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Caputo respondió a las críticas por la parálisis de la obra pública y llamó a los empresarios a participar del blanqueo

El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, brindó un discurso ante empresarios en el marco del cierre de la Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), en el que respondió a la críticas del sector, encarnadas por parte del titular de la entidad, Gustavo Weiss, quien reclamó al Gobierno la reactivación de la obra pública y el pago de una deuda de $400.000 millones por trabajos ejecutados el año pasado. Además, el funcionario instó a los presentes a participar del blanqueo y prometió una “baja de impuestos del 90%” de continuarse con “el círculo virtuoso” de crecimiento económico sobre el final de la gestión del Gobierno.

“Nunca está de más marcar de dónde venimos. Por que siempre está la pregunta de cuándo viene la recuperación y cómo está la gente. Cuatro años más de kirchnerismo no nos llevaba a Alemania, sino a Venezuela. El contrafáctico es ese”, indicó Caputo al comienzo de su exposición.

Según pudo saber este medio, entre los empresarios que asistieron a la Convención Anual de la Camarco se repitió la pregunta sobre cuándo llegará la recuperación, apuntalada en gran medida por la expectativa del sector sobre el posible repunte de la actividad cuando llegue el fin de la parálisis de la obra pública.

“Después de 20 años de desastre y de 100 años de hacer las cosas mal eso tiene sus consecuencias. Milagros no se pueden hacer y es una de las razones por las que los países tratan de no hacer macanas, porque salir de esas macanas no es gratis, como siempre heredamos lo peor de las tres crisis”, señaló el titular del Palacio de Hacienda.

“No estaban los dólares de ustedes, de los depositantes. Además, había compromisos de deuda con importadores, que generó un problema mayor: la rotura de la cadena de provisión entre proveedores externos y exportadores, lo que exponenciaba el problema hiperinflacionario. No les tengo que explicar el problema de poner un precio al producto cuando no saben de cuánto será el retorno”, planteó el funcionario.

En relación a la “herencia” recibida el ministro de Economía apuntó contra un escenario inflacionario del 200%, un tipo de cambio y alimentos pisados, y un “desastre monetario nunca antes visto”, que produjo un “descalabro” tanto en la oferta como en la demanda. “No teníamos ni siquiera dólares para devolverle al Fondo. Esta situación se heredó. Tengámoslo claro. Pasaron solo seis meses”, destacó Caputo, quien rápidamente valoró los números del mes de mayo, a los que definió como “los mejores” hasta el momento.

“¿Cómo estamos hoy, en mayo? Salimos de terapia intensiva. Por lo pronto, logramos que el paciente no se muera. Estamos en franca recuperación”, remarcó el funcionario. “Tuvimos récord de superávit fiscal, la inflación cayó a la mitad de lo que fue en abril para los que decían que no se podía bajar del 7%”, precisó.

Y en ese sentido, enfatizó: “Lo primero que teníamos que lograr era reducir la inflación y para eso teníamos que ir sí o sí al equilibrio fiscal. Y esto que parecía imposible, que todo el mundo decía que no se podía hacer en cuatro años y menos en uno, y directamente reírse si alguien decía en el primer mes.. Bueno, se hizo. Se pudo”.

En otro tramo de su discurso, Caputo ahondó sobre uno de los principales reclamos del sector: la reactivación de la obra pública. “La prioridad, como dije, era llegar al equilibrio fiscal. Todos los problemas de la Argentina siempre se originaron con el ahogo impositivo, exceso de deuda, emisión monetaria, inflación y suba de dólar. Ya no se podía emitir y financiar”, marcó el funcionario.

“En el caso de la obra pública en particular, recibimos 2700 obras, de las cuales el 77% eran por convenio y obras menores, como un cordón cuneta en Santiago del Estero, un techo de una pileta en algunas otra provincia, baños en un cementerio. ¿Qué tiene que hacer Nación con esas obras? Eso no es obra. Eso es política”, sentenció el titular del Palacio de Hacienda.

“¿Esas obras se tienen que hacer? Sí. Las tiene que hacer el intendente o el gobernador. A nosotros nos costaba más la fiscalización de esas obras que la obra misma. La Nación tiene que hacer obras de infraestructura importantes que sirvan al desarrollo”, continuó.

En esa misma línea, Caputo dijo que muchas provincias “se están emprolijando fiscalmente” y habló de un “cambio de conciencia”. Asimismo, el ministro analizó el modo en qué funcionaba la obra pública y lo definió como un “método estúpido” para hacer política. “Ese negocio necesita que la gente no hable. Para eso se repartía dinero a los líderes sindicales, se hacían fondos fiduciarios… No quiero dar ejemplos porque va a ser demasiado evidente. Todos más o menos callados siguen con el juego y eso lo paga la gente”, disparó.

A lo largo de la jornada, los ejes del debate se centraron en la Innovación, Educación, Equidad, Infraestructura Estratégica y el Futuro de la Construcción, ante la presencia de los principales empresarios del sector del país y la región y el Secretario de Trabajo, Julio Cordero.

Las declaraciones de Caputo se dan luego que el titular de la Camarco hablara de “un Cammesa 2″ por una deuda del Ejecutivo con las compañías del sector equivalente a, según citó, $400.000 millones. Según publicó LA NACION, la cifra corresponde a contratos públicos de trabajos de infraestructura que demandaban erogaciones desde septiembre del año pasado.

Weiss aclaró que no existe un reproche desde el sector hacia el Gobierno, pero reconoció que esta deuda es un punto de tensión con el ministro de Economía. “Tomaron la decisión de no pagar para privilegiar el ajuste fiscal”, indicó. En simultáneo, también recordó a la gestión anterior: “A mediados del año pasado comenzó la ralentización”.

El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, brindó un discurso ante empresarios en el marco del cierre de la Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), en el que respondió a la críticas del sector, encarnadas por parte del titular de la entidad, Gustavo Weiss, quien reclamó al Gobierno la reactivación de la obra pública y el pago de una deuda de $400.000 millones por trabajos ejecutados el año pasado. Además, el funcionario instó a los presentes a participar del blanqueo y prometió una “baja de impuestos del 90%” de continuarse con “el círculo virtuoso” de crecimiento económico sobre el final de la gestión del Gobierno.

“Nunca está de más marcar de dónde venimos. Por que siempre está la pregunta de cuándo viene la recuperación y cómo está la gente. Cuatro años más de kirchnerismo no nos llevaba a Alemania, sino a Venezuela. El contrafáctico es ese”, indicó Caputo al comienzo de su exposición.

Según pudo saber este medio, entre los empresarios que asistieron a la Convención Anual de la Camarco se repitió la pregunta sobre cuándo llegará la recuperación, apuntalada en gran medida por la expectativa del sector sobre el posible repunte de la actividad cuando llegue el fin de la parálisis de la obra pública.

“Después de 20 años de desastre y de 100 años de hacer las cosas mal eso tiene sus consecuencias. Milagros no se pueden hacer y es una de las razones por las que los países tratan de no hacer macanas, porque salir de esas macanas no es gratis, como siempre heredamos lo peor de las tres crisis”, señaló el titular del Palacio de Hacienda.

“No estaban los dólares de ustedes, de los depositantes. Además, había compromisos de deuda con importadores, que generó un problema mayor: la rotura de la cadena de provisión entre proveedores externos y exportadores, lo que exponenciaba el problema hiperinflacionario. No les tengo que explicar el problema de poner un precio al producto cuando no saben de cuánto será el retorno”, planteó el funcionario.

En relación a la “herencia” recibida el ministro de Economía apuntó contra un escenario inflacionario del 200%, un tipo de cambio y alimentos pisados, y un “desastre monetario nunca antes visto”, que produjo un “descalabro” tanto en la oferta como en la demanda. “No teníamos ni siquiera dólares para devolverle al Fondo. Esta situación se heredó. Tengámoslo claro. Pasaron solo seis meses”, destacó Caputo, quien rápidamente valoró los números del mes de mayo, a los que definió como “los mejores” hasta el momento.

“¿Cómo estamos hoy, en mayo? Salimos de terapia intensiva. Por lo pronto, logramos que el paciente no se muera. Estamos en franca recuperación”, remarcó el funcionario. “Tuvimos récord de superávit fiscal, la inflación cayó a la mitad de lo que fue en abril para los que decían que no se podía bajar del 7%”, precisó.

Y en ese sentido, enfatizó: “Lo primero que teníamos que lograr era reducir la inflación y para eso teníamos que ir sí o sí al equilibrio fiscal. Y esto que parecía imposible, que todo el mundo decía que no se podía hacer en cuatro años y menos en uno, y directamente reírse si alguien decía en el primer mes.. Bueno, se hizo. Se pudo”.

En otro tramo de su discurso, Caputo ahondó sobre uno de los principales reclamos del sector: la reactivación de la obra pública. “La prioridad, como dije, era llegar al equilibrio fiscal. Todos los problemas de la Argentina siempre se originaron con el ahogo impositivo, exceso de deuda, emisión monetaria, inflación y suba de dólar. Ya no se podía emitir y financiar”, marcó el funcionario.

“En el caso de la obra pública en particular, recibimos 2700 obras, de las cuales el 77% eran por convenio y obras menores, como un cordón cuneta en Santiago del Estero, un techo de una pileta en algunas otra provincia, baños en un cementerio. ¿Qué tiene que hacer Nación con esas obras? Eso no es obra. Eso es política”, sentenció el titular del Palacio de Hacienda.

“¿Esas obras se tienen que hacer? Sí. Las tiene que hacer el intendente o el gobernador. A nosotros nos costaba más la fiscalización de esas obras que la obra misma. La Nación tiene que hacer obras de infraestructura importantes que sirvan al desarrollo”, continuó.

En esa misma línea, Caputo dijo que muchas provincias “se están emprolijando fiscalmente” y habló de un “cambio de conciencia”. Asimismo, el ministro analizó el modo en qué funcionaba la obra pública y lo definió como un “método estúpido” para hacer política. “Ese negocio necesita que la gente no hable. Para eso se repartía dinero a los líderes sindicales, se hacían fondos fiduciarios… No quiero dar ejemplos porque va a ser demasiado evidente. Todos más o menos callados siguen con el juego y eso lo paga la gente”, disparó.

A lo largo de la jornada, los ejes del debate se centraron en la Innovación, Educación, Equidad, Infraestructura Estratégica y el Futuro de la Construcción, ante la presencia de los principales empresarios del sector del país y la región y el Secretario de Trabajo, Julio Cordero.

Las declaraciones de Caputo se dan luego que el titular de la Camarco hablara de “un Cammesa 2″ por una deuda del Ejecutivo con las compañías del sector equivalente a, según citó, $400.000 millones. Según publicó LA NACION, la cifra corresponde a contratos públicos de trabajos de infraestructura que demandaban erogaciones desde septiembre del año pasado.

Weiss aclaró que no existe un reproche desde el sector hacia el Gobierno, pero reconoció que esta deuda es un punto de tensión con el ministro de Economía. “Tomaron la decisión de no pagar para privilegiar el ajuste fiscal”, indicó. En simultáneo, también recordó a la gestión anterior: “A mediados del año pasado comenzó la ralentización”.

 El ministro de Economía encabezó el discurso de cierre de la Convención Anual de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) tras los reclamos del sector, entre ellos, el pago de deudas por trabajos ejecutados el año pasado  LA NACION

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