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Radiografía del ajuste: los ingresos se hundieron casi 20% en el primer trimestre

En los primeros tres meses del gobierno de Javier Milei, los ingresos de los argentinos perdieron casi lo mismo que en el período que engloba los últimos dos años de la volatilidad cambiaria de Mauricio Macri, la pandemia y el pobre final del gobierno de Alberto y Cristina Kirchner.

Tanto los ingresos de los ocupados como el de los asalariados, perdieron, en promedio, casi un 20% real –contemplada la inflación del período– en el primer trimestre del año frente al tercero de 2023 (se comparan trimestres impares para evitar la distorsión que produce el aguinaldo). En los cinco años previos a la llegada del libertario, los ingresos de esos dos segmentos se habían desplomado 24,6% (ocupados) y 23,4% (asalariados).

Según cálculos realizados por la consultora privada exQuanti en base a los datos de la Evolución de la Distribución del Ingreso de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, el ingreso de los ocupados cayó 18,3% en el primer trimestre, mientras que el de los asalariados retrocedió un 19,7%.

Si se analiza por estrato, se entiende además el empeoramiento de la distribución del ingreso que se dio en el primer trimestre del año. En el segmento de los ocupados, el estrato más pobre perdió 24,4% en el período; el medio, 23,1%, y el alto, 12,2%. Entre los asalariados, la dinámica es similar: el estrato más bajo vio un retroceso en sus ingresos de 24,9%; mientras que el medio, 22,6% y el alto, 15,1%, según ExQuanti en base a datos oficiales del Indec.

“La EPH (una muestra) captó que los salarios reales formales cayeron 20,7% interanual en el primer trimestre de 2024, mucho más que el 13,8% interanual que se desprende del SIPA (universo). El poder de compra de los informales cayó casi 20% interanual y los que menor caída tuvieron en el primer trimestre fueron los no asalariados (-13% anual)”, estimaron en la consultora Equilibra.

Estos datos se enmarcan en la fuerte devaluación del peso que impulsó el oficialismo en diciembre pasado y que derivó luego en altos índices de inflación en el primer trimestre, salto que no fue acompañado por los ingresos. Además, la economía cayó, según el organismo oficial, un 5,1% interanual en el primer trimestre, mientras que la baja trimestral desestacionalizada frente al trimestre previo (el cuarto de 2023) fue -2,6%.

Además, la EPH del Indec informó que el ajuste sobre el mercado laboral dejó de ser sólo por precio y comenzó también a afectar las cantidades. El desempleo en el primer trimestre aumentó de 6,9% a 7,7% bajo la perspectiva interanual. La foto empeora si se compara el salto entre fines de 2023 y comienzos de 2024 (de 5,7% a 7,7%). Así, en el primer trimestre de este año, si se proyectan los datos a todo el país, la cantidad de desempleados llegó a 1,7 millones.

Se trata de unos 450.000 nuevos desde fin de año –una comparación que no es justa por la estacionalidad en el mercado– y de más de 200.000 frente a un año atrás. Los expertos de ExQuanti destacaron que se manifestó una reversión de la tendencia previa: de crecer se pasó a destruir empleo. “La tasa de desocupación crece un 35%. Es un crecimiento alto. Y si no hubiera habido refugio en la inactividad, porque cae la tasa de actividad, la tasa de desocupación hubiera sido más elevada; hubiera sido, por lo menos, un punto más alto”, o sea, cercana al 8,5%.

En Equilibra aclararon además que el coeficiente de Gini –que marca la desigualdad existente– aumentó 2,1 puntos contra el primer trimestre de 2023, alcanzando niveles de desigualdad récord para el primer cuarto del año desde 2007. “En este contexto, la pobreza alcanzaría, al menos, el 50% en el primer semestre de 2024″, indicaron.

Según los cálculos del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, la pobreza habría llegado, en base a los datos de la EPH del Indec, a un 53,9% en el primer trimestre. La indigencia, en tanto, a un 19,1%.

“Se está dando un proceso de empobrecimiento en dos niveles. Clases medias bajas que caen en la pobreza en términos estadísticos y monetarios, básicamente por un desgaste de la capacidad adquisitiva de los ingresos, sin posibilidades de compensar con más trabajo esa caída del ingreso real y que se expresa, no en cambios cualitativos en las condiciones de vida, pero sí en las capacidades de consumo. Por otro lado, venimos llamando la atención de que el mayor impacto que está teniendo esta crisis es el impacto por el que los programas sociales ya no alcanzan para sostener un piso bajo de tasas de pobreza extrema”, afirmó Agustín Salvia, coordinador del Observatorio de la Deuda Social.

Cambio de tendencia

En tanto, en abril, los salarios privados crecieron un 2,9% real y los públicos cayeron un 1,2%, según el Indec. “Luego de la significativa caída de diciembre, los salarios reales privados se mantuvieron relativamente constantes en los meses siguientes, con un leve repunte en abril”, estimó el Iaraf.

“En el caso de los salarios reales públicos, luego de caer sustancialmente en diciembre, volvieron a caer en enero. Y desde ese mes se mantienen relativamente constantes, con una leve tendencia a la baja”, agregaron allí. Si se considera la variación interanual real de los salarios, se aprecia una caída del (-24,7%) en el caso del sector público y una del (-10,7%) en el caso del sector privado registrado.

En los primeros tres meses del gobierno de Javier Milei, los ingresos de los argentinos perdieron casi lo mismo que en el período que engloba los últimos dos años de la volatilidad cambiaria de Mauricio Macri, la pandemia y el pobre final del gobierno de Alberto y Cristina Kirchner.

Tanto los ingresos de los ocupados como el de los asalariados, perdieron, en promedio, casi un 20% real –contemplada la inflación del período– en el primer trimestre del año frente al tercero de 2023 (se comparan trimestres impares para evitar la distorsión que produce el aguinaldo). En los cinco años previos a la llegada del libertario, los ingresos de esos dos segmentos se habían desplomado 24,6% (ocupados) y 23,4% (asalariados).

Según cálculos realizados por la consultora privada exQuanti en base a los datos de la Evolución de la Distribución del Ingreso de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, el ingreso de los ocupados cayó 18,3% en el primer trimestre, mientras que el de los asalariados retrocedió un 19,7%.

Si se analiza por estrato, se entiende además el empeoramiento de la distribución del ingreso que se dio en el primer trimestre del año. En el segmento de los ocupados, el estrato más pobre perdió 24,4% en el período; el medio, 23,1%, y el alto, 12,2%. Entre los asalariados, la dinámica es similar: el estrato más bajo vio un retroceso en sus ingresos de 24,9%; mientras que el medio, 22,6% y el alto, 15,1%, según ExQuanti en base a datos oficiales del Indec.

“La EPH (una muestra) captó que los salarios reales formales cayeron 20,7% interanual en el primer trimestre de 2024, mucho más que el 13,8% interanual que se desprende del SIPA (universo). El poder de compra de los informales cayó casi 20% interanual y los que menor caída tuvieron en el primer trimestre fueron los no asalariados (-13% anual)”, estimaron en la consultora Equilibra.

Estos datos se enmarcan en la fuerte devaluación del peso que impulsó el oficialismo en diciembre pasado y que derivó luego en altos índices de inflación en el primer trimestre, salto que no fue acompañado por los ingresos. Además, la economía cayó, según el organismo oficial, un 5,1% interanual en el primer trimestre, mientras que la baja trimestral desestacionalizada frente al trimestre previo (el cuarto de 2023) fue -2,6%.

Además, la EPH del Indec informó que el ajuste sobre el mercado laboral dejó de ser sólo por precio y comenzó también a afectar las cantidades. El desempleo en el primer trimestre aumentó de 6,9% a 7,7% bajo la perspectiva interanual. La foto empeora si se compara el salto entre fines de 2023 y comienzos de 2024 (de 5,7% a 7,7%). Así, en el primer trimestre de este año, si se proyectan los datos a todo el país, la cantidad de desempleados llegó a 1,7 millones.

Se trata de unos 450.000 nuevos desde fin de año –una comparación que no es justa por la estacionalidad en el mercado– y de más de 200.000 frente a un año atrás. Los expertos de ExQuanti destacaron que se manifestó una reversión de la tendencia previa: de crecer se pasó a destruir empleo. “La tasa de desocupación crece un 35%. Es un crecimiento alto. Y si no hubiera habido refugio en la inactividad, porque cae la tasa de actividad, la tasa de desocupación hubiera sido más elevada; hubiera sido, por lo menos, un punto más alto”, o sea, cercana al 8,5%.

En Equilibra aclararon además que el coeficiente de Gini –que marca la desigualdad existente– aumentó 2,1 puntos contra el primer trimestre de 2023, alcanzando niveles de desigualdad récord para el primer cuarto del año desde 2007. “En este contexto, la pobreza alcanzaría, al menos, el 50% en el primer semestre de 2024″, indicaron.

Según los cálculos del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, la pobreza habría llegado, en base a los datos de la EPH del Indec, a un 53,9% en el primer trimestre. La indigencia, en tanto, a un 19,1%.

“Se está dando un proceso de empobrecimiento en dos niveles. Clases medias bajas que caen en la pobreza en términos estadísticos y monetarios, básicamente por un desgaste de la capacidad adquisitiva de los ingresos, sin posibilidades de compensar con más trabajo esa caída del ingreso real y que se expresa, no en cambios cualitativos en las condiciones de vida, pero sí en las capacidades de consumo. Por otro lado, venimos llamando la atención de que el mayor impacto que está teniendo esta crisis es el impacto por el que los programas sociales ya no alcanzan para sostener un piso bajo de tasas de pobreza extrema”, afirmó Agustín Salvia, coordinador del Observatorio de la Deuda Social.

Cambio de tendencia

En tanto, en abril, los salarios privados crecieron un 2,9% real y los públicos cayeron un 1,2%, según el Indec. “Luego de la significativa caída de diciembre, los salarios reales privados se mantuvieron relativamente constantes en los meses siguientes, con un leve repunte en abril”, estimó el Iaraf.

“En el caso de los salarios reales públicos, luego de caer sustancialmente en diciembre, volvieron a caer en enero. Y desde ese mes se mantienen relativamente constantes, con una leve tendencia a la baja”, agregaron allí. Si se considera la variación interanual real de los salarios, se aprecia una caída del (-24,7%) en el caso del sector público y una del (-10,7%) en el caso del sector privado registrado.

 Según datos oficiales, lo que perciben los ocupados cayó en promedio 18,3% en los primeros tres meses frente al tercer trimestre de 2023; los asalariados perdieron 19,7%  LA NACION

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