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Este lugar de Estados Unidos corre el mayor riesgo de sufrir un tsunami devastador en los próximos años

La posibilidad de un eventual tsunami gigante en el noroeste de Estados Unidos preocupa a los habitantes de las zonas costeras de estados como Washington, Oregon y California. Aunque durante las últimas cuatro décadas se desconocía el potencial devastador que podría tener algún movimiento en la megafalla de Cascadia, un reciente informe reveló que esta fractura geológica podría provocar en el futuro un megaterremoto de magnitud 9 y una arrasadora ola de 24 metros de altura.

Los 885 kilómetros de la megafalla de Cascadia, que va desde el norte de California hasta Vancouver, en Canadá, fueron mapeados por un estudio publicado en la revista Science Advances. Allí se descubrió que esta zona de subducción es mucho más compleja de lo que se pensaba: está dividida en cuatro segmentos, de distinta peligrosidad, que podrían romperse de forma independiente o todos juntos en simultáneo.

Este fenómeno podría provocar un terremoto “Big One”, tal como se los llama a aquellos que superan los 8 grados de magnitud y tienen una estremecedora capacidad destructiva. Solo una vez se superaron los 9 grados en la región y fue en 1700, de acuerdo a distintos registros indirectos. Se sabe, en tanto, que estos movimientos de tierra suelen estar seguidos de un enorme tsunami, como ocurrió en 2011 en Japón.

Según un plan de evacuación de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), este megaterremoto podría provocar un tsunami con olas de hasta 24 metros de altura y dañaría más de medio millón de edificios en ciudades como Crescent City, California; Eugene, Salem, Portland, Newport, Lincoln City, en Oregon; y Seattle y Astoria, en Washington.

Washington y Oregon no están preparados para el megaterremoto Big One

La geóloga jefe de riesgos del Servicio Geológico de Washington, Corina Allen, sostuvo en diálogo con CNN que nada de lo construido en esta región antes de 2005 fue diseñado para resistir el largo y fuerte terremoto que podría producir la falla de Cascadia. “Tenemos puentes, edificios, hospitales, escuelas, toda esta infraestructura que está ubicada en lugares donde podría llegar un tsunami. ¿Podrán estas instalaciones sobrevivir al terremoto y al tsunami que le seguirá? La respuesta es no”, alertó.

Como estos megaterremotos ocurren en promedio cada 500 años y el último fue en 1700, el próximo podría ocurrir hasta dentro de 200 años. No obstante, lo cierto es que las ciudades en riesgo no están preparadas para un evento natural de estas dimensiones. Según Allen, en el estado de Washington, la mayoría de las personas que viven en la zona de inundación del tsunami no tienen ningún terreno elevado cerca para utilizar como refugio.

En ese sentido, la construcción de edificios verticales de evacuación en estas zonas es de vital importancia. Tienen que poder albergar hasta 1000 personas, tienen cimientos más profundos, una estructura fuerte y superan los 20 metros de altura. Para Yumei Wang, asesor principal de infraestructura y riesgo en la Universidad Estatal de Portland, en el noroeste de EE.UU solo existen tres de estas estructuras y se planean apenas cuatro más. Sin embargo, según sus estimaciones, solo en Washington se necesitarían unas 50 de ellas.

Qué dice la investigación sobre la megafalla de Cascadia y cómo se realizó el estudio

La investigación duró 41 días, durante los cuales los científicos tomaron imágenes sísmicas con una técnica que consiste en enviar sonido hacia el fondo del océano y, a través de hidrófonos, procesar el rebote de ese mismo sonido. Así, recorrieron con una embarcación los 885 kilómetros de Cascadia y, arrastrando un cable de 14 kilómetros de longitud y cargado de 1200 hidrófonos, lograron recabar los datos suficientes como para realizar el mapeo.

El detalle del mapa reveló que la megafalla cuenta con cuatro segmentos que podrían romperse de forma independiente o todos juntos en simultáneo. Harold Tobin, coautor del artículo y director de la Red Sísmica del Noroeste del Pacífico, advirtió: “Tenemos el potencial de que se produzcan terremotos y tsunamis tan grandes como los mayores que hemos experimentado en el planeta”.

Si bien el evento podría ocurrir dentro de los próximos años. Los investigadores creen que esta zona de subducción podría estar cada vez más silenciosa precisamente por la acumulación de estrés en ella, lo que significaría que se podría estar aproximando la catastrófica fecha.

La posibilidad de un eventual tsunami gigante en el noroeste de Estados Unidos preocupa a los habitantes de las zonas costeras de estados como Washington, Oregon y California. Aunque durante las últimas cuatro décadas se desconocía el potencial devastador que podría tener algún movimiento en la megafalla de Cascadia, un reciente informe reveló que esta fractura geológica podría provocar en el futuro un megaterremoto de magnitud 9 y una arrasadora ola de 24 metros de altura.

Los 885 kilómetros de la megafalla de Cascadia, que va desde el norte de California hasta Vancouver, en Canadá, fueron mapeados por un estudio publicado en la revista Science Advances. Allí se descubrió que esta zona de subducción es mucho más compleja de lo que se pensaba: está dividida en cuatro segmentos, de distinta peligrosidad, que podrían romperse de forma independiente o todos juntos en simultáneo.

Este fenómeno podría provocar un terremoto “Big One”, tal como se los llama a aquellos que superan los 8 grados de magnitud y tienen una estremecedora capacidad destructiva. Solo una vez se superaron los 9 grados en la región y fue en 1700, de acuerdo a distintos registros indirectos. Se sabe, en tanto, que estos movimientos de tierra suelen estar seguidos de un enorme tsunami, como ocurrió en 2011 en Japón.

Según un plan de evacuación de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), este megaterremoto podría provocar un tsunami con olas de hasta 24 metros de altura y dañaría más de medio millón de edificios en ciudades como Crescent City, California; Eugene, Salem, Portland, Newport, Lincoln City, en Oregon; y Seattle y Astoria, en Washington.

Washington y Oregon no están preparados para el megaterremoto Big One

La geóloga jefe de riesgos del Servicio Geológico de Washington, Corina Allen, sostuvo en diálogo con CNN que nada de lo construido en esta región antes de 2005 fue diseñado para resistir el largo y fuerte terremoto que podría producir la falla de Cascadia. “Tenemos puentes, edificios, hospitales, escuelas, toda esta infraestructura que está ubicada en lugares donde podría llegar un tsunami. ¿Podrán estas instalaciones sobrevivir al terremoto y al tsunami que le seguirá? La respuesta es no”, alertó.

Como estos megaterremotos ocurren en promedio cada 500 años y el último fue en 1700, el próximo podría ocurrir hasta dentro de 200 años. No obstante, lo cierto es que las ciudades en riesgo no están preparadas para un evento natural de estas dimensiones. Según Allen, en el estado de Washington, la mayoría de las personas que viven en la zona de inundación del tsunami no tienen ningún terreno elevado cerca para utilizar como refugio.

En ese sentido, la construcción de edificios verticales de evacuación en estas zonas es de vital importancia. Tienen que poder albergar hasta 1000 personas, tienen cimientos más profundos, una estructura fuerte y superan los 20 metros de altura. Para Yumei Wang, asesor principal de infraestructura y riesgo en la Universidad Estatal de Portland, en el noroeste de EE.UU solo existen tres de estas estructuras y se planean apenas cuatro más. Sin embargo, según sus estimaciones, solo en Washington se necesitarían unas 50 de ellas.

Qué dice la investigación sobre la megafalla de Cascadia y cómo se realizó el estudio

La investigación duró 41 días, durante los cuales los científicos tomaron imágenes sísmicas con una técnica que consiste en enviar sonido hacia el fondo del océano y, a través de hidrófonos, procesar el rebote de ese mismo sonido. Así, recorrieron con una embarcación los 885 kilómetros de Cascadia y, arrastrando un cable de 14 kilómetros de longitud y cargado de 1200 hidrófonos, lograron recabar los datos suficientes como para realizar el mapeo.

El detalle del mapa reveló que la megafalla cuenta con cuatro segmentos que podrían romperse de forma independiente o todos juntos en simultáneo. Harold Tobin, coautor del artículo y director de la Red Sísmica del Noroeste del Pacífico, advirtió: “Tenemos el potencial de que se produzcan terremotos y tsunamis tan grandes como los mayores que hemos experimentado en el planeta”.

Si bien el evento podría ocurrir dentro de los próximos años. Los investigadores creen que esta zona de subducción podría estar cada vez más silenciosa precisamente por la acumulación de estrés en ella, lo que significaría que se podría estar aproximando la catastrófica fecha.

 Un puñado de estados y ciudades del noroeste del país están expuestos a la posibilidad de afrontar un megaterremoto seguido por una ola de unos 24 metros de altura en las próximas décadas  LA NACION

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