia finales de 2022, se sostiene y se traduce en negocios fluidos para los lotes bien tasados  LA NACION

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